10 enero 2016
Una marea
llama a “plantarse” contra la política penitenciaria
Decenas de miles de personas
denuncian en Bilbao y Baiona la actuación “cruel” de los estados español y
francés, y exigen el fin de la dispersión y la salida de la cárcel de los
presos enfermos
“¡El de la
CUP ! ¡Y la chica!”. La red ciudadana Sare se guardó un as en
la manga para la manifestación en favor de los derechos de los presos celebrada
ayer en Bilbao, y la presencia de los dirigentes de la CUP David Fernández y
Anna Gabriel portando la pancarta causó sensación al paso de la marcha por el
centro de la ciudad. Mientras en Catalunya se lograba un acuerdo in extremis
entre la CUP y
Junts pel Sí que evitará un adelanto electoral que parecía inevitable, los
miembros de la formación antisistema recibieron multitud de saludos y ánimos de
las decenas de miles de personas que participaron en una protesta en la que se
denunció la política penitenciaria “cruel” que practican los estados español y
francés.
“Es hora de que la ciudadanía tome
la palabra y se plante”, se aseguró al término de la movilización que, según
estimaciones de la
Policía Municipal , congregó a unas 70.000 personas. Al mismo
tiempo estaba convocada otra manifestación en Baiona, también para reclamar el
fin de la dispersión de los presos de ETA y la salida de la cárcel de los
reclusos gravemente enfermos, en la que tomaron parte alrededor de 8.000
personas y en la que participó, entre otros, el dirigente de la izquierda
abertzale Rufi Etxeberria.
En lo que a Bilbao se refiere, ya
desde primera hora de la tarde se pudo ver a una multitud que se dirigía al
punto de inicio de la marcha, en la plaza de La Casilla , muchos de los
cuales salieron de decenas de autobuses apostados en las inmediaciones de San
Mamés. Con el dispositivo ya montado en la calle Autonomía, la protesta aún
tardó 30 minutos en partir de la hora inicialmente prevista, y a las 17.30 se
puso en marcha entre los aplausos de los presentes y gritos de “euskal presoak
etxera”, que serían constantes a lo largo de todo el recorrido. En primer lugar
había seis furgonetas con carteles con luces de neón recordando la distancia de
algunas cárceles como Granada (875 kilómetros ), Alicante (780 kilómetros ),
etc. Después, una gran cantidad de familiares y allegados de presos y huidos
reclamando su acercamiento con los tradicionales carteles. Y, por fin, la
pancarta con el lema Derechos
humanos, resolución y paz. Euskal presoak Euskal Herrira, en euskera,
castellano y francés. Entre las personas que la portaban se encontraban Rosa
Rodero, viuda del ertzaina Joseba Goikoetxea asesinado por ETA; la exconsejera
del Gobierno vasco del PSE Gemma Zabaleta; el exresponsable de Gestoras pro
Amnistía Juan Mari Olano; la expresa Miren Zabaleta; la madre del recluso Ibon
Iparagirre, Angelita Burgoa; el músico Fermin Muguruza; y los portavoces de
Sare Joseba Azkarraga y Teresa Toda.
Los únicos representantes políticos
que llevaban la pancarta eran los dos dirigentes de la CUP. “¡Aupa, Anna!”, se pudo
escuchar por parte de uno de los participantes. Otra afirmó que “están al 50%,
estamos viendo la cara del sí y del no”, en referencia a su posición respecto
al acuerdo con Junts pel Sí. Entre los muchos saludos a los que respondieron,
David Fernández se fundió en un caluroso abrazo con el exlíder de Aralar, Patxi
Zabaleta. “A ver si se arreglan y después nos toca a nosotros”, dijo una
asistente, ignorante todavía del acuerdo que se estaba fraguando en ese mismo
momento en Catalunya. “Estos de la
CUP llegan a todo”, apostilló otra.
A medida que la marcha avanzaba, se
iba incorporando a la misma la multitud apostada en las aceras. Así, en un
momento dado, y como en las mejores ocasiones, toda la calle Autonomía estuvo
repleta de gente. Ikurriñas, esteladas y banderas de Nafarroa pusieron la nota
de color mientras se escuchaba “presoak kalera, amnistia osoa” y “espetxeak
apurtu”. Al llegar a la plaza Zabalburu, los familiares de los presos
levantaron al unísono las banderolas pidiendo el acercamiento, gesto que
repitieron al final del recorrido, cuando a las 18.50 ocuparon las escalinatas
del Ayuntamiento de Bilbao. “Jo ta ke, irabazi arte”, gritaba la multitud.
Duras
condiciones
La intervención final estuvo precedida por la
actuación de Oreka TX y bertsolaris, y por una exhibición de herri kirolak. La
cantante Zuriñe Hidalgo y el bersolari Xabier Euzkitze leyeron el manifiesto
final, en el que lamentaron que tras cuatro años “sin actividad armada de ETA”
y “después de los pasos dados por el colectivo de presos, la política
penitenciaria de los gobiernos francés y español sigue siendo igual de cruel”.
“Continúan con su implacable y macabra política penitenciaria. La dispersión
obliga a cientos y cientos de familiares a recorrer cada fin de semana toda la
geografía española con todo lo que ello acarrea como coste económico y humano”,
censuraron.
