14 marzo 2019
Religiosos afirman que la Iglesia no estuvo "a la altura" con los afectados por el terrorismo
En la
Euskadi profunda que retrata Fernando Aramburu en 'Patria',
Don Serapio es un sacerdote que arropa a los violentos y rebaja el dolor de las
víctimas. Un personaje de ficción que no dista mucho de la actitud real que
mantuvieron algunos religiosos durante los años de plomo de ETA. Ángel María
Unzueta, que fue vicario general de Bilbao entre 2006 y 2018, reconoció que la Iglesia no estuvo «a la
altura» de las circunstancias. «Hemos sido tardos a la hora de prestar ayuda a
las víctimas», reconoció en un foro universitario que, precisamente, analiza el
papel del clero vasco durante las seis décadas de violencia de la banda
terrorista. «Eso sí, somos casi la única institución que ha sabido pedir
perdón», matizó.
Pese a que
el sábado se cumplen nueve años del último asesinato de ETA (el gendarme
Jean-Serge Nèrin), apenas han transcurrido 315 días desde que la organización
suscribió su disolución y algunas heridas aún siguen abiertas. Por eso, tras
escuchar al sacerdote Félix Placer justificar que la banda fue la «respuesta a
la violencia de franquismo», la voz de Pilar Aramburu (cofundadora de Libertad
Ya) se quebró. Esta abogada -miembro del Partido Comunista y que durante ocho
años fue alcaldesa de Burlada- acusó de «fría e ignorante» la actitud mantenida
por los religiosos, y que no basta con un comunicado «equidistante y
apresurado» como el que mandaron los obispos vascos tras el fin de la banda el
pasado mes de mayo. Y es que, en su opinión, la Iglesia abandonó la
actitud universal y asumió un papel «nacionalista» que «está haciendo un daño
horroroso en el País Vasco y también en Cataluña».
«Ha habido
sacerdotes que no han cumplido con su misión o frailes que han pertenecido a
comandos (terroristas). Hemos tenido una Iglesia llena de pecadores», insistió
Aramburu. Entre el público asistió el expreso Joseba Urrosolo Sistiaga y una
hija de Fernando Buesa.
Opinión:
Se hace extraño leer esta noticia cuando existieron
víctimas que, durante años, hemos denunciado esta situación. Y lo hicimos en
las difíciles épocas en las que la banda terrorista ETA estaba activa, mataba y
secuestraba constantemente.
Y nuestra actividad no era noticia. Incluso era motivo de
insultos y de persecución por parte de algunos que, precisamente ahora, denuncian
la misma situación que se dedicaron entonces a fomentar.
¿Cinismo? ¿Hipocresía? ¿Ignorancia? ¿Comodidad? ¿Pasividad?
Pónganle el nombre que quieran pero que nadie olvide un detalle: en esta
conferencia estaba presente alguien con 16 asesinatos…
Tiempo atrás hubiera sido absolutamente imposible compartir
el mismo espacio con un exmiembro de ETA…
Está muy bien denunciar las cuestiones que son obvias pero
estaría mucho mejor que se reconocieran los méritos a aquellas personas que, no
hace tanto tiempo, fueron los precursores en el atrevimiento a denunciar temas
que ahora se pueden comentar sin problemas ni miedos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario