Una víctima del atentado de Hipercor recibe una carta de un activista reconociendo el daño causado
Roberto Manrique recuerda cada día el atentado de Hipercor del que fue víctima hace un cuarto de siglo. Nada ni nadie puede evitar ese miedo. A principios de año los recuerdos llegaron con más nitidez de la habitual. La carta que uno de los activistas procesados por este crimen le remitió en enero devolvió a su mente, una vez más, los dramáticos instantes de aquel 19 de junio. En la misiva que ayer publicó El Mundo, Rafael Caride reconoce el "daño y sufrimiento" que la acción terrorista provocó en personas como Manrique, exresponsable de la Oficina de damnificados por el terrorismo en Cataluña.
Este periódico se puso en contacto con Manrique a través de una llamada en la que la víctima reconoció el impacto que le causó la carta de Caride, trasladada a través de Lokarri. "Pese a no pedir perdón, que espero que lo haga en una próxima carta, existe un reconocimiento del daño causado, de lo que sucedió. Creo que es un hecho insólito si exceptuamos a otro miembro de ETA como Sueskun", apunta Manrique, quien añade que al ser preguntado por si le perdonaría, responde tajante: "Primero que me pida perdón".
Si el perdón que solicita se convierte en realidad, Manrique está dispuesto a mantener un encuentro con Caride.
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