Asimismo, recordaron las “duras
condiciones” que padecen los presos, en algunos casos “con largos periodos de
aislamiento que ponen en peligro la integridad de quien los padece”. “Por mucha
entereza que se tenga, hay situaciones que se tornan insoportables, situaciones
perfectamente evitables porque ni siquiera hace falta cambiar ley alguna para
que la política penitenciaria sea más llevadera, más humana”, argumentaron en
euskera y castellano ante los allí congregados.
A su juicio, no es admisible que la
política penitenciaria “se aplique bajo los parámetros de la venganza” e
incidieron en que “es hora de decir basta ya de sufrimientos calculados, de
aplicar políticas inhumanas”. “Es hora de que la ciudadanía tome la palabra y
se plante”, subrayaron. De este modo, remarcaron que se debe conseguir el
acercamiento de los presos y la excarcelación de los reclusos gravemente
enfermos, y para ello “es necesario que sigamos remando juntos y en la misma
dirección” con independencia de los “colores políticos”.
Opinión:
Está siendo un día complicado. Me
entero que algún imbécil ha dicho que seguramente estuve en esa manifestación y
es muy cansino tener que estar siempre dando la cara por las indignas salidas
de tono de otros. Hasta alguien con ganas de bronca me pregunta si fui yo la “víctima”
que le dio la mano a uno de los asesinos de Hipercor en los encuentros entre víctimas
y victimarios.
“Que no, que tampoco fui yo”. Eso
deberían preguntárselo a otra “víctima”…
Tampoco he estado en esa
manifestación. Y por si alguien no lo cree, hago uso de la ironía y le
recomiendo que le pregunte a la víctima con la que ayer sábado me encontré en
Ikea o a los amigos con los que estuve viendo el partido del Barça.
Dicho esto, durante años defendí
la dispersión de los presos de la banda terrorista ETA porque esa fue la decisión
que el gobierno tomó en su momento, especialmente cuando ETA asesinaba cada
equis días. Y la respeté. Y también dije que, personalmente, no me importaba lo
más mínimo donde estuvieran cumpliendo condena mientras la cumplieran en su
totalidad. Ya hace 22 años, en 1994, mientras recogía firmas por toda Catalunya
“a favor del cumplimiento de las condenas impuestas a los terroristas” planteé
esa opinión ante muchos de los ciudadanos anónimos que se acercaban a pedir
explicaciones sobre aquella campaña.
El paso de los años ha llevado a
la derrota de la banda terrorista ETA aunque años antes de ese momento (octubre
2011) la opinión gubernamental sobre la dispersión de los miembros de ETA se
había cambiado a un acercamiento progresivo a sus lugares de origen. Recuerdo
una entrevista con el entonces Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez
Zapatero en junio de 2005 en la que le pregunté sobre la probable salida de
ciertos terroristas de prisión. Su respuesta fue que “ningún terrorista saldrá
de la cárcel antes de cumplir su condena”. Y pese a lo dicho por algunos “representantes
de” que al parecer no conocen la
existencia de los Códigos Penales, lo cierto es que esa frase se cumplió y los
terroristas han ido saliendo cuando la legislación lo marcaba.
Explico todo esto porque ahora,
cuando parece que se reinicia la historia de la “importancia” (para algunos) de
los denominados “presos vascos”, hay quien no quiere explicar que una gran mayoría
ya han salido y lo que no lo han hecho están a muy poco tiempo de hacerlo. Los
que atentaron a partir de 1995 son una muy pequeña cifra en comparación a los
que lo hicieron antes de ese año con el Código Penal vigente de 1973.
Y lo que marca la legislación desde
1995 es que deben cumplir la condena hasta un máximo de 30 años SIN beneficios
penitenciarios.
Es normal que haya gente saliendo
a la calle o viajando hasta el País Vasco para reclamar cosas, pero me gustaría
que explicaran la verdad. La verdad es que las condenas están para ser
cumplidas. La verdad es que ninguna condena puede compensar una sola vida
arrebatada pero que aplicar la cárcel es lo único que un Estado de Derecho
ofrece como castigo tras la comisión de un delito tan grave. La verdad es que
la legislación ya ofreció grandes beneficios y descuentos de condena a cientos
de delincuentes, incluidos los miembros de bandas terroristas. La verdad es que
los que puedan demostrar una enfermedad grave ya tienen sus beneficios. La
verdad es que los que pueden salir no están ni un solo día mas en prisión de lo
que marque la condena impuesta.
Y la mejor verdad es que hemos
conseguido la desaparición de una banda terrorista que nos ha destrozado la
vida a miles de familias. Pero esa desaparición no implica que el delincuente,
léase terrorista, no tenga la obligación de cumplir su condena.
Por todo ello y ahora, mientras
la cumpla hasta el último día que marque la ley, no me importa lo más mínimo
donde lo haga ni en qué prisión. Si lo hacen cerca o lejos de sus lugares de
origen. Pero que lo hagan dentro de prisión hasta el último minuto.
Conocer, respetar y estudiar la legislación tiene estas cosas.
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