26 febrero 2020
Un mutilado
que perdió sus manos por una bomba reclama ser considerado víctima de
terrorismo al Consejo de Estado
Envía una
carta a la vicepresidenta Carmen Calvo y otra a la presidenta de la Comisión de
Interior para revisar su caso, que ocurrió en 1961 y fue archivado por los
tribunales.
"Clama y no ceses", es el
eslogan del mutilado
Juan Luis Serrano Calleja, quien no se detiene en su batalla de
reclamar su condición de
víctima de terrorismo, por haber perdido sus manos con 11 años
en la explosión de dos bombas
de mano piñatas italianas (procedentes de la Guerra Civil ),envueltas en dos
periódicos en el Canal Imperial en 1961.
Acaba de solicitarlo en una carta a la vicepresidenta del Gobierno y ministra de
Presidencia, Carmen Calvo, para que
se revise su
caso en el Consejo de Estado al aplicar la ley de 2011 de
Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas de Terrorismo porque se
aplica a todos los hechos cometidos desde el 1 de enero de 1960. Solicita a la
ministra Calvo, responsable de las Relaciones con las Cortes y Memoria
Democrática, que creen una comisión de la verdad sobre
los hechos donde un grupo de chicos fueron víctimas de la explosión de las dos
bombas cuando jugaban en la Torre El Coronel y buscaban regaliz de palo en aquellas tristes Navidades.
Juan Luis Serrano Calleja ha
remitido otra misiva
a la recién nombrada presidenta de la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados, la socialista
Ana María Botella, para que se
realice un estudio
sobre el suceso que sufrió
para aplicarle la Ley 29/2011 de víctimas de terrorismo y
reclama poder comparecer ante los diputados para explicar lo que ocurrió aquel
26 de diciembre de 1961.
"Había un polvorín militar muy cerca del lugar, en la Quinta Julieta y detrás del cementerio. El paquete
estaba envuelto en dos periódicos, pero el juez no quiso investigar nada. No hemos encontrado informes del Gobierno Civil de 1961. Además, el gobernador civil José Manuel Pardo de Santayana evitó que un bar del barrio de Torrero hiciera
una colecta para
las víctimas", critica el mutilado, quien es muy conocido
en el barrio de Torrero y en el hospital Miguel Servet, donde es monitor.
Serrano se siente una "víctima triple" del Estado español:
de la Guerra Civil,
que fue el origen de las bombas italianas; de la Dictadura de Franco, por el
abandono que sufrió tras perder sus manos; y del Estado democrático, que le
niegan el acceso a los archivos para hallar información y el Ministerio de
Interior, que no reconoce que las dos bombas explotaron a los cinco niños por
estar escondidas.
Su proceso judicial desde 1961
lo ha llevado al Juzgado de
Instrucción 4 de Zaragoza, que archivó los hechos, a la Audiencia Nacional, que no
admitió las pruebas solicitadas por la víctima, al Tribunal Supremo, que llegó a abrir la posibilidad de reconocerlo
como víctima de terrorismo pero no lo admitió por ser unos hechos anteriores a
1968, y hasta el Tribunal Constitucional, que no
aceptó su recurso. "Ahora lo voy a llevar a Ginebra, pero antes de llegar a
otro tribunal, espero que el Gobierno y el Congreso puedan reconocer mi
condición de víctima de terrorismo", concluye Juan Luis Serrano.
Opinión:
Evidentemente,
sin tener acceso a toda la información es muy complicado aportar una posible
solución a lo ocurrido pero considerando que el “Tribunal Supremo, que llegó a
abrir la posibilidad de reconocerlo como víctima de terrorismo pero no lo
admitió por ser unos hechos anteriores a 1968”,
habría que plantearse si ahora sería posible su reconocimiento porque gracias a
las gestiones de Ernest LLuch y de un servidor (y a quien no le guste, que se
j...) el periodo de cobertura en la legislación se amplió al año 1960...
Ahí lo dejo.
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