21 febrero 2020
Ultraamenazados
Alemania está sufriendo un aumento en los ataques
perpetrados por la extrema derecha en los últimos cinco años, con especial
incidencia en el periodo 2015-16, cuando el país acogió a más de un millón de
inmigrantes. La agencia de inteligencia alemana estima que los crímenes
violentos perpetrados por grupos de extrema derecha aumentaron el 3% en el
2018. Entre los ataques más relevantes está el sucedido en octubre del año
pasado, cuando un hombre armado abrió fuego contra una sinagoga y mató a una
mujer y a un hombre que se hallaban cerca. También en junio del año pasado, el
político alemán partidario de la inmigración Walter Luebcke fue hallado sin
vida en su casa de Hesse. Stephan Ernst, un simpatizante alemán de extrema
derecha inicialmente confesó el crimen, si bien luego se retractó. Hace dos años,
la neonazi Beate Zschaepe fue condenada a cadena perpetua al considerarla
culpable de participar en los asesinatos de 10 personas en una campaña de
violencia por motivos raciales. La tendencia guarda correlación con la
registrada a escala mundial. A pesar de que las muertes causadas por ataques
terroristas han disminuido en su balance global, los ataques de la extrema
derecha son directamente responsables de que se haya incrementado la cantidad
de países a los que se ha expandido la amenaza del terror, según destaca el
índice global de terrorismo 2019 (IGT), publicado por el Instituto para la Economía y la Paz. En concreto, los
ataques de la extrema derecha en Norteamérica, Europa occidental y Oceanía han
aumentado en un 320% en los últimos cinco años, según los análisis del IGT.
En el 2018, el total de muertes atribuidas a facciones
ultras, un total de 26, significó un incremento del 52%.
La tendencia continuó en el 2019, con 77 muertes
atribuidas a terroristas de extrema derecha según las cifras del IGT, que
contabiliza los datos hasta septiembre. Los ataques de formaciones ultras
representaron el 17,2% de los atentados en Occidente en el 2018, frente al 6,8%
de los asociados a grupos islamistas y el 62,8% no atribuidos a ningún grupo.
En Estados Unidos no hubo ataques de grupos terroristas
conocidos en dicho periodo: de 57 episodios terroristas registrados, 28 fueron
cometidos por individuos de extrema derecha, 27 por perpetradores desconocidos
y dos corrieron a cargo de extremistas en la órbita de grupos yihadistas.
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