08 diciembre 2013
ETA permite a
sus presos en Francia usar un control telemático para salir de prisión
La medida, a la que la banda se
había opuesto durante años, posibilitará a los 6 reclusos galos de ETA en el
país vecino optar a la libertad condicional
Un gesto de cierta apertura. ETA ha autorizado a sus
presos en Francia a que acepten el uso de un control telemático –las
tradicionales pulseras– y el pago de indemnizaciones para poder disfrutar de la
libertad condicional y abandonar así las prisiones en las que cumplen condena.
La medida se ha adoptado tras el debate que la organización terrorista ha
mantenido en los últimos meses sobre qué pasos deben dar sus reclusos para
favorecer su reinserción. Entre estas iniciativas figura también la de permitir
que los internos en cárceles españolas puedan recurrir a la Justicia para solicitar
su traslado a centros penitenciarios cercanos a Euskadi.
La posibilidad de que los presos que lo deseen
puedan utilizar ese control telemático –una opción que la banda restringe a
Francia, no a España, según la agencia Vascopress–, supone un movimiento de
cierta trascendencia por varios motivos. El primero, que es una decisión firme
tomada por la dirección de la organización. El segundo, porque durante años la
cúpula terrorista se había opuesto a ello. La dirección de ETA entendía que sus
militantes no podían ser tratados como un recluso común, sino que merecía un
estatus militar. El gesto, sin embargo, tendrá un limitado recorrido en la
práctica. Según ha podido saber este periódico, sólo podrán beneficiarse seis
internos de la banda en el país galo, los seis nacidos en Francia. Los otros
111 etarras encarcelados en el país vecino tienen nacionalidad española y no
tendrán la opción de quedar en libertad bajo la vigilancia de una pulsera
especial de control.
Lo habitual para los presos de ETA españoles recluidos en centros penitenciarios galos es que sigan dos caminos. Uno, que tengan causas pendientes en Madrid, por lo que cuando pueden optar a la libertad condicional son trasladados para que cumplan sus condenas en España. Si no las tienen, lo normal es que sean expulsados. Los tribunales galos incluyen la prohibición de residencia en Francia en sus sentencias por delitos de terrorismo.
Lo habitual para los presos de ETA españoles recluidos en centros penitenciarios galos es que sigan dos caminos. Uno, que tengan causas pendientes en Madrid, por lo que cuando pueden optar a la libertad condicional son trasladados para que cumplan sus condenas en España. Si no las tienen, lo normal es que sean expulsados. Los tribunales galos incluyen la prohibición de residencia en Francia en sus sentencias por delitos de terrorismo.
La utilización de controles telemáticos, aunque no
era permitida oficialmente, sí que venía siendo una opción a la que se acogían
ya algunos reclusos en Francia. El pasado 26 de marzo, Argi Perurena Pascual
‘Larrain’ –de nacionalidad gala– salió de prisión gracias a ese mecanismo,
aunque tuvo que residir en París hasta el 2 de septiembre a modo de prueba. A
comienzos de año Jon Parot, también francés y exintegrante del ‘comando Argala’
que dirigía su hermano Unai –quien dio nombre a la ‘doctrina Parot’–, redactó
una petición para obtener la libertad condicional –fue condenado a cadena
perpetua y lleva en prisión desde 1990– en la que mostraba su disposición a
emplear la pulsera de control. La
Justicia francesa no aceptó su solicitud de excarcelación.
Textos de 1007, 2009 y 2011 El control telemático como requisito para obtener la libertad condicional ha sido sistemáticamente rechazado por ETA en los últimos años.
Textos de 1007, 2009 y 2011 El control telemático como requisito para obtener la libertad condicional ha sido sistemáticamente rechazado por ETA en los últimos años.
Una comunicación dirigida a los presos en 2007
señalaba que “el confinamiento es otra forma de control, igual que la pulsera
electrónica, el tercer grado o los permisos (…) El Estado nos dice dónde hay
que vivir, lo que podemos hacer, lo que no… y eso en nuestra opinión, es tan
humillante como el resto de cosas. Además en los términos que sé plantea hoy en
día no lo deberíamos aceptar”
Otro documento elaborado en 2009 establecía que “no
se aceptará la pulsera” de control para obtener la puesta en libertad. Ese
mismo año, el 5 de julio, los presos de ETA difundieron un comunicado en el que
hacían referencia a la puesta en libertad por enfermedad grave de dos reclusos,
Mikel Gil Cervera y Bautista Barandalla, que habían salido de prisión sometidos
a control telemático. El texto advertía que la pulsera electrónica era un
mecanismo “para el control político” y que resultaba inadmisible, aunque en el
caso de Barandalla y Gil parecían hacer una excepción “dado que está en juego
su vida”. En octubre de 2011 la dirección de ETA envió otra comunicación a las
cárceles en las que se aceptaba salir de prisión con pulsera telemática “en el
caso de enfermedad grave”.
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