martes, 12 de abril de 2016

11 abril 2016 (3) El Mundo del Siglo XXI (opinión)

11 abril 2016 




La misión de Ignacio Cosidó: evitar otro Bruselas

"El PP está obligado a liderar la regeneración política y social: absoluta intolerancia con toda corrupción"
"Me habría gustado ser diputado, pero en plena amenaza terrorista mi responsabilidad era mantenerme"
"Destacaría la cooperación de Marruecos en la lucha contra el yihadismo. Nueve de cada diez detenidos son de origen marroquí"


El jefe de la Policía, Ignacio Cosidó, rompe su silencio en plena psicosis yihadista: "Tenemos la suerte de contar con una comunidad musulmana menos radicalizada que en otros países"

Hay políticos que hacen y políticos que dicen. Aunque licenciado en Ciencias Políticas y doctor en Historia, Ignacio Cosidó (Salamanca, 1965) es de los primeros. Lo prueba no sólo que esta sea la primera entrevista que concede a la prensa nacional en esta legislatura, sino su forma de enfrentarse a ella. Responde a las preguntas como quien emite informes: de forma rápida, eficiente, sin adornos, y el periodista casi se conmueve al encontrarse en tiempos de telecracia con un político reacio a teorizar sobre la Segunda Transición. Sus respuestas prudentes no esconden un legítimo deseo de reivindicación en la hora del balance, ni tampoco un vago desdén por la dimensión discursiva -inoperante- de la política.
¿Está España preparada para que no pase aquí lo que ha pasado en Bruselas?
La Policía está preparada para hacer frente a los grandes desafíos de nuestra seguridad, y el primero de ellos es el terrorismo. Es una amenaza global, indiscriminada, de la que ningún país en el mundo puede decir que esté a salvo. Pero solo la Policía Nacional ha detenido a 159 yihadistas en esta legislatura, en más 55 operaciones. La comunidad de inteligencia en España está funcionando bien, intercambiando información y cooperando con los países de su entorno. Creo que estamos ofreciendo la mejor respuesta a una amenaza tan difícil como la yihadista.
Apple se resiste a ceder información privada de sus clientes al FBI incluso en casos de investigación por terrorismo. ¿Tendremos que aceptar finalmente que se cedan nuestros datos?
Yo no soy nada partidario de medidas excepcionales que recorten los derechos que nos definen como sociedades libres. Pero el derecho a la vida y a la seguridad también hay que preservarlo como bien fundamental. Pasar un filtro en un aeropuerto supone una incomodidad para el ciudadano, pero es una incomodidad necesaria si queremos garantizar su seguridad en el vuelo. Nuestra policía es muy respetuosa en el manejo de la información de los ciudadanos: pueden confiar en que se va a utilizar única y exclusivamente para garantizar su libertad y su seguridad.
Si la yihad es global, ¿por qué seguimos levantando fronteras entre las distintas inteligencias nacionales?
No hay otra posibilidad de éxito contra la yihad que una cooperación internacional más intensa. La UE es un espacio privilegiado para desarrollar esa cooperación interestatal: el sistema de información de Schengen, la orden de detención y entrega, los equipos conjuntos de investigación, agencias como Europol o Eurojust, el PNR (Passenger Name Record, Registro de Nombre de Pasajero), que va a ser una herramienta muy eficaz para detectar los movimientos de posibles terroristas... Tenemos un mecanismo de cooperación multilateral que no existe en otro lugar. El reto ahora es utilizarlo más y potenciar el intercambio de información no tanto en cantidad como en rapidez y calidad. En el caso de España, yo destacaría el grado de cooperación que hemos alcanzado con Marruecos en la lucha antiyihadista, solo comparable al alcanzado con Francia en la lucha contra ETA. Nueve de cada diez detenidos por yihadismo en España son de origen marroquí.
En España hay dos focos potenciales de yihadismo: Ceuta y Barcelona. ¿Cómo está la situación allí era mismo? ¿Se están formando Molenbeeks allí?
