18 noviembre 2015
No son
precisamente las bombas las vías más adecuadas para la paz, M. Hollande
“Los
españoles lloramos los muertos de nuestros vecinos”
La barbarie de los islámicos terroristas volvió a
París, en la noche del viernes, recordando al mundo entero que la potencia del denominado Estado islámico no es ningún cuento infantil.
Es una estremecedora realidad. Tras
la matanza de 129 franceses y 352 heridos -nada menos que en el centro de la
capital gala-, los líderes del terror reivindicaron públicamente semejante
atentado añadiendo lo siguiente: “No viviréis en paz”. Incluso subrayaron que no habrá paz en Francia “mientras mantenga su estrecha colaboración con
la coalición de Francia y de Estados Unidos.”
Un conflicto que viene de lejos
Convendría, en todo caso, evocar que esto no empezó
ahora, ni mucho menos, porque el gravísimo conflicto viene de muy lejos. Las
numerosas batallas entre moros y cristianos surgieron de los seguidores de
Mahoma, o Alá, y de los seguidores de Dios. Los moros lograron hacerse los dueños de
España. Pero la reconquista, llamada cristiana, que duró muchos años, les abrió
a bastantes de ellos la puerta para que se marcharan, siguiendo así las órdenes
inflexibles de los Reyes presuntamente católicos. Sea como fuere, las guerras
denominadas Cruzadas, se repitieron a lo largo de unos cuantos siglos. Era aquel, el tiempo de cuando el ejército español, a veces con la ayuda
de hasta el ejército del Papa de turno, vencía a los moros o, dicho de otro
modo, a los musulmanes. O, si se prefiere, en la actualidad, también a los
Yihadistas.
Crecimiento de vértigo
Pero durante el siglo XX, los musulmanes apenas se
presentaron ante la opinión pública como tercos rebeldes , dispuestos entonces,
aparentemente, a no regresar a las viejas batallas contra, más o menos y en
general, los ciudadanos occidentales. Sin embargo, esa es una evidencia que va
creciendo a una velocidad cada vez más peligrosa. En pocos años, se han convertido en los malos, enormemente malos, capaces
de hundir las torres gemelas en Nueva York, asesinando a numerosos ciudadanos.
El Bosque del Recuerdo
Y luego, más tarde, apuntaron a la matanza en Madrid
del-11-M. Murieron cerca de doscientas víctimas. Todas ellas son recordadas en El Bosque del Recuerdo, dentro del parque del Retiro. Y luego, hubo
graves ataques en Londres. Ahora ha aparecido de nuevo la muerte, y enseguida
se apoderó de París.
Delicada coyuntura
Hace casi dos meses, el presidente de la República Francesa ,
François Hollande, anunció que iba a dar la orden de bombardear el Estado
islámico, en Siria. Dijo lo que dijo, pero su iniciativa no ha
podido frenar, según sucedió el viernes, a los musulmanes terroristas. Todo
indica, pues, que nos encontramos en una coyuntura muy delicada y cogida con
alfileres. En efecto, todos los ciudadanos españoles lloramos a raudales al ver
los muertos de nuestros vecinos. No queremos, ciertamente, que los terroristas
continúen asesinando. Pero tal vez, deberían los máximos responsables de la Unión Europea cerrar
filas y, juntos todos, buscar, como sea, el camino que nos lleve a la paz. No son las bombas precisamente las vías más adecuadas para que aparezca la
concordia.
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