02 enero 2014
Tres claves y algunas preguntas sobre el paso de los presos de ETA
El entramado de ETA, a través del colectivo de presos EPPK, ha dado otro paso en su apuesta estratégica por el abandono de la violencia. La decisión de los presos de la banda de emitir un comunicado como el publicado es un avance trascendental en un camino que debe desembocar en la desaparición de la organización terrorista a través del abandono de las armas y su completa disolución. Un destino que parecen tener más claro en las altas instancias del conglomerado abertzale que en las del propio Estado.
La última decisión de los presos es un avance significativo en sus posturas, pétreas desde hace décadas, y permite abrir un halo de esperanza entre los propios reclusos, que por fin podrán acogerse a beneficios penitenciarios, y para sus familiares, castigados con largos desplazamientos para visitar a sus allegados en una decisión política e insostenible, especialmente en estos momentos. La Justicia solo es con mayúsculas si es igual para todos.
La primera gran novedad es el reconocimiento de la legalidad vigente. Con esta decisión, se rompe la unidad del colectivo de presos de ETA y se abre la puerta a que cada cual pueda acogerse a medidas penitenciarias que desemboquen en una más rápida puesta en libertad en distintos grados. Los presos de ETA dejan por fin de ser doblemente reclusos. Por un lado, lo eran de los países donde habían cometido delitos y por otro, de una política victimista impuesta por la banda que les impedía reinsertarse y beneficiarse de la legislación penitenciaria vigente.
Opinión:
Con total realismo, a mi me es indiferente donde cumplan las condenas los terroristas: si a 1000 kilómetros o a 100 de sus casas... lo único que exijo es que, del mismo modo que los que atentaron antes de 1995 se han aprovechado de los beneficios de la legislación vigente desde 1973 hasta el 95, los que lo hicieron a partir del 95 deben cumplir la condena sin beneficio alguna. Es lo que dice la ley y la ley debe ser igual para todos.
Lo de la política victimista no lo tengo tan claro... los que hubieran querido enfrentarse a las imposiciones de la banda podían haberlo hecho desde el minuto uno. Aunque también es verdad que mas vale tarde que nunca...
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