08 noviembre 2015
Hasier
Arraiz: “Hay situaciones que no se podrían haber dado si no hubiese habido
episodios de violencia”
Hasier Arraiz (Gasteiz,
1973) repasa la actualidad: desde el ataque de Derio hasta el cambio de
Nafarroa y el debate soberanista, en el que ve a un Otegi con el que no habla
en persona desde
La semana ha transcurrido marcada por la quema de
los ocho autobuses en Derio y la reivindicación anónima que recibió EITB el
miércoles.
¿Cuál es la
veracidad de ese ‘mail’?
-Lo desconozco. No voy a entrar a debatir con un
correo electrónico anónimo que no sé a quién representa ni quién está detrás de
él.
¿Los autores
del ataque son gente descolgada del MLNV?
-Lo desconozco también. Es gente que no está a día
de hoy en la izquierda abertzale, porque es obvio que no comparten su
estrategia.
¿Le preocupa
que el texto recoja la defensa de la vía violenta?
-Obviamente sí, me preocupa que, transcurridos los
años que han pasado desde que ETA decidió abandonar definitivamente su
actividad armada, haya gente que piense que la violencia puede ser un medio
útil para conseguir objetivos políticos.
¿Por qué
ahora la quema de autobuses perjudica la defensa de los derechos de los presos?
-Hay dos razones: una es que aleja a gran parte de
la sociedad vasca de las reivindicaciones que se pretenden hacer por el medio
utilizado; y la segunda es que alimenta la estrategia de los inmovilistas y los
que ven la represión como única vía para solucionar este conflicto que vivimos.
Más allá de
estrategia, hay quienes les piden una reflexión ética.
-Creo que en cualquier caso, y si hablamos de la
utilización de la violencia de forma histórica, hay una evolución de la
sociedad. Conocemos hoy situaciones que no se podrían haber dado nunca si no se
hubiesen dado episodios de violencia.
¿Por ejemplo?
-La
Revolución francesa y la instauración de la democracia
moderna. Decir que la violencia ha estado mal desde el principio de la
humanidad como abstracción puede ser válido, pero tenemos que ser más
realistas. Es una posición válida decir que en este país ha habido y por
desgracia hay episodios de violencia desde diferentes partes, sobre todo por
parte del Estado español, y es el momento de que acaben, de que nunca haya una
expresión de violencia. Es la base sobre la que hay que construir. Nunca más.
¿Hasta dónde
llegará esa “reflexión crítica sobre las decisiones adoptadas en el pasado” que
anuncian?
-Tiene que ser una reflexión compartida, y que todos
y todas debemos participar en ese ejercicio. No hay en este país ninguna opción
ni cultura política que no haya amparado en algún momento de forma directa o
indirecta expresiones de violencia. Creemos que ese ejercicio lo tenemos que
compartir entre todos y construir esa base para una convivencia democrática
verdadera.
¿Cómo piensa
resolver EH Bildu la cuestión de los presos?
-Es necesario que cambie la posición del Estado
español, pero desde Euskal Herria está en nuestra mano hacer la mayor presión
posible para que quien esté en Madrid se vea obligado a cambiar esa política
penitenciaria hacia parámetros de resolución. Ayudaría mucho, aliviaría mucha
tensión. Toda esa frustración que existe y que algunos sectores pretenden
alimentarse de ella se vería calmada. Serviría para avanzar a otro estadio
diferente.
¿La aparición
de Amnistiaren Aldeko Mugimendua (AAM) es una disensión interna?
-Creo que plantean una serie de cuestiones que le
sitúan fuera de los parámetros de reflexión de la izquierda abertzale en este
momento.
Les critican
por renunciar a la defensa de la amnistía en el sentido amplio.
