25 mayo 2021
Los expertos avisan: la lucha contra el Estado Islámico está afectada
Cooperación antiterrorista
Un ministro marroquí acusa a España de “crear” la crisis y querer que Europa la asuma
La cooperación antiterrorista entre España y Marruecos se está viendo “muy seriamente afectada” desde el momento en el que los servicios secretos de Rabat tuvieron conocimiento de que el Gobierno de Pedro Sánchez había acogido “por razones humanitarias” al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, en un hospital de Logroño, según los expertos consultados en la lucha contra el terrorismo yihadista. Un escenario que, por el momento, parece no preocupar dentro de la Policía Nacional y la Guardia Civil, ya que desde Interior se sostiene que la colaboración policial entre ambos países sigue intacta y es “satisfactoria al margen de los acontecimientos”.
“Marruecos es un socio absolutamente imprescindible para España. El Reino alauita es la principal esclusa de contención de las corrientes migratorias procedentes del continente africano, pero también es el principal puesto de control de potenciales terroristas yihadistas que pretenden cruzar al territorio europeo”, explica a La Vanguardia Manuel Gazapo, director del Observatorio Internacional de Seguridad. Y no solo en la frontera, los servicios de inteligencia marroquíes asentados en España resultan esenciales a la hora de localizar a células radicales ya dentro de nuestras fronteras. Un dato que ejemplifica las redes con las que cuentan los servicios secretos marroquíes en España: Gali aterrizó en el aeropuerto de Zaragoza con un total secretismo el pasado 18 de abril y el día 22 medios afines al Gobierno alauita ya publicaban su ingreso hospitalario.
Fernando Reinares, director del Programa sobre Radicalización Violenta y Terrorismo Global en el Real Instituto Elcano es uno de los expertos que consideran que la cooperación entre ambos países se encuentra “seriamente afectada”. “Ambos países tienen mucho que perder si la crisis actual continúa cristalizándose”, apunta Gazapo. Y es que basta con decir que ocho de cada diez yihadistas condenados por terrorismo en España en los últimos diez años son de origen marroquí para explicar que Madrid requiere de la información de Rabat para poder elaborar su inteligencia. Que exista un diálogo fluido entre ambos socios es fundamental para reducir el riesgo de atentados terroristas o la expansión de redes de captación y radicalización. Ayer precisamente Marruecos dio muestras de ese distanciamiento acusando a España –en boca de su ministro de Exteriores– de “crear” la crisis y querer ahora que la asuma Europa.
Reinares recuerda cómo Marruecos paralizó con Francia en el 2014 su colaboración judicial y policial en materia de terrorismo “por lo que consideraron un agravio al cual dieron un alcance similar al que ahora reprochan a España”. En el episodio anterior la Policía francesa trató de poner a disposición judicial a Abdelatif Hamouchi, el máximo responsable de la DGST, su servicio de inteligencia.
Pese a este enfriamiento “severo”, si Marruecos puede evitar un atentado en suelo europeo, “intervendrá de forma oportuna contactando directamente con la inteligencia española o a través de un Estado socio que actúe como puente o mensajero”, zanja Gazapo.
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