14 septiembre 2019
Eloy Velasco Juez de la Audiencia Nacional
«Me temo que aún nos quedan por sufrir atentados yihadistas
en grandes ciudades europeas»
Pide más colaboración y compromiso de los Estados miembros de
la UE para
combatir de forma más eficaz un fenómeno muy complejo
El juez de la Audiencia Nacional
Eloy Velasco dice que no quiere ser agorero, incluso toca la madera de su
silla, pero admite que «desgraciadamente nos queda aún por sufrir atentados
yihadistas en grandes ciudades de Europa».
Velasco participó ayer
en el I Congreso Internacional de Terrorismo Yihadista celebrado en Irún
impartiendo la conferencia titulada ‘Terrorismo, Código Penal y Directiva
Europea’.
Vuelve a su tierra para hablar de otro terrorismo, el
yihadista.
Lo triste es que no
tenemos tiempo de descansar. A uno que ha durado 50 años le sigue otro más
internacional, el yihadista, que nada nos dice que no vaya a durar otros 50.
Por lo tanto, hay que seguir combatiéndolo para sobrevivir.
¿Cómo es la radiografía del fenónemo yihadista desde un
despacho de la
Audiencia Nacional ?
Está cambiando porque
se les ha quitado el punto romántico de ‘estamos conquistando el mundo desde el
Estado Islámico’, pero creo que nos queda por sufrir algunos atentados en
grandes ciudades de Europa por células que pretendan combatir a Occidente.
¿Existe riesgo en España?
No se puede decir.
Siempre se afirma: ‘En Navidades no vayas a los mercadillos’. Igual vas, no te
pasa nada y sucede en otro lugar. Los terroristas cambian mucho de táctica para
conseguir que les salga bien el atentado. No hay una situación específica de
riesgo. Pero hay que estar alerta y no bajar la guardia.
El perfil del terrorista yihadista ha evolucionado. ¿Cuál es?
El de un joven e
inmaduro, sin ideas claras y muy infuenciable, desastabilizado
psicológicamente, que quiere complementar su falta de psique con una proyección
social y hacerse pasar por el héroe o el salvapatrias de turno.
Usted ha redactado varios autos contra células yihadistas, ¿Cómo
actúan en la actualidad?
Han cambiado mucho.
Ahora es gente que hace interpretaciones extremistas y muy equivocadas del Corán
y el Islam; y que va a intentar captar a gente desestructurada que no brille
para dar falsas promesas de que va a ganar el cielo. A gente que no tiene nada
que ganar en la tierra, los reclutadores hacen que mueran matando.
La cooperación internacional es crucial. ¿Funciona?
La cooperación
internacional, los exhortos, las comisiones rogatorias, las órdenes europeas de
investigación o de detención... Con todos los respetos, no funcionan del todo
satisfactoriamente. Nosotros damos más de lo que recibimos. España entrega a
gente reclamada por justicias de otros países, y sin embargo, hay otros países
que achacan consideraciones muy feas, de carácter político o un ‘no me fío de
España’, y no nos entregan personas. La norma es la misma para Europa. Y si esto
es terrorismo internacional, lo que empieza en Bélgica puede acabar matando a
una persona en Burgos. Al terrorismo internacional se combate
internacionalmente.
Poner de acuerdo a 28 países...
¡Es horroroso! Estamos
en un club que tiene 28 miembros, cada uno habla su idioma y es muy difícil
estructurar un sistema jurídico en la
UE , llena de tantos idiomas y etnias. Lo bueno es que se
pactan mínimos para que todos nos coordinemos pero luego es cada político en
cada parlamento de cada país el que tiene que decidir. No solo tenemos que
formar parte del club para ir convergiendo con leyes comunes sino que tenemos
que ayudarnos entre fiscalías, justicias y policías de los diferentes países
para ordenar los atentados que ha habido y que habrá, desgraciadamente.
¿A Europa le falta más coordinación?
Europa solo obliga a tipificar
como delito el adiestramiento: enseñarte
militares, fabricar explosivos y usarlos... Pero hay gente que enseña radicalidad,
doctrina equivocada. El problema no es la religión, sino ciertas interpretaciones
lastimosamente supremacistas en las que hacer sufrir a otro les parece que les lleva
al cielo.
¿Qué sucede con las víctimas?
Son las grandes olvidadas.
Es una expresión bárbara, pero las víctimas han tenido muertos por la cara.
Nosotros hemos puesto en el artículo 578 un delito de humillación, de
menosprecio a la propia víctima, porque hay gente que en las redes sociales se
permite el lujo de insultar y volver a abrir heridas de gente que está está
superando una perdida.
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