28 enero 2018
“La posición de
España con los presos tal vez sea dejar que Francia dé los pasos y ver qué
consecuencias tienen”
Agus Hernán
Coordinador del Foro Social
Agus Hernán, coordinador del Foro Social, se muestra
optimista con los pasos que va a dar el Gobierno francés con respecto a los
presos, pasos que quizá se trasladen después al Estado español
Agus Hernán, coordinador del Foro Social, dice ser un
“optimista antropológico” y por ello está convencido de que la reconciliación
llegará a Euskadi con la desmovilización de ETA, el reconocimiento a las
víctimas y la excarcelación de los presos.
Por empezar por lo
más próximo en el tiempo, Francia aplazó el martes una reunión sobre los presos
con dirigentes de Iparralde, pero sí ha habido encuentros con Covite y con la Fundación de Víctimas
del Terrorismo ¿Le dice algo esto?
Nada, absolutamente nada. Valoramos de forma positiva que
Francia se reúna con las víctimas. Nos parece normal que contraste sus intenciones
con las víctimas, aunque está claro que las asociaciones de víctimas no pueden
determinar las políticas públicas. Entonces,
¿no se puede decir que los gobernantes galos hayan cedido a presiones ejercidas
por las asociaciones de víctimas?
Es normal que el Ministerio de Justicia francés quiera
reunirse con asociaciones de víctimas. Nos parece un procedimiento normal.
De todos modos, lo
importante es que las autoridades francesas han dado un primer paso anunciando
el acercamiento de los presos. Lo que hemos dicho desde un principio es que hay que
valorar el marco reconocido por la propia ministra francesa de Justicia y los
dirigentes de Iparralde. Están en un marco de resolución de la problemática de
los presos dentro de la legalidad vigente. Están viendo cómo se puede resolver
la problemática de los 58 presos vascos en Estado francés.
¿Tiene usted
conocimiento de los ejes básicos del plan del Elíseo?
Lo que ya sabemos es que van a comenzar por los presos que
están cerca del cumplimiento de condena y que no tienen delitos de sangre. Es
un primer paso de un trabajo que se está realizando. Lo que sí podemos decir es
que encima de la mesa está la resolución de la totalidad de la casuística. Es
lógico que empiecen así. Y, en este sentido, tenemos que decir que tomamos nota
de la posición de Covite. Que no se opongan a este plan nos parece realmente
interesante. Luego cada uno pone el acento donde cree conveniente, pero de
entrada su postura nos parece muy interesante y tomamos nota de ella.
Deben ser actuaciones
individualizadas por parte de los presos...
Debe ser así porque la legislación penitenciaria solo se
puede abordar de forma individual, tanto en el Estado francés como en el
español, pero también viene derivado del debate que se ha dado dentro del seno
del EPPK, donde se han aceptado las actuaciones individuales.
Francia ha dado pasos
importantes que el Estado español no da. ¿Por qué esa actitud del Gobierno del
PP?
Cada vez se está confirmando más una cosa: después de
conocerse los planes del Gobierno francés, a los dos días el ministro español
del Interior, Juan Ignacio Zoido, dio una entrevista en la que quedó claro que
el Gobierno español está perfectamente informado. Al igual que sucedió con el
desarme, la posición de España con los presos tal vez sea dejar que Francia dé
los pasos y ver qué consecuencias tienen. En cualquier caso, todos los agentes
se están situando en el escenario post desmovilización de ETA. La sociedad vasca se ha mostrado favorable
a un cambio de la política penitenciaria y la mayoría de los partidos también.
Sin embargo, el Gobierno español se mantiene impermeable a los cambios.
Por una parte está claro que la mayoría de la sociedad es
favorable a dar una solución a la problemática de los presos. También hay pasos
por parte de partidos. Por lo que respecta al Gobierno español, para que avance
en esta cuestión creemos que se deben dar tres condicionantes: 1) un acuerdo en
el marco vasco de todos los partidos políticos, algo que ya está en curso; 2)
la movilización de la sociedad civil, y el pasado 13 de enero en Bilbao se vio
que la sociedad está movilizada; 3) generar una corriente en el Estado español
favorable a buscar una solución a la cuestión penitenciaria. Y en estos tres
aspectos estamos trabajando.
El Gobierno vasco ha intentado
muchas veces que el Ejecutivo del PP varíe la política penitenciaria, todas
ellas sin éxito. ¿Qué puede hacer el Ejecutivo de Gasteiz? ¿Cuál debe ser su
papel?
