26 julio 2024
A
los políticos les asustan las series: claves para entender por qué no existen
versiones españolas de 'House of cards' o 'Borgen'
Los
guionistas lamentan que a las cadenas y plataformas les cueste producir
proyectos que puedan originar conflictos.
Muchos
de ellos guardan en un cajón sus intentos de trasladar a la pantalla los
entresijos de la vida institucional
No
tardaremos en ver una serie en la que se narre cómo se gestó la renuncia de
Biden a repetir cargo en la Casa Blanca. U otra basada en la crisis en el
gobierno de Macron tras las elecciones europeas. Tampoco es descabellado que
haya algún guionista inglés escribiendo ya sobre los tres años de Boris Johnson
alojado en Downing Street. Porque hemos visto unas cuantas ficciones
americanas, francesas o británicas basadas en hechos y figuras políticas
relevantes y recientes. Será más difícil, sin embargo, que la trama en torno a
la causa de Begoña Gómez salte a la pantalla. O que alguna cadena o plataforma
dé luz verde a un guion inspirado en lo sucedido con el novio de Ayuso. En
España tenemos déficit de historias políticas. Se pueden contar con los dedos
de una mano las excepciones. ¿Por qué sucede algo así en nuestra industria y no
en otras?
El
tema es recurrente. Surge cada cierto tiempo. Y tras él las mismas dudas y
pocas respuestas certeras. Hace unas semanas el guionista Nacho Faerna acudía a
las redes sociales para lamentar que lleva diez años tratando vender un
proyecto de serie de estas características sin ningún éxito. Y halló consuelo
-por decir algo- entre varios compañeros que habían realizado intentos
similares con idéntico resultado.
¿Qué
impide a cadenas y plataformas apostar por este tipo de títulos? ¿Qué excusas
reciben los guionistas cuando intentan colar argumentos sobre este asunto? ¿Por
qué les aterra a los políticos verse retratados de este modo? Aprovechamos el
tuit de Faerna para volver a abrir este melón.
«La
primera vez que presenté este proyecto a una plataforma se pasó un consejero, o
alguien importante, por el 'pitch' -que es como se denomina a la presentación
verbal ante productores o ejecutivos de una idea para una película o serie de
televisión-. Llevábamos dos proyectos, uno de ellos era 'La coalición'. Él lo
señaló, dijo «este es el que deberíamos escoger» pero a ver cómo lo explicamos
en el consejo. Yo me ofrecí a ir y explicarlo, pero no sucedió». Así resume
Faerna una de las muchas reuniones en las que ha peleado por sacar adelante la
serie. Autor de propuestas como 'La fuga' o 'La piel azul', curtido en clásicos
como 'El comisario' y 'Amar en tiempos revueltos', todo parece indicar que con
'La coalición' le tocará esperar. «La primera versión que hice transcurría en
2018, en un supuesto futuro. Era importante la fecha porque el protagonista
nace en el año 2000 y, por tanto, en 2018 cumple los 18 años y vota por primera
vez. En el guion tiene importancia el concepto de bipartidismo. Cuando escribí el
guion todavía no se había producido la irrupción de Podemos en el parlamento
europeo así que después tuve que incorporar esta fuerza. He ido actualizando el
texto, le he cambiado el título y he abierto la posibilidad de que sea una
película. Ahora se llama 'Año Cero'», comenta resignado Faerna.
«Con
'La coalición' no pretendemos hacer una cosa cínica como 'House of cards' ni
algo idílico como 'El ala oeste de la Casa Blanca'. El punto de partida es
bastante provocativo», confiesa. «Queríamos explicar lo complicado que es tomar
decisiones, las luces y las sombras de los que las toman».
El
debate sobre las series políticas también se coló hace unos días en 'Esto ya se
ha hecho', el podcast oficial del sindicato de guionistas ALMA, que cerró la
temporada con un episodio especial en el que los guionistas Sara Antuña, Carlos
de Pando, Pablo Bartolomé y Cristóbal Garrido se dedican a responder preguntas
que les lanzaban los usuarios. Y una de ellas tenía que ver sobre la falta de
esta clase de contenidos en la industria nacional.
