Un superviviente del atentado de Hipercor mirará a los ojos a su verdugo
No piensa "rozarle ni un pelo" pero se pondrá frente a él, frente a Rafael Caride Simón, uno de los tres etarras del 'talde Barcelona' que dejaron su 'ford fiesta' cargado con 30 kilos de amonal y cien litros de gasolina frente al aparcamiento de un Hipercor de la Ciudad Condal. El atentado, perpetrado el 19 de junio de 1987, segó 21 vidas. Robert Manrique, sin embargo, tuvo suerte y salió con vida. Y ahora ha decidido mirar a los ojos al terrorista que casi le manda al otro barrio.
Manrique quiere comprender, que Caride Simón le explique "los porqués de sus actos y repare el daño que ha causado". Él está a favor de "estos encuentros reparadores".
Este superviviente ha relatado que está a la espera de recibir una llamada del Ministerio de Interior que le confirme qué día de este mes se producirá el encuentro.
Hace un año, la víctima de uno de los atentados más sangrientos de la banda armada recibió una carta del jefe del comando Barcelona, Rafael Caride Simón, en la que "reconocía el daño causado" a sus víctimas y se comprometía a trabajar por la paz.
Según ha explicado, cuando recibió la carta se le planteó un panorama "complicado" y ha confesado que la leyó "un montón de veces buscando sinceridad". Manrique ha manifestado su convicción de que "hay que escuchar" al jefe del comando y ha comentado que espera que sea una reunión tranquila.
"Ni un pelo"
No obstante, ha añadido que será "incapaz de estrecharle la mano, porque sería repugnante, ya que es la misma mano que ha matado a 24 personas".
"Hablaremos, pero no pienso rozarle ni un pelo", ha sentenciado Manrique, que ha indicado que es importante que los terroristas reconozcan el daño públicamente.
Manrique ha explicado que le parece "perfecto" que se celebren este tipo de "encuentros reparadores" porque "no se hace nada fuera de la ley y pueden contribuir a reparar el daño".
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