8 diciembre 2013
Las víctimas,
ante el caos de la justicia
En España es imposible saber
cuántos atentados terroristas permanecen sin resolver. Una oficina de la Audiencia Nacional
recopila desde hace tres años centenares de sumarios para crear una base de
datos fiable e informar a los damnificados
Desde la página 1 Las preguntas son claras y
directas. Las respuestas, no tanto. ¿Cuántos crímenes terroristas permanecen
aún sin resolver? ¿Qué cifra cuenta con una sentencia condenatoria? ¿Cuántos
casos han prescrito o han sido sobreseídos? Tras décadas de violencia, más de
un millar de asesinados y miles de heridos, las víctimas no disponen de una
base de datos oficial y accesible en la que se recojan al detalle los sumarios
de cada atentado. O, lo que es peor, en algunos casos ni siquiera están
localizados los expedientes. La
Oficina de Asistencia a Víctimas del Terrorismo de la Audiencia Nacional
trabaja desde hace tres años en la recopilación de todos los archivos. Son
cinco mujeres con un objetivo: poner orden al caos de la justicia.
La oficina nació en 2006 de la mano del Ministerio de Justicia, aunque depende directamente de la presidencia de
El presidente de
La búsqueda de esos expedientes “está completamente
finalizada”, según revelan desde la oficina. La única causa que quedaría por
localizar sería la relativa a Jeanine Pueyo, una ciudadana francesa
presuntamente relacionada con grupos de extrema derecha, cuyo asesinato
reivindicaron los Comandos Independientes Especiales de Apoyo a ETA Militar
(KIBAETAM), si bien la información sobre este sumario ha sido requerida al país
galo. Es probable que dicho atentado no forme parte de la jurisdicción
española. Se trata de una ciudadana francesa, el atentado fue cometido en el
país vecino y en el año en el que se produjo el crimen no existía el principio
de Justicia universal. Data de 1985. – ¿Cómo han encarado la recopilación de
los sumarios judiciales? – Es un trabajo muy complejo. Las causas no están
ordenadas por el nombre de la víctima ni tampoco por el del terrorista. Cada
una tiene un número y tienes que mirar carpetilla a carpetilla. Hablamos de
años en los que había multitud de atentados y en los que los medios no eran los
que existen hoy día. Tampoco las víctimas estaban tan arropadas como ahora. En
los años de plomo, por ejemplo, la gente enterraba a sus muertos a escondidas y
las víctimas no acudían a los juicios. En las salas estaba el entorno de ETA
apoyando a los terroristas, mientras que las víctimas ni siquiera se enteraban
de las sentencias. Estaban muy solas y muy asustadas.
Así se expresa Carmen Alba, que está al frente de la oficina de
Demanda “en aumento”
Del listado de 349 casos con el que inicialmente trabajaron, el 92% se hallaron en los archivos de
Desde que la oficina se volcara hace tres años en localizar los más de trescientos casos judiciales a los que hicieron mención Pagazaurtundua, Cuesta y Ladrón de Guevara, sólo les consta la reapertura de dos de estos casos. Se trata del asesinato del empresario Patxi Arratibel en 1997, mediador en el secuestro de Emiliano Revilla, y el del brigada del Ejército de Tierra Luis Conde, muerto en un atentado de ETA en 2008. Fuera del listado de 349 expedientes,
Volcada en un trabajo que la “ilusiona”, Carmen Alba
reconoce que queda mucho por hacer. En los siete años que lleva de andadura, la
oficina ha recibido 2.500 peticiones por parte de víctimas para conocer el
estado procesal de sus causas o el desarchivo de los sumarios para poder
examinarlos con magistrados o fiscales. Lo que hace una media de 350
solicitudes por ejercicio. “Y la demanda va en aumento”, subraya su
coordinadora.
