31 octubre 2015
Emma Riverola
La pesadilla de las 876 cajas azules
Con el misterio que rodea los objetos que alguna vez fueron
relevantes y con el tiempo nadie quiere reivindicar, las 876 cajas azules que contuvieron los cuatro millones de
firmas del PP contra el Estatut dormitan en un almacén madrileño. Se
desconoce su ubicación exacta. El 25 de abril del 2006, diez furgonetas las llevaron
hasta el Congreso de los Diputados. Mariano Rajoy, Alicia
Sánchez-Camacho, Josep Piqué, Jorge Fernández Díaz y Jorge Moragas posaron ufanos junto a ellas. Eran su
trofeo. Su tesoro. Cuatro millones de personas de toda España firmaron en
contra de lo que había aprobado el Parlament de Catalunya. En la campaña de
recogida, el PP decía que el Estatut era una «pesadilla».
En algún sitio de Madrid las cajas dormitan junto a otros
objetos que ya perdieron su protagonismo. Quizá los nombres de tantos conviven
con ilustres padres de la patria o comparten estante con apellidos de
traidores, motes de asesinos o listados de morosos. Pero las cosas que nunca
debieron existir, como las pesadillas, se aprovechan del silencio y la
oscuridad, y se hacen fuertes y se revuelven con la furia del sueño que quiere
ser realidad.
Son 876 cajas azules. 876 arcas de la discordia. 876 cajas de Pandora. En su interior,
los fantasmas del odio, del rechazo entre iguales, del desprecio al que piensa
diferente. Esas pinturas negras de Goya que algunos se empeñan en perpetuar.
Ese duelo a garrotazos que solo daña a los que se golpean, nunca a quienes lo
promueven. La próxima primavera se cumplirán diez años desde que la semilla de
la incomprensión fue sembrada. Desde entonces, el Ebro parece haber
multiplicado su caudal y los kilómetros entre vecinos no dejan de alargarse.
Las 876 cajas siguen latiendo en algún lugar, para vergüenza de quien las
promovió y para desazón de tantos.
Opinión:
Leyendo el artículo de Emma Riverola me retrotraigo a un
hecho ocurrido allá por 2005 aproximadamente.
Se trata de una de aquellas manifestaciones que la AVT,
bajo la presidencia del señor Alcaraz, organizó “contra ETA”. Lo de que fueran manifestaciones contra
ETA siempre lo he dudado y más cuando los gritos mas escuchados eran contra el
gobierno que entonces dirigía al país. Pero eso son detalles “sin” importancia….
Lo realmente importante es que una de las víctimas allí
presente me explicó que, en al menos una de las manifestaciones, habían mesas
para recoger firmas contra el Estatut de Catalunya.
Que cada cual extraiga su conclusión.
A mi, como víctima, me da mucho asco.
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