16 enero 2022
«Se puede tener una vida sin odio con personas que no piensan como tú»
Las hijas de Buesa y Zamarreño, víctimas de ETA, y el primo de Mikel Zabalza narran sus vivencias a los diez años del fin de la banda
Contaron sus vivencias y lo hicieron sin rencor por lo vivido y apelando al entendimiento y al respeto. No olvidan, pero prefieren mirar hacia adelante y trasmitir a las generaciones venideras que «se pueden tener una vida sin odio con personas que no piensan como tú».
Acción en Red, en el marco de la Muestra de Cine Social y de Derechos Humanos, organizó ayer un coloquio sobre los '10 años del fin de ETA', en el que participaron Sara Buesa, hija de Fernando Buesa, diputado socialista del Parlamento vasco asesinado por ETA en el año 2000; Naiara Zamarreño, hija de Manuel Zamarreño, concejal del Partido Popular en Rentería asesinado por la banda en 1998; y Manuel Vizcay, detenido junto al etarra Mikel Zabalza, el 26 de noviembre de 1985 y maltratado en el cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo en San Sebastián, tal y como tiene reconocido por el Gobierno vasco. El acto estuvo moderado por el escritor Joseba Eceolza, quien hizo una reflexión sobre «la responsabilidad que tenemos, desde la izquierda, por darle cierta legitimidad durante el franquismo, fue un error capital».
Sara Buesa hizo un emotivo relato sobre el día en el que su padre fue asesinado a 200 metros de casa. «Después de haber comido juntos y tomar el café, salió y a los pocos minutos mi madre y yo escuchamos una explosión», contó. Antes de quedar huérfana recuerda que toda la vida estuvo condicionada por la amenaza, «hasta que lo mataron yo no había sido plenamente consciente del alcance real, porque mi padre había hecho mucho para que no sintiésemos ese miedo», dijo.
Naiara Zamarreño, también hija de una víctima de ETA tuvo una infancia muy parecida a Sara Buesa, marcada por las amenazas y el terror que sembraron en el pueblo los terroristas. «Habíamos llegado a normalizar aquello tan grave, yo me acuerdo que bajaba de casa y veía una diana en el portal con la cara de mi padre y llamaba y decía, hay otra diana, avisad para que la vengan a quitar, y seguías más o menos con tu vida, con el paso de los años me di cuenta de la dimensión real del problema», relató. A sus hijos, dijo, les intenta trasmitir que «se puede vivir sin odio con personas que no piensan como tú». «Con mi hijo mayor no hablamos sobre el tema hasta que con 7 años llegó un día del colegio preguntando si era verdad que al abuelo lo habían matado. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que teníamos que hablarlo y con el pequeño ya normalizamos la situación desde el principio, haciéndole partícipe de los homenajes y los recuerdos».
También intervino en el coloquio, que fue seguido en el gijonés café de Macondo a través de una pantalla, Manuel Vizcay, detenido como sospecho
También intervino en el coloquio, que fue seguido en el gijonés café de Macondo a través de una pantalla, Manuel Vizcay, detenido como sospechoso de pertenecer a ETA en 1985 y puesto en libertad sin cargos poco después.
«Cinco días sin dormir»
Su primo, Mikel Zabalza, apareció muerto y esposado en un río. «Estuve cinco días sin dormir, sin saber dónde estaba mi primo. Cuando ya quedé en libertad dijeron que se había escapado, pero yo sabía que era imposible», señaló Vizcay. «El impacto de esta tremenda violencia tarda entre tres y cuatro generaciones en poder ser superada», afirmó el moderador Joseba Joseba Eceolza.
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