17 diciembre 2017
Estefanía Beltrán de Heredia, Consejera de
Seguridad del Gobierno Vasco
“Con ETA era difícil imaginar que un ertzaina
saliera de su casa al trabajo de uniforme; ahora sí pasa”
El Departamento de
Seguridad del Gobierno vasco convocará la próxima semana 300 plazas de ertzaina.
Será el anticipo de otras tres convocatorias que tendrán lugar hasta el 2020 y
que en total llevarán a las calles de Euskadi 1.700 nuevos agentes. De este
modo se deja atrás el bloqueo provocado por el Gobierno español en los últimos
años poniendo trabas a las convocatorias.
¿Estas convocatorias ponen fin al problema de
envejecimiento de la
Ertzaintza ?
-No es solo un problema
de envejecimiento sino también de falta de recursos. Los ertzainas se van
jubilando y no podíamos afrontar esas jubilaciones, por lo que el número de
agentes iba disminuyendo. Por eso son necesarias estas convocatorias para
renovar las plazas y mantener los 8.000 ertzainas estipuladas.
Ahora mismo, no llegan a 8.000.
-Es cierto que llevamos
un retraso por los recursos interpuestos por el Gobierno español que ha
provocado una acumulación de jubilaciones, pero vamos a ir poniéndonos al día.
¿Se ajusta ese número a la realidad o se necesitan más?
-Creemos que con 8.000
ertzainas se pueden abordar los servicios que nos demanda la ciudadanía vasca y
además con calidad.
¿Está satisfecha con su objetivo de lograr una Ertzaintza
de proximidad a la gente de la calle?
-Estamos en la
transición de un modelo a otro y vamos avanzando con proyectos que nos permiten
acercarnos a la ciudadanía, sobre todo mediante charlas informativas con jóvenes
en los centros escolares, así como con otros colectivos vulnerables como
personas mayores o con algún tipo de discapacidad. Esto nos ha permitido que
ellos nos devuelvan la visita a los centros policiales y propiciado un
intercambio y un reconocimiento mutuo.
¿Se ha normalizado la imagen de la Ertzaintza tras el fin
de la amenaza de ETA?
-Voy a contestar con un
ejemplo concreto. Hace cinco años era difícil imaginar que un ertzaina cruzara
todo su municipio vestido con el uniforme mientras se dirigía solo a su
comisaría para entrar a trabajar. Esto está pasando ahora, esta misma semana.
Ejemplifica esa cercanía que antes decía y evidencia que el ertzaina ya forma
parte del paisaje comunitario.
El fin de ETA, pendiente todavía de su disolución, ha sido decisivo.
-Indudablemente tiene
mucho que ver. La actividad de ETA y el acoso al que tenía sometido a la Ertzaintza han sido
decisivos para que el modelo de Ertzaintza que se ideó hace 35 años no se haya
podido desarrollar en su integridad. La Ertzaintza estaba acuartelada y los agentes
también. Nuestro reto ha sido sacar a la calle a la Ertzaintza , acercarse
con normalidad a los problemas y preocupaciones de cualquier ciudadano, en vez
de estar esperando a que viniera a las comisarías a contarnos su problema o su
inquietud.
Hasta no hace mucho la imagen de la Ertzaintza estaba muy
vinculada a actuaciones contra la kale borroka, manifestaciones políticas…
-La realidad social ha
cambiado afortunadamente. Hay un clima diferente. Hoy día las preocupaciones de
la gente, también en materia de seguridad pública, son más normalizadas y la Ertzaintza está dando
respuesta a esas necesidades.
Entre ellas la respuesta a la violencia machista. ¿Está la Ertzaintza preparada
para combatir el auge de denuncias?
-Todos los agentes
deben tener una formación y en eso nos estamos empeñando. Tenemos un sistema de
medición de los riesgos y un protocolo de atención a víctimas de violencia de
género y doméstica, tras el cual se establece el nivel de riesgo y la
protección necesaria. La
Ertzaintza actúa cuando se ha producido la agresión o cuando
hay algún tipo de indicio y se detecta que puede haber un caso.
Cuando la policía llega tarde a un caso de estos, ¿de quién
es el error? ¿De la Policía
o del juez?
-Cuando hay una
denuncia, la Ertzaintza
hace una primera valoración del riesgo y en función de eso establece unas
medidas de protección, que pueden ir desde la entrega del teléfono Bortxa, con
el que la víctima se puede poner inmediatamente en contacto con la Ertzaintza ; medidas de contravigilancia;
o en los casos extremos, cuando hay un riesgo muy grande, se pone incluso
escolta. Todo eso incluso antes de las medidas que pueda tomar el juez o la
jueza.
¿Cuántos casos tiene registrados la Ertzaintza ?
-Tenemos 4.500
expedientes abiertos, que no significa denuncias ya que cada expediente puede
contener más de una denuncia. A veces son expedientes que arrastran varios años
y hasta que el asunto no esté cerrado no se cierra el expediente. Hay alrededor
de 900 mujeres con el teléfono Bortxa que nos sirve para ponernos en contacto
con la víctima.
