18 abril 2016
Entrevistar a Otegi
Si a estas alturas un periodista no puede sentarse y preguntar a
alguien como el dirigente vasco, apaga y vámonos
No es la primera vez que me pasa, pero no por eso dejo de
alucinar. La cantidad de individuos que
han opinado sin ver un solo minuto de la entrevista que le hemos hecho a Arnaldo Otegi. Y sin verla, han
presupuesto que le íbamos a hacer un homenaje, o que íbamos a ignorar a las
víctimas del terrorismo de ETA, o que no nos atreveríamos a sacar el tema de
las torturas policiales. Ninguno de ellos ha esperado a ver la entrevista para
comprobar como Otegi ha
tenido que escuchar los mensajes que le han dirigido tanto Sara como Aitziber, hijas de los asesinados por ETA Fernando Buesa y José Luis López de Lacalle.
Palabras en ambos casos pronunciadas desde el dolor y la emoción contenida pero
sin rencor, con una dignidad que solo puede despertar admiración.
Tampoco han
esperado para comprobar como Otegi ha
tenido que opinar sobre capítulos de la negrísima historia de ETA,
como el atentado de Hipercor, el asesinato de Miguel Ángel Blanco o
los coches bomba que lanzaban contra casas cuartel donde había niños, familias…
y guardias civiles.
Tampoco han
esperado a ver como un exconcejal del PP de Errenteria no tenía reparos en
condenar las torturas (en algunos casos con resultado de muerte) que se
produjeron en comisarías de Euskadi.
Y tampoco
han esperado a observar como a pesar de tanto dolor, y sin necesidad de borrar
el pasado, hay mucha gente que
ha trabajado para llegar a la situación de paz actual y
mira al futuro con ilusión.
Todos esos
que han opinado sin ver son los que intentan
amedrentarnos para que
no nos salgamos del carril. De su carril. No os esforcéis.
No lo vais a conseguir. Por más que os empeñéis, y por más que intentéis
difamarnos, no dejaremos de abordar ningún tema por miedo a lo que vayáis a decir de
nosotros. Y evidentemente, muchas veces nos equivocaremos. Pero
sería mayor equivocación ceder ante los que hacéis del pensamiento único
vuestra bandera.
Respetar y ser
respetado
De Arnaldo Otegi se
puede estar en las antípodas ideológicas. Pero eso no quita para que se le
pueda hacer una entrevista. Algunos dicen que es intolerable. Yo respeto a
quien descarta hacerlo. Solo pido lo mismo para los que sí queremos. Porque si
a estas alturas un periodista no puede sentarse y preguntar a alguien como Arnaldo Otegi, apaga y
vámonos. Y si estoy escribiendo esto en el año 2016, igual es que hemos
ido para atrás en lo que a libertades se refiere. Los que hemos tenido la
suerte de mamar el periodismo de gente como Martí Gómez, Vinader o Gabilondo, ya no tenemos
remedio. Lo siento. Seguiremos haciendo este tipo de entrevistas. Le pese a
quien le pese. Y si eso molesta a los que sin ver un solo minuto de entrevista
ya tenían una opinión formada, pues mala suerte. No llegamos hasta
aquí para gustar a todos. Es lo que hay.
Opinión:
Puedo decir bien alto y bien claro que uno de los
periodistas que mejor conoce la realidad en el mundo de “las” víctimas del
terrorismo es Jordi Evole. Y lo digo porque hemos hablado muchas veces sobre la
cuestión y, especialmente, sobre la pluralidad que existe en el colectivo, ese
colectivo que por la inoperancia de algunos y por los intereses ideológicos y personales
de otros parece que deba estar relacionado totalmente con una ideología
partidista y política concreta.
Yo pregunto a quien quiera escuchar: cuando Troitiño,
Ernaga y Caride pusieron el coche bomba en Hipercor ¿nos llamaron antes para
preguntarnos a qué partido votábamos o con qué profesión nos ganábamos la vida?
Por experiencia propia y por lo consultado con muchas otras víctimas puedo
decir que no llamaron a nadie, en absoluto. No les preocupó lo más mínimo el
daño que iban a causar. Ni a quién.
Desde aquel día, la banda terrorista ETA se convirtió en mi
enemiga a batir. Pero no en el sentido de buscar y predicar la venganza sino en
otro más humanitario posible: el de conseguir que nadie mas sufriera lo que ya habíamos
sufrimos en mi propia familia. Y en otras con las que compartía el mismo
objetivo.
Por ello, aunque entrevistar a este individuo pueda
molestar a algunos, entiendo que hay que conocer al “enemigo” para vencerle.
Conocer al “enemigo” consiste, entre otras cosas, en saber qué piensa y qué
opina. Aunque no nos guste o no nos
aporte ninguna novedad.
Durante años me he pateado con unos pocos abogados
valientes y muy pocas víctimas la Audiencia
Nacional para enfrentarme a los abogados defensores,
familiares y amigos de muchos etarras. También de algunos miembros del GRAPO,
Terra Lliure o de los yihadistas autores del 11M en Madrid. Y hay que recordar
que en muchas de esas ocasiones teníamos que compartir hasta el mismo aire con
personajes de esa calaña.
Pero lo doy por bien empleado porque eso también ha servido
para que en octubre de 2011 la banda terrorista ETA reconociera su final. Para
que mucha gente que pueda estar molesta por la entrevista que hizo Jordi pueda
vivir con mucha más tranquilidad. Para que muchos que ahora se quejan por esta
entrevista no levantaran la voz cuando otro medio de comunicación entrevistó al
minero que aportó los explosivos para asesinar a 191 ciudadanos. Perdón, con
Laura, que murió hace unos pocos meses, 192.
Fue el 11M y recuerdo que la sentencia lo dice muy claro:
no fue ETA. Esa banda terrorista ya había causado demasiado daño, que entre
todos hemos conseguido anular de cara al futuro. Aunque a algunos pueda
molestarles incluso eso.
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