04 abril 2016
(01.04.16)
Tensión en la Ertzaintza por el
seguimiento a dos sospechosos de Molenbeek en Bizkaia
Su arresto en el peaje de Iurreta frustró la vigilancia a
la que estaban siendo sometidos por parte de la unidad de Inteligencia
La doble identificación de la que fueron objeto durante la
madrugada del pasado sábado dos ciudadanos del barrio de Molenbeek, en
Bruselas, de donde han partido buena parte de los terrorista yihadistas que han
atentado en Europa, ha generado roces importantes en el seno de la Ertzaintza. En
concreto, las discrepancias se han producido entre la Brigada Móvil (los
antidisturbios de la Policía
vasca) y la Oficina
Central de Inteligencia (los antiguos servicios de
información) a raíz del control policial que se organizó en el peaje de la AP-8 en Iurreta.
Fue allí, a altas horas de la
madrugada, donde de la
Brigada Móvil interceptó a los dos sospechosos y los condujo
a la comisaría de Durango, donde permanecieron varias horas siendo
identificados hasta que fueron puestos en libertad. El problema es que esa
‘detención’ -sobre el papel no estuvieron arrestados porque no habían cometido
ningún delito- «frustró la investigación» iniciada horas antes por la Oficina Central de
Inteligencia (OCI), que había organizado un seguimiento con agentes de la
unidad Erlo que se encarga de este tipo de vigilancias especializadas, según ha
podido saber EL CORREO de fuentes cercanas a la operación.
El seguimiento comenzó horas antes en Bilbao. Una patrulla
de Seguridad Ciudadana observó sobre las dos de la madrugada a un Hyundai azul
que hacía «movimientos sospechosos» por los barrios bilbaínos de San Adrián y
Larraskitu, cerca de una estación eléctrica de Iberdrola. Los agentes
identificaron a Y. B., de 31 años, y a R. B., de 37, y comprobaron que eran dos
ciudadanos belgas, de ascendencia marroquí, residentes en el barrio de
Molenbeek. Los ertzainas facilitaron sus datos por radio y comprobaron que no
tenían ninguna causa pendiente grave. Sólo constaba una «averiguación de
paradero» sobre uno de ellos por no haberse presentado a un juicio. Cuando les
preguntaron qué estaban haciendo en Bilbao, respondieron que eran «turistas»
que estaban conociendo la capital vizcaína.
Los agentes les dejaron marchar. La Ertzaintza también
pidió información sobre los dos ciudadanos belgas a los órganos de cooperación
antiterrorista. Ninguno de los dos tenía causas pendientes. Pero su actitud
sospechosa, y el hecho de que procediesen de un barrio considerado como una
especie de cantera de yihadistas, desencadenó un dispositivo específico de
seguimiento. Algunas fuentes sostienen que sus pasos estaban ya siendo seguidos
antes de la primera identificación, pero lo que está claro es que a partir de
ese momento se intensificó el marcaje.
Según las fuentes consultadas por
este diario, los dos sospechosos se marcharon al hotel en el que estaban
alojados. Allí realizaron unas búsquedas en internet y reservaron un hotel en
Vitoria. Poco después, sin embargo, partieron con su coche dirección San
Sebastián. La unidad especializada de Erlo estaba ya sobre sus pasos.
¿A dónde se dirigían?
El coche en el que viajaban fue
parado por segunda vez. En esta ocasión, en un control de Brigada Móvil en el
peaje de Iurreta. Los vecinos de Molenbeek -un barrio de unos 100.000
habitantes con un alto porcentaje de paro e inmigración- fueron conducidos a
comisaría. Desde el Departamento de Seguridad insistieron en que no estuvieron
detenidos en ningún momento, que sólo se trató de un rutinario proceso de
identificación.
Las fuentes consultadas no saben
quién tomó la decisión de pararles en el peaje. Pero insisten en que ha
generado malestar en la unidad de Inteligencia porque el arresto impidió saber
a dónde se dirigían y si pensaban reunirse con más personas.
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