03 diciembre 2017
El 'relato
verdadero' del terror en la escuela
Experiencia piloto en Madrid: Asistimos a la
puesta en marcha del proyecto que convertirá en nueva asignatura la historia
del terrorismo
Y damos voz a las 15 víctimas que cuentan sus
vivencias a los estudiantes de ESO y Bachillerato. Sus charlas a alumnos son
parte de un proyecto más amplio para enseñar historia del terrorismo en España.
Y prevenirlo
ETA se rinde: entrega 120 armas de fuego, tres toneladas de explosivos, miles de detonadores y munición
"Les voy a contar la diferencia entre sus
familias y la mía... En casa teníamos una
gran linterna para mirar debajo del coche y ver si había una bomba.
Como no era el único tipo de explosivo que usaban, después de esa revisión,
primero entrábamos nosotros, los adultos, arrancábamos y si no pasaba nada,
después venían los niños. Ni siquiera abríamos las cartas alegremente. Esa era
nuestra forma de vivir". Concepción Martín está delante de dos clases de
cuarto de la ESO. Antes
de su charla ha dado pasos, como contados, cual metrónomo. El medio centenar de
quinceañeros, su público, atentos. Siete de ellos se muerden las uñas. Otro, de
gafas, se toca la barbilla de arriba hacia abajo. Conforme avanza su relato,
cuando cuenta cómo murió su marido el teniente coronel Pedro Antonio Blanco
tras la explosión de un coche bomba, una decena de chiquillos se llevan las
manos a los ojos como queriendo impedir que los lagrimales actúen. "Perdón",
dice Conchita. "No odio. Si se odia, perdemos", añade. Y los
escolares reciben una lección que va directa a la memoria y al corazón...
Con charlas como la de Conchita ha comenzado
esta semana un proyecto piloto desarrollado de la manera más discreta por el Ministerio
del Interior: víctimas de terrorismo irán por 52 colegios de la Comunidad de Madrid
contando lo que les pasó. Las charlas formarán parte del proyecto mayor que son
"los contenidos que en materia de terrorismo" se enseñarán en los
colegios: primero en la capital y después se pretende en toda España. Crónica les
desvela -en exclusiva- cómo se enseñará "la verdad del terrorismo" en
las aulas. La temática irá repartida en distintas asignaturas a lo largo de la Secundaria y el
Bachillerato. Será evaluable y puntuará como otros contenidos curriculares.
Génesis del proyecto
"Esto se viene preparando desde hace dos
años", cuenta a este suplemento Sonia Ramos, responsable de la Dirección General
de Apoyo a Víctimas del Terrorismo del Ministerio del Interior, alma de este
proyecto. Se desarrolló junto al Ministerio de Educación, en colaboración con
las fundaciones de Víctimas del Terrorismo y del Centro para la Memoria de las Víctimas
del Terrorismo. "Tiene dos partes: el desarrollo de material didáctico para
su implantación gradual y el testimonio de víctimas, a las que hemos preparado
para conversar con los chicos". Son 15 las elegidas. Un número clave: 15
años tendrán, al menos, los que asistan a los conversatorios. Almudena, la hija de Conchita,
tenía 15 cuando perdió a su padre, el 21 de enero de 2000...
Conchita repite una y otra vez dos palabras:
"memoria" y "terrorismo". Los chicos del Cristo Rey de
Hortaleza (Madrid) están silentes durante su exposición. "No me gusta
enseñar las heridas. Pero tienen que verlas. Es importante recordar". La
viuda relata a los chavales que en estos tiempos de redes sociales, de
postverdad, "que no es otra cosa que la mentira, si están informados nadie
les podrá engañar".
