23 noviembre 2015
El avispero
salafista catalán
Los expertos
sitúan a la región como uno de los focos de reclutamiento yihadista más
importantes de toda Europa
La corriente más rigorista del islam ha convertido desde hace meses a Cataluña en uno de sus referentes en Europa. Tanto es así que, si bien por todo el territorio español se reparten más de 1.200 de mezquitas, Cataluña es la comunidad autónoma en la que más presencia tienen los lugares de culto al islam. La región cuenta con 226 mezquitas, según fuentes de la lucha antiterrorista. Entidades de estudio como el Instituto Elcano, el Gatestone Institute o
La comunidad musulmana suma en la región casi medio
millón de personas. Por su nacionalidad de origen, dos grandes bloques
representan la mayoría del colectivo: los marroquíes y los españoles
nacionalizados. Un informe del Gatestone Institute señalaba que, una hipotética
Cataluña independiente, tendría el tercer mayor porcentaje de población
musulmana de Europa occidental, sólo por detrás de Francia y Bélgica, y muy por
delante de Gran Bretaña y Alemania.
Si hay un movimiento que haya cogido fuerza en las
mezquitas catalanas ese es el salafismo. Esta interpretación del islam, de
origen suní, aboga por la instauración del califato único, así como por
instalar la sharía, la ley islámica. Otro dato a destacar para comprender hasta
qué punto las redes salafistas están instaladas en Cataluña es que de los 98
centros de culto que están vinculados con el salafismo, algo más de la mitad,
casi 60, están asentados en Cataluña.
Varias mezquitas marcan el rumbo en la región. Uno
de los focos importantes es la Comunidad Islámica y Pastoral del Tarragonés,
cuyo foco más importante es la mezquita de Reus (Tarragona). Allí se celebaron
los primeros congresos salafistas en España y es un lugar clave para entender
la expansión de esta ideología radical. En Lérida, se establece la Unión y Cooperación Islámica
de Lleida y Comarca, que cuenta con la mezquita Ibn Hazem. Ésta está controlada
desde principios de año por los hermanos Al Ouadni, que ejercen un férreo
control y distribuyen libros de ideología salafista en carnicerías. Otros focos
importantes son la
Comunidad Islámica de Salt, que está expandiendo la doctrina
por Gerona, así como la mezquita de Vilanova i la Geltrú (Barcelona).
Muchos jóvenes creen ver en el salafismo la solución
a los problemas que les rodean, derivados de la crisis económica y la falta de
integración social, así como de la llamada crisis de identidad. En algunos
casos se trata del primer paso para acceder a la yihad, la «guerra santa»
contra los infieles, los «cruzados».
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