15 junio 2020
«Felipe González ha
acordado la creación de un grupo de mercenarios para combatir fuera de la ley a
terroristas»
De todo ello hay eco en una serie de documentos, entre
ellos un informe titulado «España: Terrorismo vasco y respuesta gubernamental»
y que se considera como «una evaluación» del tema. Como es habitual en los
informes elaborados por la CIA ,
desconocemos el nombre del autor del mismo, pero sí se nos dice que fue
elaborado por la Oficina
de Análisis Europeo. Calificado como «secreto» y con algunos pasajes
todavía hoy censurados, el expediente nos permite saber qué es lo que conocía
Estados Unidos tanto sobre el terrorismo de ETA como sobre el del GAL.
«El Gobierno español ha hecho un considerable progreso
combatiendo a ETA en los últimos dos años y pronto conseguirá acabar con el
núcleo de la organización terrorista vasca. ETA está plagada de líderes
ineficaces, fondos inadecuados, bases bajas y escasez de nuevos reclutas», se
apunta desde la CIA. A
renglón seguido se recuerda que «el gobierno del primer ministro Felipe
González, que muchos pensaban sería blando con el terrorismo, se ha mostrado
implacable en la resolución para erradicar ETA a través de una combinación de
concesiones políticas a la minoría vasca e intensificando los esfuerzos
legales». En sus más de veinte páginas, encontramos un detallado esfuerzo por
adentrarse en las aguas pantanosas de los llamados Grupos Antiterroristas de
Liberación.
A este respecto, el documento apunta que los GAL «han
sembrado el miedo y la desorganización entre los rangos de los etarras
fugitivos» que se encuentran en Francia donde ya habían sido asesinadas al
menos nueve personas. Según el documento de la inteligencia
estadounidense «las operaciones de los GAL son de procedencia incierta –en
comunicados han asegurado ser de diversas nacionalidades–, con conexiones con
el hampa, la Organización
del Ejército Secreto (OAS), y la Legión Extranjera Francesa, aunque muchos
periodistas españoles y observadores públicos sospechan con fuerza que el grupo
pudo ser oscurecido por el gobierno español».
Combatir desde la ilegalidad
Tras un largo párrafo censurado, el documento sigue con una
reflexión: «Si la supuesta participación de Madrid se confirmada, las
credenciales democráticas del gobierno español y del Partido Socialista
estarían seriamente manchadas». En una nota a pie de página, el dossier no se
olvida de que no se trata de la primera vez que se combate a ETA desde la
ilegalidad y que ya habían aparecido en el pasado como Anti Terrorismo ETA
(ATE), la Alianza
Apostólica Anticomunista (Triple A) y el Batallón Vasco
Español.
«Los terroristas están todavía más a la defensiva porque
saben que salir de España no garantiza la seguridad». Pese a que desde el GAL
se alegaba que sabían cuáles eran los principales miembros de ETA y que esos
eran sus objetivos principales, desde la
CIA se recordaba que se atacaba a «peces pequeños» y no a los
líderes de la banda. «Desde nuestro punto de vista, otros factores –como las
actividades de los GAL y la campaña del gobierno francés hacia los fugitivos–
influyen en el fuerte aumento de nuevos miembros de ETA». Un año después, la CIA redactaba un extenso
informe sobre el terrorismo internacional dedicando una especialísima atención
a los GAL.
Había más información, mucha de ella, como se reconocía
desde la Agencia ,
procedente de lo publicado en las últimas semanas en el semanario «Cambio 16».
Eso es lo que le permite incluir algunos datos sobre mercenarios que habrían
trabajado para el Batallón Vasco Español, como los franceses André Pervins
y Jean Pierre Cherid, así como el argentino José María Boccardo Román, cuya
biografía en la CIA
sigue parcialmente censurada. La
CIA también se hizo eco de las detenciones de colaboradores
de los GAL por parte de las autoridades franceses.
Pero, más importante, recogía las especulaciones sobre
quién podría estar detrás del grupo terrorista. Apoyándose en informaciones
periodísticas, la Agencia
no olvida que, en este sentido, la creencia general es que se señalaba al
gobierno del entonces presidente del Gobierno Felipe González, aunque «ha
sufrido poco la política doméstica» respecto a estas alegaciones. También se
aseguraba que ni el propio Felipe González ni ningún alto cargo había sido
directamente apuntado en estas conexiones. En el informe también se incluía una
completa cronología de las actividades de los GAL, desde el secuestro de
Segundo Marey, a quien no se nombra por su nombre, el 4 de diciembre de 1983,
hasta el asesinato el 2 de agosto de 1985 del miembro de ETA Juan María Otegui.
Uno de últimos expedientes en ser desclasificados está
fechado en enero de 1984 y habla de la situación del terrorismo internacional.
Con algunas páginas y párrafos todavía hoy suprimidos y pese a incluir algunas
menciones a sucesos en Líbano o Siria, existe un atención preferente hacia la
antigua Yugoslavia y, sobre todo, España. Hacía poco que ETA había secuestrado y
asesinado al capitán de farmacia Alberto Martín Barrios, un atentado que había
creado un gran impacto en la sociedad de la época. La CIA apuntaba que el crimen
también trajo consigo un cambio en la política antiterrorista del gobierno de
Felipe González.
En este sentido, hay un párrafo que llama poderosamente la
atención en este informe. Según la
CIA «el Gobierno, sin embargo, parece determinado a adoptar
una estrategia poco ortodoxa en relación con ETA». Tras una frase
censurada, tal vez por indicar el nombre de la fuente, la Agencia escribe que
«González ha acordado la formación de un grupo de mercenarios, controlado por
el Ejército, para combatir fuera de la ley a los terroristas».
Tras otra frase censurada, se añade que «los
mercenarios no serían necesariamente españoles y tendrían como misión asesinar
a los líderes de ETA en España y Francia. El denominado Grupo Antiterrorista de
Liberación (GAL), similar a los escuadrones considerados por el Gobierno, de
hecho ha surgido en el sur de Francia. El GAL ha asesinado a dos conocidos
activistas de ETA-M en el sur de Francia y ha secuestrado a un hombre de
negocios español en Hendaya del que sospechaban que colaboraba con los
terroristas».
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