Vamos
a reproducir algunos de sus comentarios porque tratan de explicar a qué se debe
esta anomalía.
Pablo
Bartolomé: «Me da rabia que se señale a los creadores. Yo no conozco a ningún
creador que no tenga una serie política o sobre algún punto peliagudo de la
historia de España».
Carlos
de Pando: «Hay miedo a polemizar, hacer una inversión muy gorda en un proyecto
que luego te puede salir rana porque generas una polémica no deseada».
Cristóbal
Garrido: «Los creadores se mojan todo el rato, pero no cala donde tiene que
calar, que es en los despachos. Hace mucho se anunció que de todos los partidos
políticos de los que se puede hacer una serie muy interesante del único que se
iba a hacer una es Podemos, qué curioso. Bueno, pues también se ha caído. Creo
que hay una alergia muy grande a hablar de política, no por una mano negra,
sino porque las cadenas y las plataformas tienen alergia a las polémicas».
Pablo
Bartolomé: «La mayoría de veces los proyectos se autoboicotean desde las
propias productoras, no hay una mano negra que los frena».
Cristóbal
Garrido: «Hay excepciones. Pilar Eyre siempre cuenta que ha vendido los
derechos de todos los libros que ha hecho sobre el Rey o la Reina para
adaptarlos a series y curiosamente diez minutos antes de firmar un proyecto se
han ido cayendo uno tras otro. Vivimos unos tiempos en los que estamos
produciendo un montón y es una pena que no estemos metiendo más el dedo donde
escuece, donde queremos ver ficción».
Sara
Antuña: «Te fijas en los productos que vienen de fuera, en países que no tienen
problema en decir partido republicano o partido demócrata, o 'tories' o
laboristas. Aquí es muy difícil que te dejen decir PP o PSOE, sus abogados te
la lían. Aquí nos faltan referentes».
Cristóbal
Garrido: «Cuando salió toda la movida del pequeño Nicolás todo el mundo
estábamos diciendo «aquí hay una serie»».
Sara
Antuña: «Hay un documental»
Cristóbal
Garrido: «Hay un documental (en Netflix), sí. Los documentales y las novelas no
generan problema, porque tú no ves a los protagonistas haciendo cosas, ves a
gente contando qué ha hecho no sé qué. Tú puedes decir en un documental que no
se quien ha robado, pero otra cosa es ver a esa persona robando en una ficción,
eso es más delicado. Todo el mundo nos decía que teníamos que hacer una serie
del pequeño Nicolás, porque es un historión pero yo sabía que no iban a dejarla
hacer. Y para hacerla diciendo otros nombres y no pudiendo decir PP sino el
partido conservador no merece la pena».
La
charla apunta algunas cuestiones sobre por qué los relatos políticos no
encuentran hueco en las parrillas y catálogos: miedo a las polémicas,
autocensura, imposibilidad de utilizar nombres y siglas reales. Suelen ser
razones que se repiten entre los escritores cuando se debate el asunto. En el
podcast se citan dos proyectos españoles frustrados sobre esta temática, uno
sobre Podemos y otro sobre el Rey. ¿Qué sucedió con ellos? ¿Por qué se les han
cerrado las puertas? ¿Qué posibilidades hay de reactivarlos? Tras ellos hay dos
de las figuras más relevantes de nuestra industria, Ramón Campos y Javier
Olivares. Hablamos con ellos para analizarlo.
Ramón
Campos y la ficción sobre Podemos
«Es
muy difícil que te compren un proyecto de estas características, lo que es un
reflejo de nuestra sociedad, todo está muy politizado y polarizado y da miedo
molestar», asegura el productor Ramón Campos cuando se le menta la serie sobre
Podemos que desarrollaron desde su productora, Bambú, que ha estado detrás de
éxitos como 'El caso Asunta', 'Velvet' o 'Las chicas del cable'. «Nos suelen
decir no a este tipo de propuestas. Los que 'compran' las series no son los
dueños de las cadenas y no quieren cabrear al jefe. Existen acuerdos con otras
empresas o con el propio gobierno que no tienen por qué conocer los que compran
las series», añade.
