17 enero 2022
Conspira que algo queda
Carles Francino
A estas alturas sé que resulta estomagante invocar Conversación en la catedral y preguntarse cuándo se jodió el Perú. Así que propongo aparcar la novela de Vargas Llosa y plantearnos cuándo explotó en España nuestra gran crisis: la de confianza; o la desconfianza, para ser más precisos. Y yo tengo claro el momento: fue a raíz del 11-M.
Porque antes de que las fake news se convirtieran en religión global, antes de que la mitad de estadounidenses creyeran que a Trump le robaron las elecciones, antes incluso de que millones de personas se convencieran de que las vacunas contra el covid son un invento para controlarnos a través de chips… antes de todo eso, España acabó de partirse a raíz de una mentira. Y ahí seguimos, mirándonos de reojo. Porque el peor atentado terrorista de nuestra historia nos dejó de propina una intoxicación conspiranoica que algunos aún difunden casi 20 años después. A partir del 11-M se quebraron algunas cosas muy delicadas y no sé si de manera irremediable.
Estos días me ha venido a la cabeza el infame bulo lanzado por Aznar y sus nefastas consecuencias, a propósito del revuelo organizado por Villarejo con los atentados de Barcelona y Cambrils. No sé si las voces del independentismo –incluido el Govern– que se han apresurado a validar las palabras de un tipo tan turbio han calibrado el daño que pueden provocar. Tampoco sé si esa inusitada rapidez de reflejos tiene relación con la sospecha de purga política que sobrevuela a los Mossos d’Esquadra.
Pero sí estoy convencido de que ni a los agentes que investigaron los hechos, ni a los jueces que sentenciaron a los culpables, ni desde luego a las víctimas de aquella atrocidad les habrá dejado indiferentes. ¿Espías españoles abriendo el paso a un grupo de fanáticos para que masacraran catalanes? ¿Y el que alienta la conspiración es un tipo que se enfrenta a más de 100 años de cárcel? ¿Y lo damos por bueno cuando jueces y policías lo descartaron? No, no vale todo. Que alguien se lo haga mirar, por favor. ¿O no hemos aprendido nada?
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