20
febrero 2020
La violencia terrorista en el País
Vasco, una herida aún abierta
La trilogía
'Rescoldos de paz y violencia' emocionaron al público de los tres encuentros en
el LAVA
Los rescoldos del terrorismo
de ETA y los GAL aún
no se han apagado y según los protagonistas todavía son muchas las heridas que
curar. El Laboratorio de las Artes de Valladolid (LAVA) acogió la trilogía 'Rescoldos de Paz y
Violencia' de Proyecto 43-2. La vallisoletana que dirige esta compañía, María
San Miguel, ha
vuelto a casa con tres representaciones y sus correspondientes coloquios.
Políticos,
impulsores de los encuentros restaurativos, periodistas, víctimas y familiares
han aportado su visión. El periodista especializado en el conflicto vasco, Luis Aizpeolea, señaló que quienes
ocultan estas masacres no quieren asumir responsabilidades, sin embargo, «con
la suficiente reflexión conflictos como el catalán no se hubieran
desarrollado».
Han pasado
más de 36 años desde el 15 de octubre de 1983, cuando José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala fueron
secuestrados, torturados y asesinados por miembros de los GAL. Para Pili Zabala,
hermana menor de Joxi Zabala, lo más doloroso es que siguen sin ser
considerados víctimas porque «la legislación protege al agresor».
También
criticó la prevaricación y el uso incorrecto de las instituciones en el caso de
su hermano. Asimismo, insistió en que «aunque fueran presuntos miembros de un
comando de ETA, no hay ninguna ley que permita torturar y matar a una persona
por pertenecer a una banda armada». Por eso, cree que es importante que «a nivel oficial se diga alto y claro que no puede
matar a ningún ser humano».
Tanto Pili
Zabala como Pablo
Romero, hijo
del teniente coronel Juan Romero Álvarez, asesinado por ETA, consideran que la falta de
voluntad ha impedido acabar antes con el terrorismo. En concreto, Zabala subrayó que el problema es la falta de
diálogo y los intereses ocultos por parte de quienes se han enriquecido a costa
del conflicto.
Pablo
Romero tenía 17 años cuando en 1993 ETA asesinó a su padre y 20 años después
inició las investigaciones para esclarecer el atentado. «En mi caso la única
reparación posible es saber la verdad. No quiero pensiones, solo que las
administraciones no me pongan todo tipo de trabas», apuntó. Durante la
investigación que inició por su cuenta sufrió amenazas por parte del Estado y
el Fiscal estuvo «en pie de guerra». Todo «por ocultar que las cosas se habían
hecho mal». Hay 400
casos de víctimas de ETA que no se han resuelto, por eso
reclamó valentía para esclarecerlos y para evitar que la violencia pueda
socializarse. Por su parte, Maixabel Lasa, viuda del
político asesinado por ETA Juan María Jáuregui, reprochó el abandono de las
víctimas por parte de instituciones que «no han sabido estar a la altura».
Además, pide responsabilidades políticas y que sean exetarras arrepentidos
quienes deslegitimen el uso de la violencia contando su experiencia en colegios.
Opinión:
Excelente iniciativa que hay que seguir difundiendo en el mayor número
posible de centros educativos. Hay que seguir trabajando para que nadie mas
sufra lo que tantas otras familias hemos sufrido y es emocionante poder
comprobar que, cada vez mas, se van sumando nuevas víctimas a las que ya iniciamos
estas propuestas hace muchos años.
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