19 enero 2014 (18.01.14)
El Gobierno central asume en solitario la creación del memorial por las víctimas
Trabaja en el diseño de un “modelo” propio de centro ante la incomunicación con el Ejecutivo vasco en materia de paz
El Gobierno central ha optado por dar forma por su cuenta al centro de la memoria en homenaje a las víctimas del terrorismo. El proyecto, que empezó a forjarse en la pasada legislatura, se paralizó a raíz de las elecciones autonómicas en Euskadi y la posterior vuelta del PNV a Ajuria Enea. Este relevo en el Ejecutivo dificultó la interlocución entre ambas administraciones. Sobre todo, por los recelos que en el PP despierta la visión jeltzale sobre el final del terrorismo. A día de hoy, la incomunicación sobre esta materia es total, según confirman fuentes de los dos gobiernos. Hasta el punto de que en Madrid aseguran seguir “trabajando” en el diseño del memorial, pero en solitario.
El principal temor mostrado desde el Ministerio del Interior a la hora de abordar la creación de manera conjunta de este centro residió inicialmente en su desconfianza hacia el nombramiento de Jonan Fernández como secretario de Paz y Convivencia. Pero también en el miedo a que el Gobierno de Urkullu quisiera “empezar de cero” después del trabajo desempeñado con el gabinete de Patxi López, hasta el punto de desdibujar su propósito. Algo que, por otro lado, Lakua ha negado en reiteradas ocasiones.
La última vez que la comisión bilateral de ambos gobiernos se reunió fue en mayo de 2012. Las dos administraciones acordaron constituir un Real Patronato, adscrito a Interior, que será el encargado de dirigirlo. La presidencia de honor la ostentará el Rey, la presidencia recaerá en el máximo representante del Ejecutivo central y la vicepresidencia, en el lehendakari. Ahora bien, la citada comisión, cuya presidencia asumió Mari Mar Blanco, lleva más de año y medio sin citarse. Y no hay visos de que vaya a hacerlo. Los servicios jurídicos del Gobierno de Rajoy tampoco vinculan el protocolo que firmaron con el Ejecutivo del PSE con el gabinete de Iñigo Urkullu.
El pasado mes de abril la secretaría de Paz y Convivencia solicitó por escrito a la Dirección de Atención a Víctimas de Madrid la convocatoria del órgano mixto con el fin de impulsar el memorial. Fuentes cercanas al Ministerio del Interior aseguraron entonces que el Gobierno central se pondría en contacto “de inmediato” con Lakua para cerrar una reunión a dos bandas, destinada a arrojar luz de una vez por todas sobre ese centro. En el Ejecutivo de Vitoria aseguran que aún están pendientes de obtener la respuesta, al tiempo que mantienen su “voluntad de colaborar” en esta materia.
La creación del centro por las víctimas del terrorismo se recoge en el plan de paz del Gobierno vasco. Ahora bien, establece que dicho memorial formará parte de la red de espacios que coordine y dinamice el Instituto de la Memoria. Una idea con la que no comulgan desde el gabinete de Rajoy, que lo conciben como un proyecto con entidad propia.
Últimos acontecimientos
En verano, ambos ejecutivos parecieron darse una tregua y abrir una “etapa de diálogo”. Interior rompió el hielo al recibir a Jonan Fernández y la directora vasca de Víctimas, Mónica Hernando. Pero nada más lejos de la realidad. Los últimos acontecimientos tampoco han ayudado. La decisión del PNV de ir con Sortu a la manifestación por los presos del pasado sábado y las duras críticas que Iñigo Urkullu dedicó al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, a raíz de la operación de la Guardia Civil contra el frente de ‘makos’ de ETA –llegó a afirmar que no es la persona “adecuada” para “este tiempo”– han enfriado aún más las relaciones entre ambos ejecutivos. Mientras, el lehendakari espera sentarse en breve con Mariano Rajoy en La Moncloa para abordar de manera compartida la consolidación de la paz en Euskadi.
En el Gobierno central lo tienen claro. Pese a que no cierran la puerta a la participación de “otras administraciones”, recuerdan que la puesta en marcha de este memorial “nacional” es un “proyecto estatal” que viene recogido en la ley de reconocimiento a las víctimas que aprobó el Congreso. “No tiene nada que ver con el Instituto vasco de la Memoria ni con el plan de paz, ni se enmarca en ninguno de ambos”, advierten desde el Ejecutivo central. Así, declaran que siguen “trabajando en la recopilación de materiales” que den forma al “futuro contenido” del proyecto. “Propondremos un modelo”, señalan. Quienes deseen sumarse a esta iniciativa deberán “coincidir con nuestro criterio”, añaden.
La estructura no está cerrada, como tampoco el lugar en el que se ubicará el centro. Desde Interior reconocen que “se barajan todavía varias opciones”. Lo que está claro, o al menos así lo fija la ley de víctimas, es que estará localizado en Euskadi. La idea que ha cobrado mayor fuerza es la de ubicarlo en el palacio Zulueta de Vitoria. Se da la circunstancia de que el edificio es de titularidad municipal, por lo que no se descartaría que el Ejecutivo central y el Ayuntamiento de Vitoria, ambos gobernados por el PP, realizasen una permuta, que evitase con ello un importante desembolso económico en plena crisis. Pero también figuran sobre la mesa otros enclaves, como son la Fábrica Azucarera Alavesa y el centro cultural Krea, ambos situados a las afueras de Vitoria, pero libres para albergar un memorial de estas características.
Hace ya casi tres años que el centro de la memoria empezó a gestarse y, más allá de diferencias políticas, lo cierto es que sigue sin convertirse en una realidad. Por ahora no existe plazo alguno para la materialización del proyecto. Al menos, así lo reconocen desde el Gobierno central. La única fecha que se marcan desde Madrid es que el memorial, o sus planes como tal, pueda ver la luz a lo largo de este ejercicio.
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