«A
la serie que nosotros desarrollamos le llamamos el 'Fariña' de la política por
lo que cuesta sacarla adelante», aclara Campos. «El proyecto de 'Fariña' empecé
a moverlo en 2004 y no se estrenó hasta 2018. Entonces se llamaba 'Narcos', me
decían que nadie querría comprar ni ver una serie protagonizada por los malos
de la historia. Tuvo que salir 'Narcos' y el libro de 'Fariña' para que se
contemplase la posibilidad», explica el guionista y productor. Cabe recordar
que 'Fariña' no es una serie política al uso, pero sí se deslizaban algunas
vinculaciones que podían levantar susceptibilidades.
Javier
Olivares y la adaptación de la novela 'Yo, el rey'
«Hay
temas, como el Rey o Franco, con los que creo que nadie se atreve. No deben
haber visto 'The Crown'. O piensan que aquí no sabríamos hacerlas. No sé...
Bueno, sí sé una cosa: la ausencia de riesgo. Yo estoy convencidísimo del
efecto popular de estas series. Y de la necesidad de hablar de nuestra
realidad. Pero el «no molestar» prevalece», argumenta Javier Olivares si se le
pregunta por esta cuestión.
En
julio de 2021 se anunció que el libro de Pilar Eyre 'Yo, el rey' contaría con
una adaptación audiovisual de la mano de Mediapro y con Olivares al frente. En
aquellos momentos se encontraba en fase de preproducción pero ya se avanzaba
que se convertiría en una serie de tres temporadas con diez capítulos cada una.
La opción llegó a presentarse a varias plataformas pero finalmente ninguna
accedió a continuar con la producción. «Hay que hablar con demasiada gente para
cada proyecto. Y el ejecutivo español debe hacerlo con otro de Londres, O de
Noruega, yo que sé. Y piensan en mercado, no en creatividad... Como si la
creatividad no fuera la que logró que existiera este mercado», lamenta
Olivares, que se ha topado con varios noes para otros trabajos con tintes
políticos, como uno sobre Franco, otro sobre el periodo tras la dictadura
franquista («'Nadie sabe nada', que también se llamó 'Los años de plomo',
contaba la transición como una de espías, hablando del peso que los EEUU
tuvieron en ella), y otro sobre corrupción, privatizaciones y puertas
giratorias al que llamaron 'Líneas rojas'.
«En
las cadenas y plataformas normalmente no te dicen nada. Dicen que no cuadran en
sus planteamientos y ya está. En el caso de la serie de la transición, un
ejecutivo me dijo que no la iban a entender en Noruega, o un sitio lejano, de
ese estilo. Luego hizo una serie sobre Malasaña y Parla. Aún me pregunto si
habrán entendido en Noruega qué es Parla», bromea Olivares.
¿Cuántos
títulos como estos habrán quedado en los cajones? Pues unos cuantos. La
productora Fremantle adquirió en 2019 los derechos del libro 'El director' de
David Jiménez para darle forma de serie. Ha estado parado mucho tiempo. Ahora
parece que verá la luz como película. El argumento se centra en una redacción,
pero se adentra en otros derroteros, como las presiones y favores que se
establecen entre el poder económico y el político y la prensa. Otra productora,
Shine Iberia, se planteó en 2023 una traslación similar con 'Un tal González',
el libro de Sergio del Molino sobre Felipe González. No hay noticias de ninguna
plataforma interesada por el momento. «Una gran miniserie que nadie me ha
comprado es la del debate Aznar-González. He intentando venderla, pero en
cuanto nombras PP y PSOE nadie quiere meterse», relata Ramón Campos.
