18 abril
2016
Once polémicas confesiones de Arnaldo
Otegi en Salvados
La primera vez que Salvados entrevistó
a Arnaldo Otegi fue hace casi
siete años. Entonces Jordi Évole era más follonero que
Évole y su encuentro con el líder abertzale en unas escaleras, después de un
mitin, en el tono cachondo que tenía el programa por aquel entonces no hizo
demasiada gracia a demasiada gente. A Évole le dijeron de todo.
"Se hizo en un momento en el que no había tregua.
Aparecimos ahí por sorpresa, sin consentimiento. Nos miraron mal. Nos jugamos
dar la cara por ese señor. Tuvimos la mala suerte de que se sentó y le hicimos
una entrevista muy mala. Con más preguntas, con más preparación, con un
cuestionario más bueno, hubiese salido mucho mejor. Pero le dijimos lo que
teníamos que decirle. Y al cabo de una semana ETA asesinó a un policía
nacional. Nos llamaron de todo", recordó el periodista cinco años después
en una charla con David Trueba.
Dos años después de esto y siete después del encuentro en
aquellas escaleras, Otegi y Évole se han vuelto a encontrar en Salvados.
"Nunca podré decir si voy a volver", dijo Otegi en 2009. "¿Tú?
Pero si has vuelto de todas, macho", le respondió Évole.
Mucho han cambiado las cosas desde entonces. ETA ya no
mata. Salvados no es lo que era (mucho tuvo que ver en
esto su paso por el País Vasco)
y Otegi ha vuelto otra vez. Tras pasar seis años y cuatro meses en prisión acusado
de reconstruir el brazo político de ETA, Arnaldo Otegi recibe a Évole en un
caserío de Txillarre convertido
en virtual candidato a lehendakari. “El más peligroso para el Estado español”
presumió él.
Su entrevista en La Sexta es la primera que concede a una
televisión de ámbito nacional tras la publicada por The
New York Times días
antes de su salida de la cárcel y la emitida por EITB hace
más de un mes.
A Évole le han vuelto a decir de todo. "Si a estas
alturas un periodista no puede sentarse y preguntar a alguien como el dirigente
vasco, apaga y vámonos", se defendió de forma preventiva el periodista.
Su entrevista dejó
varios titulares.
El programa de este domingo arrancó con una pregunta:
¿Estará ETA viendo esta entrevista? Seguramente sí. Arnaldo Otegi, en mitad de
un valle de Elgoibar, respirando aire
libre, admitía su extrañeza ante el recibimiento que ha recibido tras salir de
la cárcel de Logroño. "Soy consciente
de que hay sectores del Estado interesados en volverme a encarcelar. Me
sorprende que cinco años después de que ETA decidiera abandonar la violencia los
niveles de crispación hacia mí hayan ido en aumento".
Cuestionado por su autorretrato, Otegi se reconoció como "una persona que ha sido responsable de parte de la tragedia de este país, pero también que ha contribuido a un escenario en el que ha desaparecido la lucha armada".
Cuestionado por su autorretrato, Otegi se reconoció como "una persona que ha sido responsable de parte de la tragedia de este país, pero también que ha contribuido a un escenario en el que ha desaparecido la lucha armada".
¿Es Otegi un terrorista? "No me considero un
terrorista para nada", sentenció el líder abertzale,
atrapado luego en un "debate semántico" sobre "qué es terrorismo
y qué no". "La gente juzgará mi contribución a la causa de la paz en
este país. Reconocimos el dolor causado, y no tengo ninguna duda de que tenemos
que hacerlo más".
Otegi ha pasado casi seis años y medio en la cárcel de
Logroño. Dice que durante su tiempo entre rejas vivió "emociones duras",
entre ellas la muerte de su madre. "Lo viví con mucha intensidad, con
angustia y mucha impotencia. No puedes hacer nada".
Él pudo despedirse de su madre, pero aquella situación,
cuenta, le invitó a reflexionar sobre el dolor que causó ETA. "Cuando
estás en el patio y viene alguien y te dice 'llame usted urgentemente a casa',
sabes que ha pasado algo grave. Y uno piensa lo peor. Eso me llevó a una
reflexión. Cada vez que ETA cometió un atentado alguien llamó también por
teléfono a los padres, a los amigos de esa persona y les dio la puta noticia de
que su ser querido había muerto. Eso es un motivo de reflexión".
Durante su entrevista, Otegi relata sus primeros contactos
con ETA. Creció en una familia "perdedora de la Guerra Civil, claramente antifascista, de
izquierdas e independentistas". Explica como "algo natural" las
simpatías por ETA, que en 50 años llegó a sumar 15.000 militantes. Reconoce
Otegi que perteneció a la rama político militar de la banda terrorista durante
el franquismo, pero niega su participación en la acción armada de ETA.
"Jamás he participado en un secuestro".
Otegi fue condenado a seis años de cárcel en 1989 por el
secuestro del director de la factoría de Michelin en Vitoria, Luis Abaitua. "Siempre
negué mi participación en esos hechos", asegura.
Otegi se enfrenta a las preguntas de las hijas de Fernando Buesa y de José Luis López de Lacalle,
asesinados ambos por ETA en 2000.
