27 enero 2016
Procesada la célula yihadista que quería atentar en comisarías de
Mossos
Los presuntos terroristas también tenían como objetivos el Parlament, Las Arenas y sinagogas
La plaza de Catalunya, el Parlament, el centro comercial Las Arenas de la plaza de Espanya,
la comisaría de los Mossos d'Esquadra en
esa misma plaza y el cuartel general de la policía de la Generalitat en
Sabadell, el complejo policial Egara. Esta era la lista de objetivos para
atentar con la que estaban trabajando los presuntos miembros de la célula
yihadista desarticulada por la policía catalana en abril del 2015.
La Audiencia Nacional ha procesado ahora a 10 miembros de ese grupo
por un delito de terrorismo.
El
auto, al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, señala que de la investigación
realizada se desprende que los procesados pertenecían a un célula de carácter yihadista (denominada Fraternidad Islámica),
formada en el 2014 y radicada en Barcelona y Terrassa,
de apoyo a las consignas dadas por el Estado Islámico.
La
organización tenía dos objetivos. Por un lado, captar y adoctrinar a otras
personas en el yihadismo, para lo cual celebraban reuniones en la vía pública o
en domicilios, con el fin de que se desplazasen a Siria a
combatir. La otra misión era cometer atentados en Catalunya. El auto
del juez de la
Audiencia Nacional Santiago Pedraz destaca como posibles
objetivos el Parlament, comisarías, hoteles y sinagogas.
Proselitismo
de la Yihad
La célula estaba liderada por Antonio Sáez Martínez,
al que se considera el ideólogo, junto con Lahcem Zamzami, captador y persona que establecía los
contactos con el extranjero. La misma misión tenía Rida Hazem.
Uno de los componentes de la organización, Said Touay, según
el juez, hacía proselitismo y estaba dispuesto a viajar a Siria con su familia
y a cometer atentados.
Otros
tres proceados, según el auto, intentaron desplazarse a Siria en noviembre
del 2014, pero no pudieron detectar que estaban siendo vigilados. A pesar de
ello, el 12 de diciembre del 2014 salieron de Barcelona en coche con
destino a ese país. Al llegar a la frontera de Bulgaria con Turquía,
fueron detenidos. Para el juez, no consta que participaran en los hechos tres
de los detenidos, entre ellos Diego José Frías Álvarez, defendido por el abogado Javier Berzosa.
Agente
encubierto
El magistrado detalla en su auto que los hechos que
se imputa a la célula quedan "acreditados" en base a las
"observaciones telefónicas", vigilancias y seguimientos, así como a
lo manifestado por un agente encubierto que se introdujo en la célula y testigos protegidos. En
la entrada y registro practicada en el domicilio de Antonio Sáez se localizaron textos de
adoctrinamiento, libros y DVD sobre la lucha armada y la
guerra, así como una hoja manuscrita por él sobre la fabricación de dos artefactos
explosivos. Los indicios contra el resto de la célula también se basan en las
vigilancias, pinchazos telefónicos y las declaraciones de los testigos
protegidos.
A
uno de los detenidos, Said Touay, se le atribuye haber hecho fotos con su móvil
a posibles objetivos. Las hizo junto a un agente encubierto y un menor.
Esta persona, además, ganó peso en el seno de la célula tras las detenciones de
sus compañeros en Bulgaria. Las pruebas contra el resto se basan también en
los seguimientos y el testimonio del agente infiltrado, aunque a uno de ellos, Jacob Orellana,
se le decomisó un saco con 28 kilos de azufre, una sustancia, incide
el juez, "utilizada para la fabricación de explosivos". A otro de los
componentes de la organización se le encontró una carta de despedida.
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