Hay
un resquicio por el que se ha colado alguna posibilidad, la comedia. Ahí está
el caso de 'Vota Juan', de Juan Cavestany y Diego San José. Este último aclara
si tuvieron que ser muy cuidadosos en que nadie se sintiera aludido para no
enfadar a nadie. «Tuvimos libertad total. Debe ser una excepción pero, en
nuestro caso, siempre nos animaron a arriesgar. Lo de no dirigirnos a ningún
partido concreto también fue una apuesta artística porque no queríamos reducir
la serie a eso, queríamos hablar de los políticos más que de la política. Todo
lo que se dijo (y lo que se dejó de decir) fue disfrutando de una libertad
estupenda». Más reciente es el caso de 'Políticamente Incorrectos', de Olatz
Arroyo, pero es una película. «Es verdad que siendo comercial, el humor
político tampoco podía ser excesivamente afilado, pero vamos que estoy
encantada con haberla podido hacer», comenta la autora. No tuvo tanta suerte
Nuria Cabello con 'Animales políticos'. «Como creadora siempre intento tirar
por la comedia, porque me hace sentir cómoda. Era bastante inofensiva y es una
historia sobre una veterinaria que para salvar su refugio de animales y gracias
a un vídeo que se hace viral pues entra en política. Esta veterinaria de la
mano del espectador llega a ese mundo. El punto de la serie es que cada
capítulo se centra en un animal y cada situación que le pasa ella lo enfoca
desde su saber en el mundo de los animales», revela la guionista de 'Sequía' o
'4 estrellas'. «Es de 2018, anterior a 'Vota Juan', y yo pensaba que era comercial,
que podía tener salida. En todas las puertas que toqué no tuvo acogida, ni
siquiera llegó a una cadena. Los productores son la cuerda de transmisión entre
los creadores y la cadena y me dejaron muy claro que las series políticas no
funcionaban en España y que no tenía sentido tratar de venderla», aclara.
Volviendo
al drama, o thriller, un título suele sobrevolar esta conversación. Es
'Crematorio' (de 2011, con Pepe Sancho como protagonista), la obra de los
hermanos Sánchez Cabezudo basada en la novela de Chirbes. No, no es una serie
política al uso, pero los políticos sí juegan un papel fundamental en la trama.
«En el libro no se menciona a ningún partido político, aunque el sobreentendido
era fácil, porque está claro que se desarrolla en la zona del levante español
-aunque el pueblo, Misent, no exista- y todo el mundo tiene claro quién
gobernaba en esa época», aclara Jorge Sánchez Cabezudo. «Nos interesaba indagar
en la decepción generacional, porque una parte de la población se traicionó a
sí misma y sus ideales, que en algo más político», añade su hermano Alberto.
Acaban de estrenar 'Nos vemos en otra vida' sobre los atentados terroristas en
los trenes de Cercanías de Madrid en 2011. «Teníamos preocupación por las
víctimas más que por un tema político. Queríamos establecer el relato de lo que
sucedió, que es algo tremendamente político, pero no queríamos hacerlo desde un
punto de vista partidista. Pretendíamos explicar lo que sucedió y podíamos
hacerlo porque está detallado en el sumario del caso. Una serie sobre el 11M
sería otra diferente a la que nosotros hemos hecho», explican.
Los
Sánchez Cabezudo no son ajenos a las suspicacias que despiertan los proyectos
que guardan relación con la política. «En general las cadenas son miedosas
porque no quieren el rechazo de una parte de su público», señala Jorge. Pero
eso no les hace desistir en el intento. «A nosotros nos atrae entrar en
Moncloa, ver cómo es su día a día, las relaciones personales que se establecen.
Indagar en el retrato de personajes, más que en una intención partidista. Solo
es una idea. Ahora mismo tenemos cuatro proyectos en marcha. Lanzamos los
barcos y luego vemos cuáles llegan a puerto», avanza Alberto. «No es un
proyecto inmediato, nos genera curiosidad lo que hay entre bambalinas, saber lo
que sucede en la otra parte de la política que no vemos», completa Jorge, que
vaticina que en cuanto se supere el tabú de la primera serie política «todo
será más fácil».
¿Será
así? Entre los guionistas las opiniones son dispares. «En plataformas nos han
dicho que ese tema mejor no tocarlo y ahora menos porque estamos volviendo a
una tele más generalista y no se quiere ofender a nadie», añade Faerna. «No es
lo mismo hacer una serie de política, que de partidos o partidista, porque se
teme que una parte del público va a sentir que esa ficción va contra ellos»,
recuerda Jorge Sánchez Cabezudo. Esto lo secunda Faerna: «Se suele confundir
una serie política con una serie con agenda política o con interés de
adoctrinar. A mí me interesa explorar el conflicto dramático que se origina en
ese ambiente, esto no va a de ideologías o de dar versiones maniqueas».
