09 enero 2016
La lucha contra el yihadismo dentro de la UE
Europa no logra frenar la ofensiva mediática del
extremismo islámico
Tras los atentados de Madrid y Londres, la Unión Europea (UE)
adoptó en el 2005 la "Estrategia para combatir la radicalización y el
reclutamiento de terroristas". El aumento del extremismo islámico, la
partida de más de 6.000 europeos para combatir en Siria con los yihadistas y
los atentados de París muestran que esa estrategia no ha logrado los
resultados esperados.
El
atentado contra Charlie Hebdo y los ataques de noviembre en París, perpetrados
por ciudadanos europeos, evidenciaron graves fallos en los
servicios de seguridad e inteligencia europeos,
según coinciden los expertos, como Nathaniel Barr y Bridget Moreng, ya
que los principales responsables estaban calificados como "radicales"
por la policía. Tras los ataques de París, las autoridades belgas intentaron
vigilar de cerca a los 500 islamistas considerados más peligrosos, pero
descubrieron que la gran mayoría habían desaparecido del
radar, según fuentes diplomáticas.
Los
líderes de la UE
reconocieron esos fallos al volver a insistir en la cumbre de diciembre en la
"urgencia" de compartir información entre las autoridades antiterroristas nacionales,
de intensificar la cooperación y de mantener actualizadas las bases de datos
sobre yihadistas.
Agujeros
legales
Los
expertos señalan que los principales focos de radicalización yihadista en Europa son:
las redes sociales, las prisiones y las mezquitas salafistas. La radicalización
se ve facilitada por un sustrato individual de falta de perspectivas personales
y las secuelas de los recortes en educación y política social.
En
Twitter hay más de 46.000 cuentas de propagandistas de
Estado Islámico y de sus simpatizantes, según un estudio
de la Brookings
Institution. Un
millar de vídeos de Estado Islámico circulan en Internet y los sermones
extremistas de clérigos salafitas y wahabbitas se pueden seguir en YouTube, en las cadenas en árabe Al Arabiya y Al Jazira y
en servicios de mensajería electrónica.
Sin
estrategia
La contraofensiva de la UE en las redes sociales no ha
tenido hasta ahora efectos perceptibles. Los yihadistas usan para difundir sus
contenidos dos empresas norteamericanas, CloudFare y Archive.org, acusadas de
laxitud por los servicios de seguridad europeos. El profesor Nico Prucha del Kings College de
Londres avisa que
Occidente sigue sin una estrategia para combatir la ideología islamista y que
las campañas gubernamentales por internet carecen de influencia.
Peter Neumann, director del Centro Internacional para el Estudio de
la Radicalización
(ICSR), aboga por una mayor inversión y financiar iniciativas de la sociedad civil, como un
concurso de videos por YouTube con argumentos contra Estado Islámico con
elevados premios.
Muchos
de los terroristas eran antes pequeños delincuentes que se radicalizaron en la
cárcel, como el cerebro de los ataques en París, Abdelhamid Abaaoud. La UE señalaba en un informe de
octubre que la concentración de los presos islámicos juntos favorece su
radicalización adicional, pero advertía que su dispersión entre otros presos
facilita la radicalización de otros convictos y amplía sus contactos con redes
criminales. El informe destacaba la urgencia de más personal
especializado.
Las
mezquitas salafistas, que se han multiplicado gracias a la financiación saudí,
no solo favorecen el extremismo, sino que crean una red social de apoyo y simpatía hacia
los yihadistas. "Los salafistas rechazan los valores republicanos de
Francia, se repliegan sobre sí mismos y creen que la democracia es contraria a
la fe", señala el imán moderado Abdelali Mamoun.
Bélgica
descubrió en diciembre que solo cuatro de las 24 mezquitas de Molenbeek (foco
yihadista de Bruselas) funcionan dentro del marco legal y que asociaciones y centros
deportivos servían para difundir el extremismo. La diputada socialista flamenca
Yamila Idrissi, entre otros, ha pedido que se retire a
Arabia Saudí el control de la
Gran Mezquita y del centro islámico de Bruselas para frenar
la radicalización islámica del país. Pero el Gobierno se opone para no perder
los 3.000 millones de inversión saudí previstos en el puerto de Amberes y los
400 millones anuales en exportación de armas.
Opinión:
Si el presupuesto anual de la UE asciende a 145.000 millones
de euros y según algunas informaciones se gasta en el concepto “seguridad” el
1%, con todo ese enorme caudal de recursos ¿todavía no tienen clara cual es la
estrategia a seguir contra el terrorismo yihadista? ¿Cuántos consultores,
asesores y demás “especialistas” están cobrando enormes cantidades de dinero
por hacer “ese” trabajo? ¿Nos explicarán algún día en que se invierte realmente
tal cantidad de euros? ¿Qué se hace en pro de la educación y de la prevención?
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