25 junio 2020
Una política penitenciaria
condescendiente con los terroristas
"No es un derecho de los presos cumplir sus condenas cerca de sus
domicilios"
Esta
semana nos informó el Ministerio del Interior de los dos últimos trasladados de presos etarras aprobados por Instituciones
Penitenciarias. Si bien es cierto que no se tratan de acercamientos a cárceles
del País Vasco, o Navarra, sí que se trata de un acercamiento considerable a
centros penitenciarios más próximos. De Salamanca a Logroño y de Almería a
Soria. Con estos dos, ya son 41 los traslados a cárceles más
próximas desde que Pedro Sánchez accediera al Gobierno. A ninguno de ellos
se les ha exigido la colaboración con la justicia como elemento para valorar su
pronóstico favorable de reinserción, tal y como viene defendiendo la AVT desde la primera reunión
que mantuvimos con el Ministro Marlaska en septiembre de 2018.
El
lugar donde los presos deben cumplir sus condenas no es una cuestión de
legalidad, en contra de lo que algunos sostienen no es un derecho de los presos cumplir sus condenas cerca de sus
domicilios, sino que es una cuestión de política penitenciaria. Es
decir, es potestad de Instituciones Penitenciarias decidir cuál es el mejor
lugar para que un preso cumpla su condena, siempre pensando en favorecer su
reinserción.
El
problema viene cuando por parte de los presos se utiliza la legislación, y la
nueva política penitenciaria, como “método
de lucha”, en palabras del
etarra Gorka Fraile, para la consecución de lo único que quieren: la libertad
de todos los etarras presos. Porque no nos engañemos, no quieren a los presos cerca los quieren libres.
Las
víctimas del terrorismo tenemos que recorrer también muchos kilómetros. Pero nosotros para visitar las tumbas de nuestros seres queridos. Asesinados por todos los que ahora
reclaman una humanidad que ellos nunca tuvieron. Ellos eligieron ser
terroristas. Nosotros nunca elegimos ser sus víctimas.
Opinión:
Solo un detalle: puede haber gente que quiera a los terroristas cerca y
hasta libres, incluso aquellos indecentes a los que no les importaba lo más mínimo
donde estaban y qué hacían esos mismos terroristas cuando estaban pululando por
la calles destrozando la vida del prójimo. Pero que los quieran cerca no
significa que vayan a quedar libres.
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