14 enero 2024
Una veintena de etarras deben cinco millones de euros a sus víctimas
«Es una ciudad segura. Podemos decir que Pontevedra es una ciudad segura». Con estas palabras el comisario Juan José Díaz Jiménez destacó el hecho de que en la Boa Vila «estamos por debajo de la media nacional y de la media de Galicia en índice de criminalidad». El máximo responsable provincial de la Policía Nacional realizó está valoración tras el acto celebrado a las puertas de la Subdelegación del Gobierno para conmemorar el doscientos aniversario de la creación de este cuerpo, «uno de los más antiguos del mundo».
A preguntas de los medios de comunicación, señaló que «no considero que haya falta de efectivos» aludiendo al hecho de que «en ninguna plantilla el catálogo está cubierto al 100 %». En este punto, remarcó que en Pontevedra el índice de ocupación del catálogo «es perfectamente asumible y es lo que necesitamos para hacer el trabajo que hacemos. De hecho, los resultados lo prueban así. Es un trabajo bien hecho con muy buenos resultados», añadió.
Juan José Jiménez, asimismo, precisó que los retos de futuro pasan por «seguir luchando contra el crimen organizado, luchando con el contra el tráfico de drogas, luchando contra la violencia de género, delitos de odio... Luchando contra todo el catálogo de delitos de Código Penal, pero centrado en esas cuatro cosas».
Previamente, y tras el izado de la bandera española bajo una persistente lluvia, el comisario se dirigió a los asistentes para remarcar que la Policía Nacional es «una institución sólida, útil y fiable» que, a lo largo de los dos últimos siglos, ha contribuido «de manera decisiva a la seguridad de España». De igual modo, no obvió el precio que han pagado para velar por el mandato constitucional: «Ha costado mucho. Centenares de policías nacionales han perdido la vida mientras desarrollaban sus cometidos. 188 han sido asesinados por el terrorismo por defender los derechos y libertades».
Y todo ello en un «escenario difícil (...), de tiempos vertiginosos, llenos de urgencias, con tensiones geopolíticas, en constante evolución tecnológica, con una actividad delincuencial que no deja de reinventarse y que aprovecha para sí todas las ventajas de un mundo globalizado».
Economía y seguridad
El acto fue presidido por Abel Losada en lo que fue su primer acto oficial como subdelegado del Gobierno en Pontevedra. Tras remarcar que tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil «son pilares fundamentales en lo que es la arquitectura democrática y constitucional de España», tiró de deformación profesional —es profesor en la Facultade de Ciencias Económicas e Empresariais— para incidir «en el valor económico que significa la seguridad como un elemento de competitividad de los territorios del conjunto del Estado, de Galicia y, en este caso, de Pontevedra». «La seguridad de los estados en un elemento fundamental a la hora de priorizar las condiciones para invertir y crear riqueza y empleo», subrayó en su intervención pública.
El acto conmemorativo de los doscientos años de la Policía Nacional concluyó con un homenaje a los caídos y la interpretación del himno del cuerpo. «¡Viva los policías de Cataluña! ¡Viva los policías del País Vasco! ¡Viva España unida!», puso el broche un espontáneo.
Opinión:
Por suerte, un grupo de víctimas junto a unos pocos abogados (todos muy kamikazes) dedicamos todo el año 1999 para parir una legislación que pudiera aportar una asistencia integral al colectivo de víctimas del terrorismo.
Una de las consecuencias de todo aquel trabajo es el hecho de que los terroristas deban indemnizar con parte de sus ingresos las indemnizaciones que el Estado pudiera adelantar en concepto de lo que marcara la sentencia correspondiente.
Ah, un detalle más: ese trabajo tan arduo y del que tantas víctimas han podido obtener sus derechos vino a consecuencia de la tregua trampa de la banda terrorista ETA iniciada en octubre de 1998 y más aún, cuando cierto presidente del gobierno dijo aquello que sigue a continuación:
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