10 marzo 2014 (7) La Voz de Galicia

10 marzo 2014

«Diez años después, los políticos españoles no han aprendido nada»

«La verdad absoluta sobre los atentados del 11-M no se va a saber nunca», asegura la presidenta de la asociación de afectados

Diez años después del 11-M en el que perdió a su hijo Daniel, Pilar Manjón considera que el balance de esta tragedia «tiene muchas caras», pero para las familias de los asesinados es «negativo». «Hay una situación de ausencia y de dolor que no pasa. Y que va a seguir», asegura.

-¿Se sabe toda la verdad sobre los atentados del 11-M?

-Toda la verdad no se va a saber nunca. Las verdades absolutas solo existen en las dictaduras. Aquí la verdad se escribe a través de hechos probados, de sentencias. Tenemos ya dos firmes. Y posteriormente hemos tenido otra serie de sentencias como consecuencia de los seis terroristas que huyeron de España. Quién los acogió, quién les proporcionó documentación falsa, quién iba los viernes a la mezquita a recoger el dinero.

-¿Y se sabe al menos quiénes fueron los autores intelectuales?

-Entendemos, y así lo dijimos desde que hicimos el escrito de acusación, que el atentado está bajo el paraguas de Al Qaida, probablemente propiciado por Amer Azizi, que había pertenecido a la célula de Abu Dahdah, detenida en España en el 2001 y el 2002 y que juró venganza por el hecho de que se le metiera en la cárcel. Esa parte fue reorganizándose y se encontraron con radicales que ya estaban aquí, como Lamari, el Chino y otros.

-¿Qué opina de que se absolviera a Rabei Osman, «el Egipcio»?

-Sigo diciendo que lo del Egipcio fue un error garrafal. La policía italiana nos trajo grabaciones ambientales en las que decía que habían sido «sus chicos de Madrid». Así que algo tenía que ver. Se decidió no condenarlo porque ya estaba juzgado en Italia por los mismos hechos, lo que no era verdad. Y se dijo que la sentencia era firme, lo que tampoco era verdad, porque estaba en recurso. De todas maneras, transcurridos doce años de cárcel en Italia, en el 2013 fue extraditado a Egipto.

-La investigación de Reinares dice que el atentado estaba decidido antes de que Aznar decidiera participar en la guerra de Irak. ¿Cambia eso algo en su visión de las responsabilidades?

-No cambia nada. Nuestra versión se parece bastante a la de Reinares. Yo difiero de él en que aunque probablemente estuvieran tomadas las decisiones desde mucho antes, influyó que España tomara posiciones en la guerra de Irak. Esa es mi conclusión y mi versión, después de haber leído mucho y leer todo el sumario. En la reivindicación que hace el Chino cuando salen los tres encapuchados y vestidos de blanco, la hace por «sus hermanos de Irak». Tenemos versiones diferentes dependiendo de nuestra vivencia, lo que hemos leído y las conclusiones a las que llegamos.

-¿Han aprendido algo los políticos españoles a los que usted abroncó en el Congreso?

-No quiero ser pesimista, pero tras haber visto lo que ha ocurrido en ocho años saliendo a la calle y lo que está ocurriendo estos dos años, diez años después los políticos españoles no han aprendido nada. No pueden poner el foco en las víctimas por el hecho de perder unas elecciones, de quién las ha ganado, de perder un sillón. El foco lo tienen que poner en los terroristas y en la gestión que se hizo del atentado. Nosotros no intervenimos. Si hubieran querido suspender las elecciones, podrían haberlo hecho. Yo habría seguido buscando a mi hijo. Hemos sufrido una doble o triple victimización. Después de nuestra comparecencia, a la que fuimos obligados, porque nosotros entendíamos que a las víctimas nos lo tienen que dar todo investigado, ni siquiera fuimos invitados el 30 de junio del 2005 a la lectura de las conclusiones. Seis meses después, ya habían olvidado nuestra comparecencia o no querían volver a vernos.

-¿La división entre asociaciones de víctimas continúa todavía?

-Hemos tenido roces en algunos momentos con determinadas actitudes. Pero no. Este año año lo hemos hecho conjuntamente. Llevamos manteniendo reuniones desde septiembre. El conocimiento mutuo permite que acabes viendo en los ojos el dolor que cada uno portamos. Van a venir víctimas del extranjero, de toda Europa. Creo que hemos dado un gran ejemplo en la unión de todas las víctimas.

-¿Por qué no fueron ustedes a la manifestación contra la anulación de la doctrina Parot?

-Se nos puede criticar el tema de la doctrina Parot, pero si hay una sentencia, la vas a tener que acatar, te guste o no. No podemos estar permanentemente flagelándonos. A mí no me dieron una varita mágica para decidir la política antiterrorista de un país. Para eso me tendría que haber presentado a las elecciones. A cada uno nos duele nuestra muela. Pero el hecho de que nosotros no chillemos no significa que el dolor sea menor.

-¿Cree que se debe negociar con ETA el fin de la violencia?

-No tengo opinión formada. ETA hace dos años que no mata. Eso me produce una alegría importante. Cómo se tiene que hacer, lo tendrá que decidir el Gobierno. Las víctimas no somos competentes para marcar el paso a ningún Gobierno. Lo mismo que los parados no marcan la política de empleo, ni los que no tienen una vivienda la ley de vivienda. Experiencias ha habido en Europa. Y lo único a lo que aspiro es a que el atentado del 11-M haya sido el último que haya vivido nuestro país.