12
septiembre 2019
La justicia francesa
mantiene en la cárcel a Josu Ternera
Los abogados del
histórico dirigente etarra habían solicitado su libertad provisional mientras
se examinan las demandas de extradición de España
Jose Antonio Urrutikoetxea, José Ternera, no abandonará la
prisión francesa en la que permanece desde su detención en los Alpes a mediados
de mayo, tras casi 17 años huido. La sala de instrucción del tribunal de
Apelaciones de París ha rechazado este miércoles la demanda de liberación
presentada por sus abogados, por lo que el histórico dirigente etarra seguirá
detenido al menos hasta que se diriman las dos euroórdenes y otras tantas
demandas de extradición presentadas por la justicia española. Esta lo reclama
por su responsabilidad, entre otras causas, en el atentado contra la casa
cuartel de la Guardia
Civil de Zaragoza en 1987, que provocó la muerte de 11
personas.
Era la primera vez, desde julio, que Josu Ternera comparecía
en una de las numerosas audiencias que ha habido por su causa tras su detención
en mayo. Era también la primera vez que se lo veía desde que fue sometido a la
operación de próstata que sus abogados habían argumentado como uno de los
principales motivos para su puesta en libertad condicional. El etarra estaba
delgado, con barba rala y el pelo descuidado. Tras cumplir con los requisitos
de procedimiento de lectura de nombre y apellidos, fecha de nacimiento y
nacionalidad —“vasca, ciudadano español”, replicó Ternera— la juez le permitió
que permaneciera sentado el resto de la audiencia, atendiendo a su estado de
salud.
Los abogados de Josu
Ternera habían
argumentado ante las jueces que tratan los casos de extradición un “abuso de
procedimiento masivo y caricaturesco” que atribuyeron a una decisión de la
justicia francesa de someterse a las presiones de la española. También
aludieron al precario estado de salud del etarra, quien fue operado por el
cáncer de próstata que sufre el pasado 2 de septiembre, casi cuatro meses
después de su arresto a la entrada de un hospital en Sallanches, en los Alpes
franceses, adonde había acudido precisamente para someterse a una cirugía.
“Nuestro cliente está sometido a un trato aberrante. Lo que
pasó el 19 junio es inédito, es de una deslealtad inusual”, ha denunciado tras
la audiencia uno de sus abogados, Laurent Pasquet-Marinacce. “La Fiscalía , que se ha
plegado al Gobierno, decidió detenerlo de forma urgente para frenar una
decisión de liberación que había sido ordenada por jueces independientes. Eso
en derecho lo llamamos un abuso de procedimiento y es una franca deslealtad”,
ha añadido.
Horas después de que el tribunal ante el que compareció
Urrutikoetxea el 19 de junio en relación con las dos causas que tiene
pendientes en Francia aceptara ponerlo en libertad provisional hasta que se
repitan los juicios que el etarra ha recurrido, la Fiscalia ordeno su
arresto “a la espera de que se examinen las demandas de las autoridades
judiciales españolas”. Un día más
tarde, cuando le fueron notificados los requerimientos en su contra en una
audiencia a puerta cerrada, el mismo tribunal que ha deliberado ahora —aunque
los jueces eran diferentes— confirmó su detención hasta que se tramiten todas
las órdenes españolas, lo que llevó a los abogados de Ternera a presentar la
demanda de liberación ahora rechazada.
Tampoco ha variado mucho el alegato final de Josu
Ternera. Al igual que en junio, cuando dio su “palabra de vasco” de
que no intentaría huir, este miércoles volvió a “comprometerse” a respetar las
condiciones que se le impusieran.
“En el País Vasco, la palabra es sagrada y yo les doy la
mía, para mí es impensable traicionar a las personas que me apoyan”, ha
asegurado en francés ante la sala, donde estaban, entre otros apoyos, su hijo
Egoitz Urrutikoetxea. “Me comprometo a presentarme a todas las vistas y a
respetar las reglas del derecho”, ha agregado.
Una promesa que no ha convencido a las magistradas que, al
término de las audiencias, han anunciado —sin dar explicaciones— que rechazaban la demanda de
liberación de Ternera. Este ha recibido la noticia ya en la cárcel parisina,
adonde ha sido trasladado inmediatamente tras su comparecencia y desde donde
deberá atender a partir de ahora el transcurso del resto de su todavía largo
camino judicial. De un lado está el proceso francés, tras apelar las dos
condenas a siete y ocho años de cárcel respectivamente que se dictaron en su
contra mientras permanecía huido; del otro, las demandas españolas, que buscan
que el etarra responda en España ante la justicia.
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