-Para nosotros la amnistía, como concepción
histórica de la izquierda abertzale, es la desaparición no solo de la
existencia de presos, sino de las causas por las que esos presos acabaron en la
cárcel; hablamos de un estadio de reconocimiento del derecho a decidir del
pueblo vasco. Nosotros no abandonamos esto. Planteamos que la vía real posible
para que los presos salgan a la calle no es reivindicar que todos salgan el
mismo día a la misma hora y vengan a casa en un mismo tren. Va a tener que ser
de otra manera, de forma gradual e individual. Tenemos que ser capaces de unir
fuerzas en torno a lo que es posible en vez de tratar de disgregar esas fuerzas
en torno a reivindicaciones alejadas de la realidad.
¿Comparte la
convocatoria de manifestación que ha realizado AAM?
-No. Hacemos un llamamiento a unir fuerzas en torno
a lo que es posible y posibilita la acumulación de fuerzas.
Jonan
Fernández...
-...Cómo os interesa a los del Grupo Noticias este
tema, ¿eh?
...Jonan
Fernández ha anunciado que tres actos diferenciados recordarán en 2016 a víctimas del
terrorismo, del franquismo y de los abusos policiales. ¿Cómo lo valora?
-Aún no he conocido la propuesta a fondo.
¿Qué debe
esperar la sociedad vasca del proceso que la izquierda abertzale va a poner en
marcha, ‘Euskal Herria zutik eta abian’?
-Respuestas claras a muchas de sus principales
preocupaciones actuales. Para ello, la izquierda abertzale, entendida como la
alianza estratégica de independentistas y socialistas de Euskal Herria, propone
un proceso de reflexión y debate abierto a todo su cuerpo social para readecuar
su estrategia y hacerla más eficaz con el objetivo de liberar todo el potencial
de este nuevo tiempo político y, así, abrir en un plazo breve de tiempo las
puertas a la creación del Estado vasco.
¿Espera más
pasos de ETA próximamente?
-No lo sé, pero lo veo complicado cuando la actitud
de los gobiernos es imposibilitar que se den esos pasos.
¿Qué
conclusiones extraen en frío de las elecciones del pasado 24 de mayo?
-Son obvias, y la propia dinámica interna y lo que
comunicamos externamente certifican ese proceso de autocrítica.
¿Qué
escenario prevé tras el 20-D?
-No tenemos demasiadas esperanzas. La esperanza
puede venir de que un grupo catalán independentista fuerte y otro
independentista vasco en ese Congreso. Es nuestra esperanza para producir una
ruptura democrática que, si no, es imposible.
Se han
mostrado proclives a influir en un hipotético cambio de inquilino en La Moncloa. ¿Por qué?
-Es que no tenemos ninguna confianza en el inquilino
de La Moncloa. Su
posición respecto a Euskal Herria va a ser la misma. A diferencia de otros, no
tenemos esperanza. Es un error pensar que ese inquilino puede favorecer otros
escenarios teniendo en cuenta que hay un frente de Estado, un bloque del no, hacia Euskal
Herria como nación y pueblo que reclama su derecho a decidir. El escenario
pactista ha caducado. Catalunya lo ha terminado de dinamitar.
Entonces,
¿por qué ir a Madrid?
-Porque un grupo independentista catalán fuerte y
otro independentista vasco fuerte son imprescindibles para hacer valer nuestra
posición como país en el Estado español, hacer respetar nuestros derechos.
¿Teme una
hipotética reforma constitucional?
-El tema es más bien si va a haber algún cambio con
fundamento respecto a la identidad nacional del pueblo vasco y catalán, y su
derecho a decidir. Y no, no lo va a haber. El Estado no va a reconocer nunca al
pueblo vasco y tampoco como sujeto de decisión. Alimentar la ilusión de que
pueda ocurrir es mentirle a la gente.
¿Qué le
parece la propuesta de Albert Rivera?
-Quizás la música sea diferente, pero la letra es la
misma de siempre. Rivera parece dispuesto a poner negro sobre blanco aquella
vieja idea tan española de no reconocer lo diferente, de no querer asumir que
vascos y catalanes somos naciones con derecho a decidir libremente nuestro
futuro. Del mismo modo, pretenden hacernos retroceder casillas en nuestro
autogobierno para asegurarse que no avanzamos ni una casilla más en el camino a
la soberanía plena que nos corresponde.