Con carácter general, España tiene la suerte de contar con una comunidad musulmana con unos niveles de radicalización menores que los de otros países de Europa. Es verdad también que España tiene una inmigración de primera generación, y hemos observado que la radicalización se produce más en segundas y terceras generaciones. Es verdad que Ceuta y Melilla están muy cerca de lugares que generan inseguridad como Libia. Y hay una mayor concentración de operaciones antiyihadistas en Cataluña. Pero no podemos singularizar así esta amenaza, ni en el territorio español ni en el europeo. Los terroristas golpean donde pueden y creen que van a hacer más daño. 
¿Le preocupa a usted que la deriva independentista pueda torpedear la colaboración con los Mossos allí?
La colaboración con la policía autonómica catalana ha sido buena, especialmente en la lucha contra el crimen organizado. La situación política de Cataluña no favorece en estos momentos esa colaboración. Pero el terrorismo es un ámbito especial en el que la responsabilidad corresponde a Policía, Guardia Civil y CNI, sin menoscabo de la colaboración con fuerzas autonómicas.
¿Por qué la 'Ley Mordaza' ha resultado tan polémica? PSOE, Ciudadanos y Podemos apuestan en estos momentos por derogarla...
Las leyes de seguridad ciudadana siempre son complejas. La anterior ley, a la que la nuestra sustituye, también generó controversia, e incluso recursos al Constitucional. El objetivo de la ley era doble: primero, tipificar como sanciones administrativas las faltas que habían dejado de serlo en el Código Penal; y en segundo lugar, había que recoger nuevas tipologías delictivas, desde el uso de láser para deslumbrar a conductores o pilotos hasta el ejercicio de la prostitución en zonas con gran afluencia de niños. Eran demandas de la propia sociedad, asociaciones de vecinos o colectivos de conductores. Como resultado de la aplicación de esta ley, el número de identificaciones policiales ha disminuido un 30%. Así que esta ley no ha supuesto ninguna merma de las libertades de los ciudadanos. Más bien al contrario: ha crecido el garantismo.
ETA acaba de reaparecer con un comunicado que, más allá de su infame contenido, prueba que ahí sigue.
En lo que llevamos de legislatura, se ha detenido a 95 etarras. Le puedo garantizar que la Policía sigue trabajando todos los días con un único objetivo: la total disolución de ETA.
Recibieron muchas críticas por las excarcelaciones de Bolinaga y Otegi.
Siempre he sido partidario de aplicar con el máximo rigor nuestra legislación a los que hayan participado en atentados. Yo tuve la oportunidad de bajar al zulo de Ortega Lara a los pocos días de haber sido liberado, y después de esa experiencia comprenderá mi posición de contundencia en este tema. Sin el más mínimo ánimo de venganza, porque esa es la grandeza de la democracia y, sobre todo, de las víctimas. Un colectivo admirable por su fe en la justicia. En lo que se refiera a lucha antiterrorista, creo que podemos ofrecer un balance muy positivo en esta legislatura.
El fenómeno de las bandas latinas al parecer se encuentra en auge...
Nos preocupa. Son bandas violentas, y un gran número de sus miembros está vinculado a actividades delictivas. Hemos hecho un trabajo intenso de desarticulación: solo en 2015 hemos detenido a más de 300 integrantes de bandas latinas, cuyo número va a la baja.
¿Cómo es su relación con el ministro Fernández Díez? 
Pregunta difícil... ¡valorar a tu jefe! Yo siempre he tenido admiración por todos los ministros del Interior de nuestra democracia, porque es una cartera de una especial dificultad. Pero para Jorge Fernández Díaz no puedo tener más que palabras de agradecimiento: fue el que me propuso para dirigir la Policía Nacional, que ha sido el mayor orgullo que he tenido nunca en mi carrera. 
¿Le hubiera gustado ser diputado?
Siempre he tenido una vocación política muy marcada. Milité desde los 18 años en las Juventudes Liberales. No le niego que me hubiera gustado estar en esas listas. Pero creo que por un sentido de la responsabilidad, en mitad de una amenaza terrorista tras los atentados de París y la crisis de los refugiados, pensé que mi obligación era la de mantenerme en esta responsabilidad.
