10 marzo 2019
¿El 11-M se puede
repetir? "Estuvimos cerca de sufrir atentados peores en Barcelona"
El plan 'A' fracasó porque estalló accidentalmente el
explosivo que preparaban los miembros de la célula de los atentados de Cataluña. El atropello en
las Ramblas de Barcelona y la posterior razia con armas blancas en Cambrils
(Tarragona) fueron ataques improvisados de terroristas frustrados y apremiados
por su impericia. Según las investigaciones policiales, la intención primera de
los yihadistas consistía en colocar furgonetas-bomba en lugares frecuentados
por masas como la
Sagrada Familia , el Camp Nou o Port Aventura. Contaban para
sus acciones con cientos
de kilos de material explosivo y 104 bombonas de butano y propano.
Esos acontecimientos que acabaron con la vida de 16
personas sucedieron hace apenas año y medio. Este lunes se cumple el XV
aniversario de los atentados del 11-Men
Madrid que causaron la muerte a 192 ciudadanos y heridas a miles. Cabe
preguntarse si episodios letales como los ocurridos en 2004 y 2017 podrían
perpetrarlos de nuevo los seguidores del yihadismo.
"Estuvimos cerca de tener algo peor en Barcelona que
lo sucedido en Madrid. Si les salen sus planes originarios, hubieran
matado a mucha más gente", afirma Luis de la
Corte , profesor de la Universidad Autónoma
de Madrid y experto en terrorismo y defensa. Este investigador señala que
"no se pueden descartar" en España unos atentados similares en
letalidad a los acaecidos en la capital aquel aciago 11 de marzo de 2004.
"Se puede argumentar que hoy no existen las tensiones políticas y bélicas
de la guerra de Irak que rodearon el contexto del 11-M, pero es cierto que
tampoco existían en agosto de 2017", apunta De la Corte.
Daesh ha dejado de ser un caballo ganador y atrae a menos
seguidores
El año pasado fue un año de
tregua para España y
Europa. Los yihadistas asesinaron a 13 personas en cinco
atentados cometidos en Bélgica y Francia. En 2018 no hubo episodios violentos
en España. Otra cosa bien distinta supone lo que pasó en el resto del mundo,
principalmente en países de mayoría musulmana como Afganistán, Irak, Somalia o
Nigeria. Hasta 10.598 víctimas mortales provocaron los diferentes grupos
islamistas radicales, según se recoge en el 'Anuario del terrorismo yihadista
2018', elaborado por el Observatorio Internacional de Estudios sobre
Terrorismo (OIET) y Covite.
¿Cuáles son las razones para que 2018 fuera un año de
relativa paz en España y Europa? Luis de la Corte aprecia tres fundamentales. Entiende este
profesor que la casi derrota de organización del Estado Islámico en Siria e Irak ha movilizado a menos
yihadistas en suelo europeo. "Daesh ha dejado de ser un caballo ganador y
atrae menos", explica De la Corte. Además , sostiene este experto, los yihadistas "han sido
incapaces de crear estructuras operativas estables en Europa como la que planificó los atentados de
París" en 2015 que causaron 137 muertes. Un tercer factor que apunta este
investigador es que la labor policial resulta cada vez más eficiente para
combatir el yihadismo porque "la experiencia de inteligencia es
acumulativa con el tiempo".
Sin embargo, los
datos no conducen a una
calma plena. El Ministerio del Interior mantiene el nivel de
alerta 4 sobre un máximo de 5, lo que se traduce en una situación de
riesgo alto de atentados. A pesar de que no tuvo lugar ningún ataque en
territorio español en 2018, el Ministerio informa de que se realizaron hasta 23
operaciones policiales con el resultado de 29 arrestados.
Además, la
Memoria 2018 de
la Fiscalía
de la Audiencia Nacional informa que en 2017 hasta 27
encausados fueron condenados a penas de cárcel por terrorismo yihadista, el
número más elevado desde 2007 en que fueron sentenciados 33, año en que se
dictó fallo contra los perpetradores del 11-M.
Otro dato que no invita a las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado a la relajación es que hoy las
cárceles albergan a 139 personas sentenciadas o investigadas por terrorismo
yihadista. "¿Habrá recursos operativos suficientes como para
hacer un seguimiento de los designios de esos reclusos cuando vayan saliendo de
prisión?", cuestiona Luis de la
Corte.
Inquietan los
yihadistas autóctonos
Casi todos los miembros que constituyeron la célula de
Alcanar bebían alcohol, fumaban tabaco y hachís, consumían cocaína, les gustaba
acudir a casinos y burdeles y apenas sabían leer o escribir
árabe. La mayoría de sus al menos diez integrantes se conocían
de una infancia compartida en la provincia de Girona. Apenas habían vivido en
países islámicos y tampoco habían acudido a la llamada de la yihad en
conflictos bélicos de África y Oriente Medio.
Es el musulmán radicalizado y movilizado en propio suelo
español y europeo el que más desasosiega. El último informe de Europol sobre terrorismo así lo
menciona: "Los ataques yihadistas son cometidos fundamentalmente por
terroristas autóctonos ('homegrown'), radicalizados en su país de residencia
sin que hayan viajado al extranjero a unirse a otros grupos".
Olivier Roy, quizás el analista del islamismo político más
respetado internacionalmente, apuntó a El Confidencial que "la primera
generación es más tardía en España que en Francia, por lo que se puede concluir
que la reserva de potenciales radicales va a aumentar en vuestro país en los
próximos años". Una de las razones que fundamenta Roy es que la ruptura con la religión y la
cultura de origen genera violencia. Ve especial conflictividad
entre los marroquíes procedentes del Rif [norte de Marruecos] que hablan
bereber, pero "no tienen acceso a una cultura escrita en su lengua
original, contrariamente a lo que ha ocurrido en Europa con la inmigración
turca, la cual crea muy pocos problemas de terrorismo".
En ese sentido, la recién publicada monografía del Real Instituto Elcano informa que
el 43% de los yihadistas muertos o condenados en lo que llevamos de siglo
nacieron en Marruecos. Y lo que es más relevante y que concuerda con lo que
apunta Roy: siete de cada diez terroristas fallecidos o sentenciados entre 2004
y 2008 son
originarios del Rif.
Cataluña, que alberga más
de medio millón de musulmanes, fue la comunidad autónoma donde más
yihadistas condenados o muertos entre 2004 y 2008 hubo: ni más ni menos que uno
de cada tres del total de 195.
Los muyahidín que
retornan
Europol estima que en el conjunto de Europa han sido más de 5.000 los musulmanes residentes
en su suelo los que han emigrado para combatir. De entre ellos,
unos 1.500 han regresado a sus países, principalmente a Reino Unido, Francia,
Bélgica y Alemania.
Esta situación supone
un riesgo de atentados en suelo europeo, según Europol. El Daesh cada vez está más cercado en los amplios
territorios que controlaba en Siria e Irak hasta mediados de 2018. Sin embargo,
muchos de los llamados 'foreign fighters' o 'combatientes extranjeros' han
hecho su mochila y han emigrado a otros países islámicos. En esa mochila llevan
una experiencia militar acumulada que los hace potencialmente más nocivos para
el futuro de la estabilidad de los países europeos.
"El proceso de retorno no ha terminado. Se mueven por
otros países islámicos para observar cómo evolucionan las cosas y, si vuelven, serán aún más
peligrosos", concluye
Luis de la Corte.
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