Pese a haber localizado ya los 349 casos planteados por las asociaciones de víctimas, todos ellos posteriores a 1977, el equipo de la oficina ha decidido continuar con la labor iniciada y “de oficio” ha empezado a buscar e investigar el resto de casos. También los anteriores a
En tiempo
récord
El objetivo que persigue la oficina es tener
digitalizados todos los procedimientos por atentados terroristas, así como
crear una macro base con los datos de las víctimas, relacionándolas con su
atentado y con el terrorista o terroristas en cuestión, de manera que se pueda
hacer llegar la información de una forma “mucho más ágil y en tiempo récord”. “Eso
es por lo que estamos luchando”, remarca Carmen Alba. En la actualidad, y desde
enero, existe una oficina electrónica en la que los afectados sólo pueden ver
cuál es el número de procedimiento y conocer el estado de las causas que han
sido localizadas. Su enlace está disponible en las páginas web del Ministerio
de Justicia y del Poder Judicial, así como en las de algunos colectivos de
damnificados.
Una de las cuestiones que más llama la atención, y que se podrá solventar cuando la base de datos sea una realidad, es que de los más de mil casos de atentados terroristas –857 víctimas mortales corresponden a ETA– se desconozca cuál es el número de crímenes que siguen pendientes de resolver décadas después. No existe una cifra oficial, ni siquiera enla Audiencia Nacional.
Tampoco se conoce cuántos casos han prescrito. Colectivos de víctimas estiman
que podrían superar el centenar. Mientras, los damnificados claman justicia.
Una de las cuestiones que más llama la atención, y que se podrá solventar cuando la base de datos sea una realidad, es que de los más de mil casos de atentados terroristas –857 víctimas mortales corresponden a ETA– se desconozca cuál es el número de crímenes que siguen pendientes de resolver décadas después. No existe una cifra oficial, ni siquiera en
El trabajo de la Oficina de Asistencia a las Víctimas del
Terrorismo no acaba ahí. Entre sus cometidos figura, asimismo, el de informar a
los afectados cuándo un preso sale de permiso o es puesto en libertad. “Con las
excarcelaciones que se han producido a raíz de la sentencia contra la ‘doctrina
Parot’, ojalá hubiésemos podido introducir el nombre, por ejemplo, de Inés del
Río y que me saliese la lista de todas sus víctimas”, expresa Alba. La labor de
telefonear a los afectados en estos casos recae en una psicóloga, aunque no
siempre es posible localizar a los damnificados. “Lo primero que hay que
preguntarles es si quieren conocer una información sobre el terrorista en
cuestión. Hay personas que dicen que no porque saber eso les supone un
sufrimiento añadido”, revela. En lo que va de año, la oficina ha realizado 210
llamadas para informar sobre excarcelaciones y 88 por permisos de presos
relacionados con los casos que afectan a las víctimas a las que se informa.
Opinión:
Voy a intentar ser condescendiente y educado. Pero
empiezo por decir que quejarse ahora por no tener los datos de los terroristas
y/o de sus víctimas es una nueva muestra de la dejadez que ha existido y se ha
permitido en las administraciones. Desde aquellas que son capaces de decir que “la
víctima no es prioritaria para esta administración” hasta a aquella que pese a
las solicitudes recibidas no ha sido capaz de aportar recursos para continuar
la labor iniciada.
Labor que se ha tenido que llevar a cabo por personas
a nivel particular y desde la inversión de cientos de horas para localizar
tanto a víctimas como atentados ocurridos, al menos en Cataluña. Como muestra, mi trabajo de
investigación presentado el 30 de diciembre de 2010 y que puede ser revisado
por quien así lo desee.
De hecho, ya se han realizado contactos con la
administración central para compartir esta información... y como dato anecdótico
decir que me consta la aparición de algún imbécil que, como siempre, ha
intentado apropiarse de la creación de este trabajo de investigación como si
fuera el el responsable del mismo... algunos no tienen bastante con tirar por
tierra el trabajo hecho sino que encima quedan en el ridículo mas espantoso...
Ya lo dice el refrán: antes se pilla a un mentiroso
que a un cojo...
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