El líder abertzale reconoce que la noticia de la muerte de
Buesa fue algo "conmovedor". "Se movió algo en términos humanos,
es evidente. Éramos grandes adversarios, pero tenía un gran respeto en términos
intelectuales, era un gran parlamentario. Claro que algo se conmovió con cada
asesinato, con cada víctima en un lado y en el otro".
"Uno se siente abrumado ante la tragedia que está
contemplando. Y siente que tiene parte de responsabilidad. Uno se siente
golpeado en su interior, cuestionado en muchas cosas. Pero también siente que
tiene la responsabilidad de llevar a ese proceso de reflexión a un gran colectivo
de gente".
El 19 de junio de 1987, ETA hizo explotar una bomba en el
centro comercial de Hipercor en Barcelona. Murieron 21 personas y otras 45
resultaron heridas. "Fue una convulsión absoluta, un absoluto desgarro
personal y político. Ves que muere gente trabajadora, humilde, que estaba
haciendo las compras", recuerda Otegi, que se confiesa
"abrumado" ante un atentado que cree que fue un "punto de
inflexión en la izquierda abertzale", un atentado que dejó un
"sentimiento de abatimiento total".
Luego en la entrevista Otegi quiso recordar, casi como
excusa, que ETA dio tres avisos antes de aquel atentado porque "la
intención no era matar, sino causar daños materiales".
También respondió Arnaldo Otegi al asesinato de Miguel
Ángel Blanco en 1997. Otegi tiene un "recuerdo imborrable", de una
"situación enormemente tensa en el país". Le cuenta a Évole que él
estaba en la playa de Zarautz, un "día
normal" con su mujer y sus hijos. "Me llamó la atención el silencio
en la playa, era la antesala de una gran tragedia. Aquello se percibía de
manera brutal en la población vasca, se podía presuponer una catástrofe humana,
política y en términos sociales".
Le pregunta el director de Salvados por qué no hizo nada
por evitarlo. Y Otegi dice que "alguna iniciativa hubo". Nada más.
"Yo no sabía que le iban a matar, joder".
Durante la entrevista, Otegi reitera que el fin de la
violencia es irreversible y cree que "una inmensa mayoría de la izquierda abertzale apuesta
por vías pacíficas". ¿Por qué no condenan la violencia? Según Otegi porque
condenar sería interpretado por algunos sectores abertzales como
una humillación. "Que te han ganado, que te has humillado, te estás
bajando los pantalones".
"Hay gente que me ha dicho que la estrategia (de paz)
es absolutamente equivocada, que Cataluña demuestra
que no existen vías democráticas para lograr nuestros objetivos. Están
equivocados. Con el tiempo les convenceremos", mantiene.
Es una de sus declaraciones más polémicas. Según Otegi, a
parte del Estado español "le convenía ETA". "No tengo ninguna
duda, me consta. A parte del Estado español le convendría que ETA volviera.
Estoy convencido de que hay sectores que están deseando que se produzca un
atentado".
Cree Otegi que la crisis del bipartidismo, de la monarquía,
la corrupción, las nuevas izquierdas o el proceso de Cataluña no habrían sido
posibles si ETA siguiese atentando. "Se habría instrumentalizado para
taponar estas cosas. Estoy convencido de que hay sectores a los que no les
importaría demasiado que ETA volviera en una determinada intensidad".
Arnaldo Otegi defiende que el fin de la violencia no fue un
éxito de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que ETA no fue
derrotada y que incluso hoy tendría capacidad para rearmarse. Según él, el
mérito fue de la "estrategia" de la izquierda abertzale pero
también del trabajo del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Otegi recordó
las conversaciones con Jesús Eguiguren, ex presidente del PSE, y las reuniones
en las que participó incluso Patxi
López. "La paz se debe a gente como Jesús, incluso gente como
Rodríguez Zapatero. Me van a dar por todos costados por decir esto, pero fue un
presidente que arriesgó en el proceso. No sé si le hago mucho favor, pero lo
voy a decir".
"No contemplo otro horizonte que el desarme de
ETA", aseguró Otegi, que dijo, sin embargo, que si la banda terrorista no
se ha desarmado ya es porque el Estado no le deja. "¿Qué interés tiene el
Gobierno? Ninguno. Están haciendo todo lo posible para que eso no se produzca.
El primer interesado en que no haya desarme es elGobierno español y el Gobierno francés".
¿Ha valido la pena tanto dolor para llegar hasta aquí?
- Ha ocurrido.
Así arrancaba la última parte del programa. Otegi insistía
en que el fin de la violencia no tiene marcha atrás pero avisaba: "Cuando
se humilla a la gente, cuando se frustra a la gente, las consecuencias suelen
ser bastante graves. No tratemos de hurgar en determinadas heridas porque eso
no va a traer nada bueno a este país".
Pedía Otegi no consolidar las reflexiones de aquellos que
creen que las vías democráticas no conducen a ningún sitio y confiaba en un
futuro en el que el pueblo vasco pueda "decidir su futuro".
"Si este país vota y decide que quiere seguir en el
Estado español, yo ya he ganado. Aunque pierda mi opción partidaria. Estoy
dispuesto a perder. Me gustaría que alguien del Estado español hiciera también
esta reflexión".
- ¿Cómo se imagina Euskadi dentro de
20 años?
- Como un estado independiente, espero que antes de esos 20
años.
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