¿Que haría si
fuera Antonio Baños ante la investidura de Artur Mas?
-No soy Antonio Baños, por lo tanto...
Por eso le
pregunto qué haría y no qué va a hacer.
-Lo que no voy a hacer es decir qué tendría que
hacer la CUP. Sí
apoyaría a Iñigo Urkullu si fuera un lehendakari que realmente planteara que el
respeto a los derechos del pueblo vasco están por encima de otro tipo de
cuestiones, y si tuviera voluntad política para llevar eso hasta el final. ¡Qué
lástima que Iñigo Urkullu no esté en las posiciones de Artur Mas!
¿Ve
amenazados el Concierto económico y el Convenio navarro?
-En una posición única de defensa nos veremos
abocados a perder más terreno. El nivel de autogobierno que teníamos se está
vaciando y de seguir por esa vía vamos a perder cada vez más. La única forma de
mantener y ganar en capacidad de autogobierno es dar un paso al frente y actuar
soberanamente desde nuestras instituciones basándonos en la legitimidad
democrática que la ciudadanía nos ha dado con su voto para llevar a nuestro
pueblo a un estadio diferente.
¿Con
distintos ritmos?
-Sí, planteamos que las velocidades sean distintas
según el punto de partida y la dinámica de cada cual. A día de hoy, Nafarroa va
por delante de la CAV. Me
gustaría que la CAV
fuera más rápido, pero Nafarroa va por delante en el cambio político que está
haciendo, las políticas que desarrolla, el acuerdo que sostiene el Gobierno...
Para la Ley de Empoderamiento se han
inspirado en la que aprobó Catalunya, parcialmente anulada por el Tribunal
Constitucional (TC).
-No, no es cierto...
¿Por qué?
-Porque no es cierto que tenga un texto anulado por
el TC.
El TC anuló
la parte de las consultas generales por ser referéndums encubiertos, y dejó las
sectoriales.
-Si se lee la propuesta de ley que hemos hecho
nosotros, no hay ninguna parte que no tenga recorrido en el actual marco.
Desde el
punto de vista político, ¿qué recorrido le prevé a la ley?
-El que determine la voluntad política del resto de
grupos. Creemos que hay posibilidades de llegar a acuerdos y estamos
convencidos de que si alguien dice que está a favor del derecho a decidir y lee
la propuesta, se dará cuenta de que recoge los instrumentos para llevar a la
práctica ese derecho. EH Bildu estaría dispuesto a mejorar esa propuesta para
poder propiciar el acuerdo.
Voces como la
de Ibarretxe reclaman arrancar “cuanto antes” un proceso como el catalán. ¿Se
dan las condiciones políticas y sociales?
-Juan José Ibarretxe dijo recientemente y dice
habitualmente que “si queremos, podemos decidir”. En EH Bildu estamos
completamente de acuerdo. Si hay voluntad, podemos decidir. No hay límite a la
voluntad de la ciudadanía vasca si creemos en ello y lo queremos. Hay que
testar cuál es la voluntad política de las partes.
¿Lo han
podido hacer?
-Es obvio que el PNV no tiene voluntad y que este
mismo debate no solo le estorba sino que le molesta.
Este debate
tendría que ser en la ponencia de Autogobierno que ustedes sopesan abandonar.
-Hemos tenido tres años y no ha existido voluntad
política para ello por parte del PNV. No hemos podido llegar a un acuerdo
político porque el PNV no ha querido un acuerdo en torno al derecho a decidir
en la CAV y no
hemos podido tomar ninguna decisión efectiva. Se nos dice que, en la última
parte de la legislatura, el Parlamento está políticamente amortizado, que el
debate sobre el derecho a decidir y llevarlo a la práctica están fuera de
lugar. EH Bildu se resiste: no solo reclamamos el derecho a decidir sino el de
debatir en un parlamento. Si hay voluntad, existen posibilidades para el debate
y llevarlo a la práctica.
