29 diciembre 2013
Reconocer el daño, reconocer la derrota
En ningún caso ETA reconocía que lo que habían hecho durante años
(asesinar, herir, secuestrar, extorsionar, amedrentar, exiliar) estuviera mal.
Presumían de ello. Ahora cambian radicalmente de postura.
Que los presos de ETA
reconozcan el daño causado durante más de cuarenta años de atentados, acepten
la eternamente repudiada legislación penitenciaria española, clausuren las
soluciones colectivas y acepten la vía individual para su reinserción significa
un certificado explícito de la derrota de la banda, supone un triunfo de la
democracia.
Nos duelen los ojos y los oídos
de ver y escuchar a ETA que las vías individuales son una traición,
que fuera del rebaño de lo colectivo no hay salvación, que aceptar la
legislación penitenciaria es claudicar. Durante demasiados años ha habido
presos de ETA que no se han atrevido a acogerse a medidas individuales, a
entrar en vías de beneficios penitenciarios que les hubieran sacado de la
cárcel sin agotar la condena.
El miedo a la propia
banda; el pánico al rechazo social en sus propios pueblos, tan de calor de
establo; la ciega disciplina en los tiempos en que fuera de las
órdenes de la banda no había salvación; el pavor por estar metidos en esa
espiral del silencio que durante años ha creado la muerte sistemática y
planificada, que asesinaba incluso a antiguas dirigentes de la banda
–"generales", se les llamaba– como a Yoyes; todo ello ha impedido
que presos que podían salir a la calle consiguieran la libertad. El miedo. Años
de plomo en los que el miedo a ETA estaba también en la
propia ETA.
Ahora, cuarenta años después,
resulta que la banda reconoce que un preso puede acogerse a una vía individual
que allane su salida de la cárcel y que lo haga al margen del
colectivo militar que dictaba la recta vía.
Los presos reconocen el daño
causado, aunque hagan el arabesco de denominarlo "multilateral".
"Reconocemos con toda sinceridad el sufrimiento y el daño multilateral
generados", dicen en una expresión atormentada porque, si reconocen
el daño, tendrá que ser el causado por ellos mismos, el daño causado por otros
deberían reconocerlo otros.
Pero este circunloquio en la
forma de expresar su autocrítica informa también de un cambio muy
relevante respecto a planteamientos anteriores, cuando los terroristas se
jactaban de ese daño causado, lo veían como justo y necesario y echaban la
culpa de él a las propias víctimas.
En ningún
caso ETA reconocía que lo que habían hecho durante años (asesinar,
herir, secuestrar, extorsionar, amedrentar, exiliar) estuviera mal. Presumían
de ello. Ahora cambian radicalmente de postura y me imagino que en unos años
acabarán reconociendo el daño “unilateral” causado. Al tiempo. También
ahora reconocen cosas que hace unos años eran inimaginables.
Los presos renuncian a emplear
en el futuro "el método utilizado en el pasado", es decir, anuncian
que dejan de asesinar y sembrar miedo. ¡Casi nada!, comparado con el
elogio del terror practicado durante años como herramienta de prestigio,
revolucionaria, necesaria, innegociable y justiciera. Todo eso se queda
ahora en "método". El orgulloso y terrorífico "ETA,
mátalos" queda en método.
ETA está a años luz de
anteriores comunicados en los que se hacía virtud necesaria, revolucionaria,
urgente y liberadora la práctica del terrorismo contra el presentado como
opresor milenario.
De manera que, dos años después
de anunciar que dejaban la violencia, ETA da ahora vía libre a sus
presos para que busquen salidas individuales, reconoce el daño causado con su
terror y acepta que ha cometido un delito al acogerse a vías de reinserción
establecidas en la legislación penitenciaria.
Del
"presoak kalera", "amnistia osoa" (presos a la
calle, amnistía total) y del "amnistia ezta negoziatzen"
(la amnistía no se negocia), hemos pasado al reconocimiento del daño causado, a
las salidas individuales –se acabó el colectivo–, a analizar las
responsabilidades de "cada uno de nosotros", a la aceptación de las
vías de reinserción y, por tanto, al reconocimiento implícito del delito. Todo
esto sin la más leve concesión política. Todo esto después de años de golpes
policiales, políticos, judiciales, de movilizaciones ciudadanas, de vías de
negociación que también contribuyeron a achicar sus espacios.
Reconocer el daño
causado. Toda una derrota de la banda. Todo un éxito de la democracia y
las libertades.
Opinión:
Excelente análisis el de José Mari Calleja, uno de los mejores especialistas en el tema, entre otras cosas por haber sido uno de los periodistas más involucrados en la información sobre terrorismo (y por tanto más amenazados). Durante el día de hoy he tenido el placer de contactar con él y compartir ese sentimiento de victoria, iniciado en aquel comunicado de octubre de 2011.
Excelente análisis el de José Mari Calleja, uno de los mejores especialistas en el tema, entre otras cosas por haber sido uno de los periodistas más involucrados en la información sobre terrorismo (y por tanto más amenazados). Durante el día de hoy he tenido el placer de contactar con él y compartir ese sentimiento de victoria, iniciado en aquel comunicado de octubre de 2011.
Parece que fue ayer y ya han
pasado dos años desde que la banda asesina ETA reconoció públicamente su
derrota.
Por eso debemos seguir
trabajando para que nadie mas sufra lo que algunos ya hemos sufrido. Y sobre
las declaraciones de algún que otro representante, una víctima me decía que
tiene la impresión de que hay quien no se alegra de que ETA haya dejado de
asesinar… coincido plenamente en esa opinión.
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