El profesor de los muchachos, Carlos Suárez,
les había preparado antes. La directriz recibida había sido diáfana. Con carácter previo
han recibido una clase sobre el tema, con una unidad didáctica titulada
"Terrorismo en España". Como describe la ficha informativa enviada a los centros
docentes: "Se pretende contribuir a la construcción del verdadero relato,
la verdadera memoria, del terrorismo en España, y completar así la educación en
democracia, ciudadanía y prevención de los radicalismos violentos que reciben
los alumnos". Suárez, un hombre alto, calvo y bonachón, luce especialmente
orgulloso de la atención que sus alumnos denotan durante la plática. Y de la
lección recibida.
Belén, también víctima, prepara su testimonio
para su primer encuentro con estudiantes. Así comenzará: "Hoy os vengo a
contar una historia. Lo que marcó un antes y después en mi vida. Y en la de mi
familia. La que, por desgracia, se ha repetido y se sigue repitiendo hoy en día
en diferentes formas [en distintos lugares, con otros protagonistas, por otras
razones]: el asesinato de mi padre". A Belén, una exitosa empresaria
dedicada a viajes y eventos, le tocará conversar con los alumnos de un colegio
de Vallecas.
Tenía menos de un año cuando Aurelio, su papá, recibió cuatro
impactos de bala en tórax y cabeza. El asesinato ocurrió delante
de su hermano, 14 años entonces. El estrés postraumático le dejó incapacitado.
Cinco días antes de su primer cumpleaños había quedado huérfana de padre.
"Me gustaría que esta charla os ayude a conocer una realidad de nuestro
país, parte de nuestra historia para que no olvidéis, para que no nos olvidéis.
Porque quien no conoce su historia está condenado a repetir sus errores. Quiero
que veáis las consecuencias devastadoras de los fanatismos inútiles, del daño
que se hace a personas inocentes. Y que las futuras generaciones trabajéis por
una convivencia basada en el respeto y sin odio". Lo escribe en un tren.
Se toma un respiro antes de continuar. Suspira y para de teclear.
Belén
y los otros 14 elegidos fueron preparados para contar su historia. Se les permite
hacerlo libremente. Pero prima lo
didáctico. La de Conchita es la tercera charla, que ocurre el último día de
noviembre. Las dos primeras, este lunes, fueron impartidas por víctimas del
11-M. Se dieron en dos colegios: uno en Carabanchel y otro en Parla.
"Aunque las charlas se van a impartir a alumnos de cuarto de la ESO , y vinculadas a la
asignatura de Geografía e Historia, la charla en el colegio de Carabanchel se
ofreció, a solicitud del centro, a estudiantes de Bachillerato. Éste tiene como
uno de sus rasgos característicos que su alumnado es multinacional y
multirracial", refieren desde Interior.
La
conferencia iniciática [el lunes 27] versó sobre yihadismo. Sobre cómo cambió la vida de María -llamémosla así,
prefiere mantener su anonimato- y su mundo. Fue una conexión inmediata con el
auditorio. Les contó que ella "tenía un hijo de su misma edad". Fue
relatando las secuelas físicas que sufrió. El despertar del coma. Que cuando
recobró la conciencia no reconocía ni a sus hijos ni a sus padres. Su reaprendizaje
para volver a hablar, a caminar. "Hoy en día sigo teniendoflashbacks de aquel día", soltó. Un estudiante
le preguntó qué sentimiento le producían los terroristas. "Pena",
respondió María. A los chicos les impactó su aplomo. Y el término que se repite
de colegio en colegio: "Perdón".
El programa piloto cuenta con el apoyo de la Consejería de Educación
de Madrid. "Van a participar 52 centros educativos, seleccionados previa
solicitud de ellos mismos... Hay colegios de Madrid capital y de distintos municipios
de la provincia: Parla, Majadahonda, Torrejón de Ardoz, Mejorada del Campo,
Alcorcón, Móstoles, Leganés, Boadilla del Monte, Alcobendas, Tres
Cantos...", apuntan desde la dirección general de Apoyo a Víctimas del
Terrorismo, cuya subdirectora, Paloma Pérez Cortijo, ha sido un pilar en la
organización. "En la selección se ha tenido en cuenta que haya centros de
titularidad pública, privados y concertados. Con ello se pretende que la
muestra sea representativa, de modo que se pueda realizar una valoración
adecuada del proyecto, a efectos de su posterior implantación progresiva en las
comunidades autónomas que deseen sumarse a través de sus respectivas
consejerías de Educación".