Daniel
Corpas, creador de 'Malaka', prefiere no desvelar ninguno de los proyectos
sobre este ámbito en los que está trabajando. Pero haberlos haylos. Guarda la
esperanza de que alguno de ellos vea la luz. Pero da su diagnostico también:
«Existe el miedo a que las series fijen un relato oficial. La política teme ese
poder que tienen las series». «Nadie quiere meterse en ese lío. En países como
Dinamarca, Francia o Italia sí se hace con naturalidad. Juegan un papel
importante las televisiones públicas», argumenta.
¿Estaría
dispuesta RTVE a algo así? Le hemos preguntado a José Pastor, director del área
de Cine y Ficción del ente, pero ha declinado participar en el reportaje. Un
repaso a las emisoras públicas de otros países permite observar su papel
dinamizador con este tipo de propuestas. Joyas como 'Sí ministro' o 'The thick
of it' nacieron en la cadena pública británica, la BBC. 'Borgen' en la danesa
Danmarks Radio. 'Les Hommes de l'Ombre', en France 2. Son solo algunos títulos
de los muchos que se pueden citar. «Esta situación dice mucho de nuestro país,
es una anomalía democrática», asegura Nacho Faerna. «Que no se pueda hablar de
política en las series le quita a la ficción uno de sus pilares más
importantes, la ficción debe explicar la realidad». Eso en Estados Unidos -un
país también muy polarizado y politizado- lo tienen claro. Por mucho que
escueza los asuntos políticos se tratan en pantalla. Dos ejemplos recientes:
'La ley de Comey' nos traslada a la campaña electoral de 2016 y a la llegada de
Trump a la Casa Blanca. 'La voz más alta' explica la relación entre el Partido
Republicano tal y como lo conocemos hoy en día con el ascenso de Roger Ailes,
el fundador de Fox News. «Somos muy adolescentes audiovisualmente hablando. Los
americanos nos llevan más de 30 años de ventaja», subraya Ramón Campos.
Antes
de terminar nos vamos al otro lado de esta historia, a las cadenas y a la clase
política para darles la oportunidad de exponer su punto de vista. Montse García
es directora de ficción de Atresmedia TV. Por ella han pasado algunos éxitos
recientes, como 'La Ruta' o 'Cardo', que abordan periodos históricos próximos o
tramas más sociales. Le preguntamos por qué no se atreven con las series
políticas. «En España nos hemos atrevido a hacer series mucho más arriesgadas y
que tocan temas mucho más sensibles que una serie política al uso. Y creo que
ese atrevimiento ha sido parte fundamental del éxito internacional de la
ficción española en estos años. La política está presente en nuestras series…
solo tienes que ver ficciones como 'Fariña' o como 'Las Noches de Tefía', por
citar algunos ejemplos nuestros en Atresmedia», explica.
«Lo
que ocurre es que en España -y lo haría extensible a Europa- no existe un gran
mercado para este tipo de series meramente políticas, por eso no se hacen
tantas. Hoy en día en el que buscas que tu serie no solo se vea en España, sino
que tenga un recorrido y un mercado internacional, tienes que apostar por
historias diferenciales. Y a nivel global, incluso al espectador español, le
seduce mucho más ver lo que ocurre en el despacho oval de la Casa Blanca porque
es ya un símbolo. Por eso 'El ala Oeste', 'House of Cards', 'Veep' o 'Sucesor
designado' han sido éxitos internacionales… y por eso cuesta más que, por
ejemplo, una serie sobre la política italiana, francesa o alemana triunfe. Si
no se hacen tantas series sobre política en España como sí de otros géneros no
es por falta de atrevimiento, es por falta de demanda. Se han hecho y se hacen,
pero es un género que no termina de funcionar. Quizá porque estemos tan
saturados de nuestra propia política que lo último que queremos es ver una
serie sobre ella…», concluye.
