12 enero 2014
Quienes no saben ganar
Víctimas del terrorismo no lo son tan solo los muertos y mutilados por ETA, con ser estos quienes sin duda se han llevado la peor parte. Ni siquiera sus familiares y amigos, militen o no en asociaciones de víctimas más o menos radicalizadas. Tampoco los miles de vascos expoliados o exiliados por la amenaza terrorista. Casi medio siglo de violencia ha dejado profundas cicatrices en las sociedades vasca y española, en todos los demócratas que solo por serlo estábamos amenazados, e incluso en los iluminados que un día pensaron, con pocas entendederas y menos entrañas, que las ideas valían su peso en sangre. Los jirones que ha dejado el conflicto vasco tardarán generaciones en recoserse. Es lógico, por tanto, que cierta tensión política y social envuelva esta etapa en la que, aunque las armas ya no vomiten fuego, el ambiente aún huele a pólvora.
Que ETA haya decretado el cese definitivo y sus presos se acojan a las vías legales de reinserción que siempre rechazaron demuestra a las claras que el derramamiento de sangre no ha tenido recompensa alguna, ni política ni penitenciaria. Al punto que ha sido Estrasburgo, y no el Gobierno, el encargado de excarcelar a los etarras más sanguinarios.
Entre ellos, José Antonio López Ruiz, 'Kubati', que en 1986 asesinó a la etarra arrepentida Dolores González Catarain, 'Yoyes', en presencia de su hijo de cuatro años. Cuando reconocía la semana pasada (bien que tímidamente) el sufrimiento infligido, el rostro de 'Kubati' era la viva imagen de la derrota. Cuántas veces no se habrá preguntado el matarife por qué ha tardado casi 30 años en llegar a la misma conclusión -la esterilidad de la violencia, su sinsentido- por la que ETA condenó a Yoyes, pena de muerte que él mismo ejecutó.
Perdón y reconciliación
Junto al acoso policial y judicial, lo que ha doblegado a la banda terrorista ha sido la firmeza de los demócratas, su superioridad moral. Por eso sorprende, y hasta duele, que algunos de los que tantas veces perdieron ahora no sepan (o no quieran) reconocer que han ganado. Que antepongan la venganza y el escarmiento al perdón y la reconciliación. Que tras haber luchado por la paz se resistan a sellarla.
Opinión:
Agradecer a Enric Hernandez el detalle que ha tenido al hablar de víctima sdel terrorismo que “militen o no en asociaciones de víctimas más o menos radicalizadas”, haciendo referencia a la existencia de víctimas que no queremos militar en asociaciones que, por desgracia, están radicalizando su discuros en las çultimas fechas y, lo que es peor, sin consultar a sus miembros la opinión. Aunque vivimos en la era de la tecnología instantánea, ni a mi ni muchas otras, hace mas de cuatro años que nadie, desde ninguna sigla, me (nos) ha (han) preguntado lo que pienso (pensamos) sobre lo que está ocurriendo.
Agradecer a Enric Hernandez el detalle que ha tenido al hablar de víctima sdel terrorismo que “militen o no en asociaciones de víctimas más o menos radicalizadas”, haciendo referencia a la existencia de víctimas que no queremos militar en asociaciones que, por desgracia, están radicalizando su discuros en las çultimas fechas y, lo que es peor, sin consultar a sus miembros la opinión. Aunque vivimos en la era de la tecnología instantánea, ni a mi ni muchas otras, hace mas de cuatro años que nadie, desde ninguna sigla, me (nos) ha (han) preguntado lo que pienso (pensamos) sobre lo que está ocurriendo.
¿Quizás sea porque tenemos la libertad, el atrevimiento personal y la dignidad de opinar por nuestra cuenta? Quizás…
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