sábado, 29 de marzo de 2014

26 marzo 2014 (2) Deia (opinion)

27 marzo 2014 (26.03.14)

participar en la construcción de la memoria

Las víctimas anónimas del terrorismo piden ser escuchadas

Reclaman participar en la construcción de la memoria, como las víctimas asociadas en colectivos



Las víctimas del terrorismo anónimas, la mayoría de las cuales no están adscritas a ningún colectivo o asociación, reclaman poder participar en el proceso de paz y expresar el relato del sufrimiento padecido para contribuir a un posible final del terrorismo. Así se desprende del informe realizado por el Instituto Vasco de Criminología (IVAC) por encargo de la Dirección de Víctimas y Derechos Humanos que lidera Mónica Hernando, que está integrada en la Secretaría de Paz y Convivencia del Gobierno vasco. Se trata de un estudio pionero por la tipología de las víctimas objeto del mismo, estimadas en más de 400 personas, y cuyo fin es "identificar los intereses prioritarios de las propias víctimas en futuras políticas y actividades" de Lakua. Se da la circunstancia de que estas víctimas, además de anónimas, son indirectas, es decir, son familiares de personas asesinadas en la CAV desde 1960 por el terrorismo de ETA, GAL, Batallón Vasco Español u otras organizaciones.
Una de las principales conclusiones del informe que ha sido enviado al Parlamento Vasco, y que se basa en el cuestionario respondido por 154 de estas víctimas -entre las que sí puede haber algún afiliado a una asociación- es que las mismas consideran que su mejor aportación para lograr el final del terrorismo son "sus testimonios recogidos en memoriales y archivos digitales". También destacan "su presencia en las aulas, la participación en debates públicos y la presencia en actos de memoria". Su deseo de participar en el proceso de paz es, por tanto, notorio, así como su interés en la verdad y la memoria, "especialmente cuando han tenido que ocultar su propia victimización", tal y como recoge el informe encargado por el Ejecutivo vasco.
En lo que al propio proceso se refiere, y preguntados por su situación personal ante un posible fin definitivo del terrorismo, buena parte de los encuestados confiesan que "no se sienten bien" en el momento actual. Un 38% de este sector de las víctimas asegura, en cambio, que se encuentra mejor y un 30% opina que el terrorismo no desaparecerá "hasta la entrega de las armas y la disolución" de ETA. Así, y pese al escenario actual en el que se atisba un eventual cierre de la actividad armada, expresan de forma mayoritaria su "tristeza" por el hecho de que no se haya producido antes.
Fuentes del Ejecutivo vasco consultadas aseguraron que el "malestar y desamparo" que se traduce de este estudio "anima al Gobierno a seguir trabajando para atender no solo a las asociaciones, sino a las personas víctimas, en su reparación, en la justicia y en la verdad". En esta línea, el pasado noviembre se celebraron en Donostia unas jornadas protagonizadas por las víctimas anónimas, y hay otras iniciativas en marcha como el informe que se ha encargado para resolver los atentados sin esclarecer o el convenio de colaboración con el CGPJ para la atención a familiares en los procesos judiciales.
Cuestionar mitos El equipo de investigación del IVAC, liderado por el catedrático José Luis de la Cuesta, desarrolló el informe durante cinco meses, entre septiembre de 2013 y el pasado enero. El objetivo era "sondear, a título individual, las percepciones sobre la situación personal y social" de los encuestados durante el año pasado. Todo ello para "identificar los intereses prioritarios de las propias víctimas en futuras políticas y actividades" del Gobierno vasco en esta materia, según consta en el propio documento. La realización del mismo deriva a su vez del punto cuarto del Plan de Paz y Convivencia, referido a la reparación de las víctimas del terrorismo.
El informe ha servido para "poner en evidencia, o al menos cuestionar, la realidad de algunos mitos o creencias falsas". De este modo, el escrito refleja la gran diversidad del colectivo sobre el que pone el foco: "Las víctimas no son iguales, ni opinan ni necesitan lo mismo", asegura en una de sus primeras conclusiones. Desde Lakua aseguraron a este periódico que "muestra una total pluralidad en las opiniones de las víctimas, en la manera de sentir sus preocupaciones, su malestar en algunos casos, su desazón, y también su esperanza. La investigación viene a confirmar que no hay una postura monolítica".
Del análisis de las respuestas a los cuestionarios entregados a las víctimas anónimas se desprende asimismo su denuncia del déficit en el trato recibido en procesos judiciales. En este ámbito, "el mayor grupo de demandas se centra en denunciar una actuación de la justicia penal lenta o defectuosa por no esclarecerse los hechos o no proporcionar información suficiente". Esta opinión se traslada a los procesos que tienen lugar en el Estado francés, en relación a los cuales se reclama "mejor información".
También destaca su exigencia a las instituciones políticas, por orden de importancia, de "más consenso, mayor participación de las víctimas, políticas a medio y largo plazo, y una mejor utilización del lenguaje", así como un impulso de las políticas de reparación y justicia. En el apartado de reclamaciones se incluye la demanda de "un apoyo personalizado y no partidista, que no haya impunidad, que no se olvide el sufrimiento, que se preocupen más y que suministren más información, y que haya autocrítica y diálogo".
Trato institucional Las víctimas anónimas, no adscritas en su mayoría a colectivos que las representen, tampoco ahorran críticas al trato recibido por las instituciones. Así, un 50,6% aseguran que no se sienten bien tratadas, apuntando como motivos "la falta de apoyo o empatía institucional", sin especificar a qué institución se refieren. También señalan "una asistencia inadecuada o escasa, la sensación de ser utilizadas" y, en menor grado, que no se haya resuelto su caso y la derogación de la doctrina Parot. Cuanto más atrás en el tiempo se sitúe el atentado sufrido, mayor es la sensación de "abandono".
A la hora de elegir a los agentes que más aportan a "un posible final del terrorismo que no provoque más daño" a los damnificados, las mejor valoradas son las asociaciones de víctimas, así como la sociedad civil y algunos partidos políticos y medios de comunicación. En cuanto a los actores que peor contribuyen a dicho final se encuentran de nuevo determinados partidos sin concretar, seguidos a gran distancia del Gobierno vasco y los colectivos de víctimas. Los encuestados que sí afirman sentirse bien tratados actualmente especifican que se trata de un "cambio reciente" y que debe evitarse "un trato desigual".

Opinión:

Excelente iniciativa que ya se empezó en Cataluña en octubre del 2012, al presentarse en público un comunicado del colectivo VICANTER (Victimas Anónimas Terrorismo) al cumplirse el primer año del comunicado de la banda terrorista ETA.
En este blog aparece, en esas fechas, la información que algunos de los medios publicaron al respecto.
Con ello quiero decir que no es imprescindible que las víctimas anónimas sean residentes en el País Vasco… pueden contar con la opinión de otras muchas que no residimos allí.
No todas las víctimas somos de la línea que algunos quieren imponer, especialmente algun@s president@s de asociaciones de víctimas que no son mas que marionetas del poder político, dándose la circunstancia de que algunas de estas ni son víctimas de ETA y ni tan siquiera han pisado un cementerio o un hospital en su vida, llegando al extremo de descubrir que hay verdader@s neci@s impresentables que se inventan heridas que jamás han existido y de los que algún día habrá que hablar con claridad. Los apartados de heridas y secuelas de las sentencias son muy claras al respecto.

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