domingo, 20 de noviembre de 2011

09 noviembre 2009 El Periódico de Catalunya

9 novembre 2009
 
El dilluns 9 de novembre “El Periódico de Catalunya” publicava un article  dedicat a fer un reconeixement a tots aquells indrets catalans on s’han fet homenatges a les víctimes del terrorisme, com monuments, carrers, places, etc... Després de més 20 anys  de treball ininterromput ja havia deixat els càrrecs però no abandonava les responsabilitats personals. Encara i amb tot, nosaltres sempre continuem comptant amb ell i els seus coneixements.
 
El 'mapa de la memoria' catalán
El País Vasco abre el camino a un merecido homenaje reivindicado desde hace casi dos décadas

La iniciativa del Gobierno vasco, coordinada desde su propia Dirección de Víctimas del Terrorismo, para cambiar el amplio mapa del sufrimiento por el mapa de la memoria en Euskadi es una decisión largo tiempo esperada. El informe Ararteko señala que, de los 250 municipios vascos, casi un centenar han sufrido crímenes etarras con víctimas mortales. Solo 35 de esos municipios han desarrollado actividades de rechazo a la banda asesina o de homenaje a los damnificados.

La iniciativa busca implantar un elemento físico que sirva para honrar a las correspondientes víctimas, decisión que algunos ya planteábamos en Euskadi hace más de 15 años, cuando casi nadie se atrevía a comentar tales propuestas y muchos de los que se han ido subiendo al carro de la solidaridad ni salían a la calle a mostrar su repulsa tras cada asesinato terrorista. Como dice el periodista amenazado José Mari Calleja, «ni estaban ni se les esperaba», aunque nunca es tarde… Pero es necesario recordar que, 20 años atrás, ya se levantaron voces en Catalunya para exigir ese reconocimiento colectivo o a nivel individual.

Si la memoria no me falla, Esplugues de Llobregat fue la primera ciudad catalana en mostrar su homenaje público a una víctima poniendo su nombre a una calle: Manuel Florentín Perez, concejal asesinado en 1979 por la banda terrorista GRAPO. Años más tarde, los familiares y vecinos de Xavier Valls, arquitecto asesinado en el atentado contra los almacenes Hipercor en Barcelona, pudieron ver cómo una plaza en Santa Coloma de Gramenet lleva desde entonces su nombre.

Tuvimos que esperar muchos años para poder observar una nueva muestra de respeto. Primero, la calle dedicada en 1999 al comandante Arturo Anguera Vallés, asesinado en Barcelona en 1992, en su ciudad natal de Tortosa. Ya en el 2002, y desde la antigua AVT, conseguimos que en Catalunya se presentara un primer monumento, obra del artista, amigo y compañero Jesús Fructuoso, dedicado al conjunto de las víctimas del terrorismo en el parque de Vallparadís, en Terrassa. El 26 de junio del 2003, tras años de espera y larguísimas conversaciones y coincidiendo además con la presentación de la Associació Catalana de Víctimes d’Organitzacions Terroristes, se inauguró el monumento Tall Irregular Progression en la avenida Meridiana con el paseo de Fabra i Puig en Barcelona. La leyenda al pie de la inmensa mole de granito gallego de color gris resume toda la intención: «En recuerdo y homenaje a todas las víctimas del terrorismo».

También la ciudad gerundense de Roses mostró su reconocimiento a Santos Santamaría Avendaño, el único mosso d’esquadra asesinado por la barbarie terrorista, erigiendo un monolito en su memoria. Llegaron los cuatro atentados del 11 de marzo del 2004 en Madrid y, con ellos, nuevas muestras de respeto y solidaridad con las víctimas del terrorismo. Pocos días después de lo ocurrido, Palafrugell aprobó la creación de la plaza Onze de Març; en noviembre, Sant Feliu de Llobregat presentó una placa en memoria de José Gallardo Olmo, militar asesinado en uno los malditos trenes; Cerdanyola del Vallés mostró su apoyo y respaldo a las víctimas del 11-M en abril del 2005 y Sabadell, en diciembre, incluía a todas las víctimas del terrorismo en la placa conmemorativa colocada en la plaza de Ernest Lluch, en la parte alta del parque de Catalunya. También Lleida presentó la plaza de las Víctimes del Terrorisme en enero del 2008 y el proyecto del consiguiente monumento.

Por último, está la placa que el pasado 13 de junio se presentó en Vic. También estamos a la espera de un magnífico proyecto de la Diputació de Barcelona que tiene por objetivo erigir un monumento a las víctimas en los jardines de la Escola Industrial de la calle de Urgell de Barcelona. Además, pronto se inaugurará otra obra de Jesús Fructuoso en Palau Solità i Plegamans y Salou tendrá una calle a nombre de Juan Manuel Sarmiento Somoza, asesinado en 1999. Sin embargo, las diferentes propuestas presentadas a las administraciones hacen hincapié en que hay casi 60 poblaciones catalanas donde se han perpetrado atentados terroristas o residen supervivientes que todavía, a fecha de hoy, no tienen un elemento físico que, por humilde que sea, muestre la solidaridad que tanto se pregona.

Han sido años de reuniones, de propuestas y de conversaciones con otros muchos municipios que, espero, hagan realidad el mapa de la memoria catalán, como ya lo está siendo en Vitoria, Bilbao, San Sebastián, Baracaldo, Portugalete, Santurce, Galdácano, Durango, Ermua, Elgoibar, Eibar, Azcoitia, Zarauz, Irán, Rentería, Tolosa, Arrigorriaga, Zalla, Legorreta y Andoain, entre otras (y en las que a partir de ahora puedan conseguir Maixabel y su excelente equipo en el País Vasco)
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Posdata: a los que en el 2005 hablaban de su «iniciativa pionera» para erigir monumentos a las víctimas, les recuerdo que llegaron con muchos años de retraso.

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