¿Tienen los ertzainas suficiente cobertura legal para ser
eficaces en estos casos de violencia machista?
-También en el aspecto
legal es necesaria una evolución. Por ejemplo, es necesario una revisión de la
ley de igualdad y de la ley estatal de protección a las víctimas de violencia
de género.
-Existe
una confusión injustificada entre los sistemas telemáticos de protección que
asignan los jueces y las juezas a los agresores y a las víctimas, las pulseras,
para vigilar que no se quebranten las órdenes de alejamiento, y los teléfonos
Bortxa. Con relación a las pulseras telemáticas que gestiona el Ministerio de
Justicia, todo el mundo parece estar de acuerdo en la necesidad de mejorar el
sistema. Los teléfonos Bortxa cumplen bien con su función y así seguirán haciéndolo
porque estamos renovándolos. A futuro será una App integrada en el smartphone personal de la víctima y ofrecerá la
misma seguridad y una mayor discreción.
¿Tiene indicios la Ertzaintza para poder hablar de la existencia de
una mafia detrás de la llegada masiva a Euskadi de menores inmigrantes?
-Hay una constatación,
que la llegada de jóvenes con una misma procedencia, Marruecos, se ha
incrementado mucho los últimos meses. Todo hace indicar que, más allá de la
motivación que les trae aquí, hay alguna organización que les facilita el
tránsito. Las consecuencias de este fenómeno migratorio son perceptibles
también desde el punto de vista de la seguridad pública. La Ertzaintza esté
investigando lo que ocurre.
¿Cómo actúa la Ertzaintza ?
-A distintos niveles,
desde el asistencial -no olvidemos de que en su mayoría son menores-, hasta el
de orden público, si la situación así lo requiere. De hecho el jueves tuvimos
que detener a un joven de la residencia de Zornotza, a solicitud de la Fiscalía de menores, dentro
del procedimiento abierto para aclarar el incendio de la residencia de menores
no tutelados.
¿Euskadi es un oasis en cuanto a terrorismo yihadista?
-Nunca podemos estar
tranquilos del todo, no existe la seguridad completa. Es importante la
prevención, evitar que se cometa el delito.
¿Hay focos de peligro concretos?
-No hay un punto
concreto o un foco u objetivo en Euskadi. Por lo que sabemos hasta ahora buscan
zonas de gran confluencia de personas como estaciones de autobuses, centros de
mucha aglomeración de personas… Son las zonas en las que prestamos una mayor
vigilancia y atención. Para esto pusimos en marcha las patrullas de prevención
y respuesta inmediata.
Algunos ertzainas piden llevar su pistola fuera de servicio.
-Son dos cosas
diferentes que no conviene mezclar, aunque hay ertzainas que pueden mezclarlas.
Cuando alguien lleva un arma fuera de servicio está sujeto al reglamento de
armas y por tanto tiene más inconvenientes que ventajas para cualquier
ertzaina. Si se autoriza a todos los ertzainas a llevar el arma, habría que
pensar que es obligatorio y llevar el arma las 24 horas del día condiciona
mucho la vida del ertzaina fuera de servicio.
¿Por ejemplo?
-No podría entrar en un
bar a tomar un café. Existe la creencia de que incluso portando un arma el
ertzaina puede hacer vida normalizada y no es así. Por eso creemos que solo en
aquellas circunstancias en las que sea estrictamente necesario se podrá portar
el arma fuera de servicio.
¿Son fructíferas las visitas que la Ertzaintza hace a las
mezquitas para intercambiar información?
-La acogida ha sido muy
buena y la prueba es que estamos entrando en las mezquitas. Nos reciben bien,
no hay suspicacias a pesar de que es un colectivo de 50.000 personas en Euskadi
y que por principio tiene un grado de desconfianza alto hacia la policía. Las
suspicacias iniciales se han ido salvando a medida que nos hemos ido
conociendo.
“Con ETA, la Ertzaintza vivía
acuartelada. El reto ha sido sacarla a la calle;acercarse a la gente en vez de
esperar a que viniera a la comisaría”
“Son necesarias estas
convocatorias para renovar la
Ertzaintza y mantener los 8.000 ertzainas para abordar el
servicio que pide la gente”
“Nos han recibido bien
en las mezquitas. Las suspicacias se han salvado según nos hemos ido
conociendo”
“No hay focos de
peligro concreto de terrorismo yihadista en Euskadi. Hay que trabajar la
prevención”
Opinión:
Leyendo la entrevista con la Consejera de Seguridad
del Gobierno Vasco me asalta una duda… ¿quién cree tener más razón? ¿los que
dicen que en el País Vasco la banda terrorista ETA sigue marcando el presente o
los que dicen que la normalidad ya está en las calles?
Pues eso…
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