17 enero 2024
La Policía elige el 16 de junio como Día de las Víctimas del Terrorismo para conmemorar el asesinato de María José García
La Dirección General de la Policía ha aprobado este miércoles que el 16 de junio se celebre el Día de las Víctimas del Terrorismo en este cuerpo, en memoria del asesinato de la inspectora jefa María José García, primera mujer policía, a manos de ETA en 1981.
A partir de este año, ese mismo día o en fechas próximas, se rendirá homenaje a los agentes que han sido víctimas del terrorismo como muestra de reconocimiento, respeto y solidaridad, y para perpetuar su memoria, ha señalado el cuerpo en un comunicado.
Los actos conmemorativos tendrán lugar en las jefaturas superiores, comisarías provinciales, centros de formación y en todas aquellas dependencias policiales que se determine, con el fin de que se convierta en el tercer gran evento anual de la Policía Nacional, junto a su aniversario y la festividad de sus patronos.
El 16 de junio ha sido elegido en memoria del asesinato de la inspectora jefa María José García Sánchez, perpetrado por la banda terrorista ETA en Zarauz (Guipúzcoa) en 1981.
A lo largo de 47 años, entre 1968 y 2015, 188 policías nacionales perdieron la vida a manos de organizaciones terroristas y decenas de ellos resultaron heridos, a lo que se suma el daño causado a sus familias.
Opinión:
Inicié mi etapa a nivel asistencial como delegado en Catalunya de la ANTIGUA AVT con el atentado del 8 de diciembre de 1990 en Sabadell, cuando la banda terrorista ETA asesinó a seis policías nacionales. Guardo un recuerdo muy amargo de aquellos años en los que ser víctima de un atentado terrorista era poco menos que una lacra social y aun tengo en la memoria (y en mis agendas) cual fue la actitud de algunos que, con el paso de los años, han ido apareciendo como estandartes de “la dignidad”… aunque entonces ni estuvieron ni se les esperaba. También guardo un triste recuerdo por la actitud de algunos de los responsables del Ministerio de Interior al respecto y, al mismo tiempo, un enorme cariño por las viudas y los huérfanos a los que tuve el privilegio de intentar ayudar en todo cuanto pudimos con unos recursos mínimos y escasos.
Dicho esto, me gustaría presentar una vivencia de allá por 2002 aproximadamente, cuando la viuda de un militar asesinado por la banda terrorista ETA me comentó si había la posibilidad de crear una asociación de víctimas CIVILES del terrorismo. El taxista que nos llevaba hasta la estación de Atocha fue testigo de mi respuesta: “si lo hacemos, nos acusarán de intentar dividir a las víctimas del terrorismo dependiendo del trabajo de cada una”. El taxista comentó lo siguiente: “tiene usted razón”.
¿Se entiende a lo que me refiero?
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