¿Qué le pediría usted al jefe de su partido, a Mariano Rajoy, para que desbloqueara esta situación?
Es una situación inédita en nuestra democracia ya no tan joven. Los ciudadanos nos dieron un mandato de regeneración de la vida política. El protagonismo lo tienen los partidos. El PP fue el más votado, y tiene dos grandes deberes: gobernar con el acuerdo de otras formaciones y recuperar la confianza y la ilusión de todos aquellos que nos votaron en el pasado, que dejaron de hacerlo en diciembre y que podrían volver a hacerlo en unas próximas elecciones. El PP está obligado a liderar un proceso de regeneración política en nuestro país. Si lo hacemos, traeremos de vuelta a los desencantados. Y hablo de regeneración política y social: absoluta intolerancia con cualquier forma de corrupción, incluyendo al que defrauda a la Seguridad Social o a Hacienda. Afecta a todos, pero a los partidos en primer lugar.
¿Le preocupa la posibilidad de la llegada del populismo al poder?
El neobolchevismo que representa Podemos constituye una amenaza para nuestro sistema constitucional de libertades. Es un riesgo para la democracia.
¿Más o menos factible que la ruptura territorial en Cataluña?
Creo que no tiene ninguna posibilidad de éxito. Creo firmemente en la fortaleza de nuestro Estado y de sus instituciones. Y en el sentido común de una gran mayoría de los catalanes y de todos los españoles para plantear proyecto común de unidad que genere ilusión.
La gestión de los refugiados depende de Interior. Pero parece que han llegado muchos menos de los que nos comprometimos a acoger...
Creo que, sinceramente, España ha sido un modelo de cómo gestionar la crisis migratoria. Si miramos las cifras de inmigrantes y de refugiados que ha entrado por los Balcanes o por el Mediterráneo central, en España hemos tenido un éxito notable, basado en tres principios: un control efectivo de nuestras fronteras, que es un requisito imprescindible para poder tener un país seguro; una colaboración muy activa con los países de origen y de tránsito; y una gestión eficaz de la figura del asilo, para que las personas que huyen de una guerra o del terrorismo puedan tener el grado de protección que merecen y a las que tenemos la obligación moral de acoger. 
 ¿Qué retos ha superado y cuáles tiene por delante la policía española?
Me siento orgulloso de la transformación tecnológica y social del modelo policial: el éxito en redes sociales, el patrullaje inteligente, la innovación en los servicios de participación ciudadana o los convenios firmados para proteger a colectivos más vulnerables como discapacitados o víctimas de trata. Los delitos violentos han descendido un 30% mientras que los cibernéticos han crecido un 50%: hay que adaptarse a eso. Nos preocupa mucho también que los robos con violencia hayan bajado un 30% mientras que los casos de violencia contra la mujer han repuntado levemente. Por eso pusimos en marcha la Unidad Familia y Mujer, orientada a la violencia en el hogar. También puedo decir que en 2012 tenía una oferta de empleo público de 300 y pico policías y este año será de 2.600.
La peor y la mejor noticia que ha recibido en el cargo.
La peor, la muerte de Gaby y Jorge en el atentado de la embajada en Kabul. La mejor operación... Quizá la detención del pederasta de Ciudad Lineal. Era una pesadilla.



Opinión:

Dice el Señor Cosidó que “tenemos la suerte de contar con una comunidad musulmana menos radicalizada que en otros países"… bueno, pues muy bien. Es la segunda persona de España con más información sobre el tema y, por lo tanto, supongo que lo que dice es cierto.

Pero resulta que en una entrevista en el diario El País del pasado mes de noviembre dice que “La amenaza es terrorista, global, fanática e indiscriminada” y que “debe aumentar la lucha contra el ISIS en Internet”.

Sinceramente, me parece que se contradice.

Adjunto el link de la entrevista de noviembre de 2015. Recomiendo su lectura.

http://politica.elpais.com/politica/2015/11/20/actualidad/1448026977_333863.html


No hay comentarios:

Publicar un comentario