Lucía, otra de los 15 elegidos para las charlas
con alumnos, desea que se enseñe en toda España. Ella fue educadora infantil y, como cada uno de los
entrevistados, participa sin compensación económica. Sólo por enseñar lo qué
pasó. Cómo Manolo,
su marido, se despertó sin saber qué había pasado... Cómo respondía a preguntas
que se le hacían infinitas.
-¿Dónde estoy?
-En un hospital.
-¿Qué hago yo aquí? -indagó al día siguiente.
-Tuviste un... percance...
-¿Con el coche?
-Voy a reñir al conductor...
-No le vas a ver. No ha sido su culpa.
-¿Por qué...?
-Sólo Pedro, Fidel y tú viven. Sólo vosotros
habéis sobrevivido... Los otros seis han muerto.
Y
cómo su marido dejó de ser el mismo. Cómo se quedó su alegría en el camino. Lucía está a la
espera de recibir los resultados de unas pruebas médicas para comenzar...
El material educativo para la siguiente fase,
la que sigue tras esta experiencia piloto, está ya en preparación. Es material
sensible... Se elabora con las siguientes pautas, por años y asignaturas,
concebido como un aprendizaje gradual... En el primer ciclo de la ESO [de los cursos 1º a 3º]:
"En la asignatura de Valores Éticos se incluirá la investigación acerca de
guerras, terrorismo, dictaduras, genocidios, refugiados políticos...". En
4º de la ESO :
"En la asignatura Geografía e Historia se incluye el análisis del problema
del terrorismo en España: génesis e historia de las organizaciones terroristas,
aparición de los primeros movimientos asociativos en defensa de las víctimas...
En la asignatura Valores Éticos, se incluye algunas de las nuevas amenazas para
la paz y la seguridad en el mundo actual...". Y se va profundizando cada
vez más. En 1º de Bachillerato: "En la asignatura Historia del Mundo
Contemporáneo, se incluye la amenaza terrorista en un mundo globalizado, los
efectos de la amenaza terrorista [yihadismo, etc.] sobre la vida cotidiana,
organizaciones que la sustentan, actos más relevantes: Nueva York, 11-S,
Madrid, 11-M, Londres, 7-J, etc…”.
En 2º de Bachillerato: "En la asignatura de
Psicología se incluyen las causas psicológicas explicativas acerca de los actos
terroristas...". Y cómo se supera aquello. "En la asignatura Historia de
España, en el bloque relativo a la normalización democrática de España e
integración en Europa (desde 1975), se incluye como contenido el problema del
terrorismo: el impacto de la amenaza terrorista sobre la normalización
democrática de España, la génesis y evolución de las diferentes organizaciones
terroristas que han actuado desde la transición democrática hasta nuestros días
[ETA, GRAPO, GAL, Terra Lliure...], la ciudadanía amenazada, movimientos
asociativos de víctimas...".
Secuelas
de vida
Javier López Ruiz, ex directivo de Coca-Cola,
Nestlé y San Miguel, sabe bien de esto. Es delegado para Andalucía de la Asociación Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad del Estado Víctimas del Terrorismo. Le vemos con su
bastón, su corbata roja y un traje gris oscuro. Lejanos ya son sus días vestido
de uniforme y tricornio. Aún tiene las secuelas de un ataque de 1978, uno de
los más largos de la historia de ETA. Más de 15 minutos. Comienza su relato
así: "Esta es una historia que me contó un buen amigo. Él vivía frente al
cuartel. Era guardia civil de tráfico. Cuando estaba charlando con su mujer,
escuchó un tiroteo a 100
metros . Y a un tipo disparando. Va a por él. A acabar
con él. Ese tipo que disparaba le grita: "Soy yo el malagueño". Pero
no identificaba la voz. "Soy Javier, el malagueño. Ese hombre era
yo". Su propio amigo le pudo matar. Él estaba herido y luchaba por su vida
desde el suelo a balazo limpio. Buscaba evitar que
los etarras se acercaran a rematarle y proteger la entrada.
