09 enero 2018
Un paso que no admite
matices
El anuncio de la
disposición del colectivo de presos a “reconocer el daño causado” supone un
avance en el camino de la normalización que, sin embargo, debe completarse en
toda su amplitud y consecuencias
El anuncio por el Foro Social Permanente de la disposición
que el colectivo de presos de ETA, EPPK, muestra a “reconocer el daño causado”
así como del inicio de su cambio de actitud en cuanto a adoptar medidas
individualizadas que contribuyan a la modificación de sus situaciones
penitenciarias es susceptible de ser considerado un paso más en la dirección
idónea hacia la normalización y convivencia. No en vano la concreción de ambos
aspectos supondrá un cambio de paradigma respecto a la actitud histórica del
colectivo de presos y al análisis que desde el mismo se venía realizando tanto
de su actuar violento como de su realidad penitenciaria. Conviene, sin embargo,
matizar que el anuncio de la disposición de EPPK a admitir su responsabilidad
en el daño infligido a las víctimas no es la admisión efectiva del mismo, que
sigue pendiente. También que a esa admisión no le acompaña de momento la
asunción de su in justicia y, por tanto, la admisión de que las víctimas, por
serlo, y la misma sociedad vasca, por padecerlo, ambas injustamente, tienen
derecho a explicitar las recriminaciones a que se han hecho acreedores debido
precisamente a que ellos cometieron la enorme injusticia y el dramático error
del empleo de la violencia. Pretender difuminar esa responsabilidad limando
crudeza a la realidad que provocaron puede servir, quizás, para eliminar o
evitar ciertas resistencias internas, pero no contribuye a proporcionar toda la
credibilidad al cambio de actitud, exigible aunque incluso pueda comprenderse
difícil para aquellos que ahora deben asumir su trágica equivocación y con ella
el reproche que conlleva, como tampoco contribuye a que esta censura se vea
limitada por la generosidad que la búsqueda de la convivencia parecería
aconsejar. Entre otras razones porque el daño causado no se puede asumir de un
modo acrítico que elimina la admisión de la equivocación cometida durante
décadas, sino que para ser motivo de la consiguiente “desmovilización” de ETA
que se anuncia en seis meses debe ser razonado precisamente en la tragedia del
error del empleo de la violencia. No en vano, la resistencia a aceptarlo así
implicaría la admisión de que, como se viene afirmando desde algunos ámbitos políticos
que también ofrecen resistencias a la normalización y la convivencia, el único
motivo de la disolución es la constatación de la derrota.
Opinión:
La amplitud y las consecuencias de las que se habla en el
editorial de Deia ¿serán rebajas en las condenas a los terroristas que acepten “reconocer
el daño causado”? ¿Tendrán algún beneficio penitenciario no recogido en la legislación?
¿Se premiará a los asesinos por el hecho de “reconocer el daño causado”? ¿Se pondrá
por delante de la legislación el interés político que siempre han utilizado
algunos que otros partidos en todo aquello relacionado con el terrorismo?
Si una sola de las preguntas anteriores tuvieran respuesta
afirmativa ¿qué harán las siglas que hace diez años convocaban a “las” víctimas
del terrorismo a manifestarse en las calles de Madrid? ¿Qué harán aquellas
asociaciones y fundaciones que atacaron al Gobierno socialista manifestándose
contra unas decisiones tomadas por los Tribunales? ¿Tomarán las mismas medidas
ahora o se pondrán de perfil mientras silbando mirarán hacia otro lado?
Lo peor de todo es que, personalmente, ya se cómo acabará
todo esto: los responsables (que no representantes) de diferentes siglas
preferirán mantener sus cargos (incluso políticos) antes que consultar a sus “representados”
la opinión al respecto. Nada nuevo en los últimos quince años como mínimo en
los que han ido saliendo cientos de terroristas por cumplir sus condenas según
la legislación vigente en el momento de cometer el atentado.
Queda muy claro que siempre estaremos esos grupos de
víctimas que pensamos por libre y no nos dejamos convencer por los mensajes políticos
y partidistas…
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