Estos días se
tramitan las Cuentas. ¿Ve resquicio para negociarlas?
-Estos presupuestos ponen de manifiesto que el
acuerdo entre PNV y PSE es un freno para este país. Para su desarrollo
económico en clave de bienestar social para el conjunto de la ciudadanía y
pensando en las clases más desfavorecidas; y un freno en clave de soberanía de
este país. El acuerdo es el auténtico freno de mano. De ahí lo único que viene
es más pasado y no nos traslada a ningún escenario de futuro.
¿Teme que ese
acuerdo les deje, al menos numéricamente, en el alero en muchos escenarios
salvo el Ayuntamiento de Gasteiz?
-El PSE decidió tener ese papel de gregario. Al PNV
le salen muy baratos los acuerdos con el PSE, pero al PSE le va a durar
bastante poco tiempo. Es su futuro lo que está en el alero. De ahí vendrá que
esos acuerdos pierdan fuerza, porque el propio PSE perderá un espacio que,
paradójicamente, le ganará el PNV.
¿Se refiere a
las autonómicas de 2016?
-Sí, y en las siguientes. El espacio del PSE y del
PP será cada vez más minoritario en esta parte del país y ese tipo de alianzas
hará que el PNV cope ese espacio, y el PSE quede reducido a la nada.
¿Camina el PP
en esa línea al no dar el giro que pretendía Quiroga?
-Seguramente Arantza Quiroga, de forma precipitada,
intentó solucionar esa situación que ya se evidenciaba que iba a ocurrir.
Parece que los próximos tiempos se va a confirmar. Es evidente que el PP en
Madrid no está preparado para que el PP del País Vasco tenga personalidad
propia. Esto le hace ser un calco de lo que es en Madrid. En Euskal Herria a
día de hoy le hace retroceder a posiciones marginales.
¿Cómo valora
los 100 primeros días del Gobierno de Nafarroa?
-Con la esperanza e ilusión de que ese cambio
político que queremos para Euskal Herria venga desde Nafarroa. El cambio
político no está hecho, pero la semilla, el acuerdo programático que sostiene
al Gobierno, está sembrada. Me gustaría que muchas de esas cosas que son
posibles en Nafarroa fueran posible en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, empezando por
el pleno monográfico del derecho a decidir y la situación de Catalunya.
¿Por qué?
-Es evidente, por la actitud de Sabin Etxea.
¿Visualiza
una reunión en 2017 entre Uxue Barkos y Arnaldo Otegi?
-¿En 2017? Me encantaría que se diera esa imagen.
¿Apuesta pues
por Otegi como candidato de EH Bildu a lehendakari?
-En primer lugar hay que conocer su disposición, que
no hemos tenido ocasión para hablar con calma sobre ello. Por otro lado, los
simpatizantes y militantes de EH Bildu tendrían que ser quienes decidan su
candidato a lehendakari. Yo no tendría ningún problema para votar a Arnaldo
Otegi como candidato de EH Bildu, pero soy uno más que participará en ese
proceso.
¿Cuándo fue
la última vez que habló con Otegi?
-La última vez de forma directa fue antes de que me
detuvieran a mí, antes de 2007.
¿Y noticias mutuas aunque sea de -Sí, de forma
indirecta es habitual la comunicación.
¿Le ve cierta
disposición, capaz de asumir el reto de la candidatura?
-Desde EH Bildu tenemos muy claro que Arnaldo Otegi
es un activo, no solo para el espacio político que representamos sino para el
proceso que vive Euskal Herria. Teniendo en cuenta todo eso, sería razonable
pensar que debería tener un papel protagonista en esta nueva etapa que vivimos.
Hay que conocer su disposición y qué es a lo que estaría dispuesto.
Opinión:
Es evidente que en alguna de las respuestas de
Hasier Arraiz no puedo estar de acuerdo, pero hay otras que si hace cuatro o
cinco años me hubieran dicho que la izquierda abertzale realizaría estas
declaraciones no me las hubiera creído.
Si ahora lo hacen, sigamos los acontecimientos.
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