"Fueron tres balas en mi cuerpo. Una en la columna, otra en el hígado,
otra en el riñón. Que yo esté andando y vivo es un milagro... Pasé cuatro años
dedicado a recuperarme". Lo cuenta, con los ojos enrojecidos, en medio de
la estación de Atocha.
Este lugar significa el renacer para Paco
-nombre cambiado-, un joven que, en su primer año de universidad y cuando se
dirigía a clases, sufrió el atentado en uno de los trenes del 11-M. Protagoniza
la otra conversación que se ha realizado esta semana. Fue en un instituto de
Parla ante alumnos de 4º de Secundaria. Tras un largo periodo hospitalario y
múltiples operaciones, sigue sufriendo graves secuelas. Por su juventud, los críos
se conmovieron, le vieron como uno de los suyos. Aprendieron de
"resiliencia", de vencer las dificultades. "¿Cómo se sintió ante
los terroristas?", le interrogaron. Y contó que asistió al juicio.
Que quiso verles las caras. Que cuando les miró, todos agacharon la cabeza. En ese instante, se sintió mejor que
ellos. Paco fue a más. Les enseñó una foto de "su tren", sin
dramatismo. Sereno, les contó cómo venció a la ira y sus heridas. Terminó su
exposición. Un puñado de alumnos se acercó a él con emoción adolescente.
Y le abrazaron.
Opinión:
Bienvenidas sean todas las iniciativas
destinadas a ofrecer información real sobre las vivencias de víctimas del
terrorismo. Bienvenidas sean las propuestas que se hagan llegar para dar a
conocer unos relatos a los estudiantes que, por suerte para ellos, no han
vivido esas tristes épocas. Bienvenidos sean todos los proyectos que sirvan
para dar a conocer situaciones que se han vivido y que jamás deberían volver a
nuestras vidas.
Y muy especialmente bienvenidas deben ser las
víctimas que lo plantean pudiendo demostrar documentalmente lo que explican…
porque hay otras que se dedican a explicar lo que no han vivido jamás basando
sus relatos en lo que han podido leer o en lo que han podido escuchar de
víctimas reales.
Porque además, si se trata de informar de la
realidad a los estudiantes, siempre se puede correr el riesgo de que algún
asistente tenga la valentía de investigar previamente al conferenciante y
dejarle en evidencia. Y ello dañaría la imagen de lo que es un colectivo
plural.
Por mi parte, aun y entendiendo todas y cada
una de las explicaciones que se puedan aportar, presento una pregunta: ¿se
explica también el abandono y el cinismo de algunos que se llenaron la boca
hablando de “las” víctimas o hasta de “sus” víctimas mientras decían lo que aparece
en la fotografía más abajo?
Solo recordar que esas declaraciones
aparecieron en portada del Diario de Sevilla el 30 de enero del año 2000…
Ah, algo mas… ¿se dará la voz a aquellas
víctimas que, además de nuestra experiencia personal, podamos explicar la de otros
cientos de víctimas abandonadas? ¿las de tantas y tantas víctimas que sufrimos,
además de las consecuencias del atentado, el abandono y la desidia y el
desamparo de la clase política? ¿O solo se trata de hablar de la experiencia
personal sin entrar en la realidad social y asistencial? ¿Se trata de hablar
solo del dolor sin aportar ninguna muestra del maltrato recibido?
No hay comentarios:
Publicar un comentario