La
opinión de los políticos: Representantes de PP y PSOE responden
¿Y
los políticos? También hemos tocado su puerta. Toc, toc. Y nos han respondido
Borja Semper, vicesecretario de Cultura y portavoz del PP, y Victor Camino,
secretario general de Juventudes Socialistas de España. «Probablemente no hay
series políticas en España porque es difícil competir con la realidad. ¿Qué
serie podría mejorar que la mentira sea cambiar de opinión? ¿Qué serie que un
presidente del Gobierno escriba una carta en una red social y desaparezca cinco
días para reflexionar? ¿Qué serie que el Palacio de la Moncloa sea la sede para
hacer negocios privados con dinero público? Lamentablemente, esto no es una
serie. Es la situación que vive España», indica el diputado popular, que
asegura que no se siente representado por los títulos que abordan este mundo.
«No es la política a la que aspiro». Cuando se le pregunta si desde la clase
política se ejerce presión contra este tipo de propuestas lo niega. «Las
productoras producen lo que consideran oportuno, y lo que consideran que el
público va a consumir más. España vive un momento dulce de producción
audiovisual, y que haya pocas series políticas indica probablemente el nivel de
hartazgo general que hay en la sociedad con la política».
A
Víctor Camino tampoco le gusta la representación que las series presentan de
ellos. «Apuestan por el morbo, por lo estrafalario. Entiendo que quieran llamar
la atención, pero siempre dibujan la política con sospecha, como algo
negativo». Piensa que hay otros terrenos en los que se podría ahondar. «Hay
mucho campo por explorar, se podrían fijar en la gente que renuncia a muchas
cosas en su vida para hacer política, por ejemplo, o en el modo en que se
alcanzan pactos entre fuerzas políticas diferentes. Con la serie documental de
Pedro Sánchez se intentaba dar esa imagen, pero no salió adelante», recuerda.
¿Habría llamada desde los despachos de los políticos si finalmente saliese
adelante un proyecto de estas características? «La derecha está fiscalizando todo,
tiene una manía persecutoria. Hay muchos agentes pujando por la polarización,
que quieren que se traslade la idea de que la política no sirve», argumenta
Camino, que abre la puerta a que TVE abandere un proyecto de estas
características. «Lo ha hecho ya de una forma sibilina en títulos como
'Cuéntame', 'El Ministerio del Tiempo' o 'La República'».
Opinión:
Hay ocasiones en las que aparece información que puede pasar desapercibida y
que, en un momento, te activa la neurona de la memoria.
Leyendo la información escrita por Mikel Labastida es una
de estas ocasiones. Y más cuando leía las declaraciones en las que no se si es
Sara Antuña o Cristóbal Garrido quien dice que “hay un documental (en Netflix)”.
Al mencionar a Netflix, puede referirse al documental de tres capítulos "800 metros" (Premio Ondas 2022) dedicado a los atentados de agosto de 2017 en Catalunya y en el que también participé. Pero tengo la sospecha de que, en realidad, se pueda referir a LA REVOLUCION DE LOS ANGELES, que se encuentra en la plataforma Filmin.
Por ello quiero dejar constancia que ese documental al que se refieren podría ser el primer
capítulo de LA REVOLUCION DE LOS ANGELES, en el que tuve el enorme privilegio
de poder participar desde los inicios. Y sí, confirmo que molestó a varios
miembros de la clase política, alguno de los cuales fue capaz de amenazar con
interponer una demanda por “apología del terrorismo”… entre otras personas un
servidor, víctima de la banda terrorista ETA en Hipercor.
LA REVOLUCION DE LOS ANGELES se presentó en 2014, ya hace
diez años. Debo recordar también que se pudo llevar a cabo gracias a lo que
ahora se conoce como crowfunding… y gracias al compromiso de más de cien
personas de todos los ámbitos que no cobramos un solo euro por la labor de
meses de rodaje.
Si alguien la quiere visionar, tal y como se cita en la
noticia lo puede hacer el la plataforma Filmin (¿casualidad?) en el siguiente link:
https://www.filmin.es/pelicula/la-revolucion-de-los-angeles
Más información en https://larevoluciondelosangeles.com
Y si la ven, disfruten de la libertad que teníamos hace
una década.
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