El Gobierno vasco está remando con todos en la misma
dirección. Eso es claro. Ahora, por ejemplo, ha sido uno de los actores que ha
trabajado para solucionar la situación de Ibon Iparragirre. Hay que destacar
también el trabajo de los parlamentos vasco y navarro. Estamos todos remando en
el mismo sentido, todos los remos son necesarios y esta txalupa debe llegar
cuanto antes a un escenario de convivencia y a una sociedad sin presos.
¿Cómo valora el
traslado de Ibon Iparragirre al centro Aita Menni de Arrasate? Etxerat mostró
su decepción, ya que considera que debe ser trasladado a su domicilio.
Ha habido un trabajo de muchísimas personas para intentar
resolver esta cuestión. No está en su casa, que
es donde nosotros consideramos que debería estar por la
enfermedad que sufre, pero son muchos los que han trabajado en esta cuestión.
Usted mantuvo una
entrevista con Olarra Guridi, portavoz del EPPK, donde le dijo que los presos
estaban dispuestos a reconocer el daño causado. ¿Es un paso importante?
De aquella entrevista hay que destacar, por un lado, el
reconocimiento del daño causado y, por otro, y esto es importante, mostró la
disposición para buscar un marco adecuado para entablar un diálogo con las
víctimas, e ir avanzando, huyendo de la diná- mica de los reproches.
Sin embargo, en una
reciente entrevista, David Pla, uno de los últimos dirigentes de ETA, señalaba
que no lamentan la historia y lo realizado por la organización. ¿Es una
contradicción con lo manifestado por Olarra Guridi?
No valoramos las declaraciones de forma individual de
ninguno de los actores de este proceso. Lo que sí entendemos es que ETA debe
proceder a una desmovilización que de cara a la sociedad vasca debe ser
definitiva y concluyente y debe incluir lo que llamamos las tres C : crítica,
constructiva y compartida. Eso sería un avance que, si se hace en los términos
correctos, supondría una gran aportación al proceso de reconciliación social en
este país.
Olarra Guridi también
mostró la disposición de los presos a hablar con las víctimas. ¿Es algo que ya
se dio, pero el Gobierno español lo cerró? De hecho, ¿estos pasos se parecen a
los que dieron los presos acogidos a la ‘vía Nanclares’?
En este país ha habido experiencias anteriores. Nos parece
que las iniciativas de la vía Nanclares correspondían a un contexto
determinado, pero ahora estamos en otro contexto, en 2018, con 300 presos y hay
que avanzar. Depende también desde qué perspectiva se haga. Entendemos que los
presos del colectivo lo deben hacer porque quieren aportar a la convivencia en
este país. Y con respecto a ese marco entre víctimas y presos, lo importante es
que se den porque quieren aportar a la sociedad. Artesanos de la Paz ,
Foro Social, colectivos de dirigentes de Iparralde, muchas asociaciones...
¿Cuál es el peso del EPPK en el proceso?
Nosotros podemos estar trabajando para generar una hoja de
ruta, pero en la problemática de los presos habrá que contar con los presos. Lo
que estamos intentando, y por ello la entrevista con Olarra Guridi, es recoger
sus aportaciones y trasladarles lo que estamos trabajando desde la calle.
Insisto, es difícil establecer una hoja de ruta para los presos sin contar con
los presos. Desmovilización,
disolución... ¿Cómo va ser el último paso de ETA?
Defendemos el marco estándar integrado en la ONU , que se llama DDR
(Desarme, Desmovilización y Reintegración). Creemos que en el caso vasco, por
su singularidad, tenemos que salir de los debates terminológicos. No sabemos
qué términos hará públicos ETA para anunciar el final, pero lo que sí creemos
es que deben ser concluyentes y que generen suficiente confianza al conjunto de
actores: miembros de la sociedad civil, partidos, sindicatos... Así, se formule
cuando se formule, debe ser claro, concluyente y contundente.
¿Lo ve más pronto que
tarde?
Por los datos que manejamos a través de los mediadores
internacionales, creemos que esto se hará antes de que termine este curso
político (antes de junio). En este país se ha sufrido muchísimo y tenemos que
ir avanzando hacia la convivencia.
Luego, tras el final
de ETA, vendrá la lucha por el relato, en esta ocasión una pelea incruenta.
Soy un optimista antropológico. Pienso que primero hay que
cumplir con todo lo que hemos hablado: desmovilización de ETA; la verdad,
justicia y reparación de las víctimas; una sociedad sin presos. Cuando se haya
dado todo esto, la cuestión del relato se va a abordar de una manera mucho más
tranquila. Va a ser difícil que haya un relato único. Es más, creo que no hay
un relato único en ningún conflicto del mundo. Lo importante es que el relato
de una de las partes no signifique sufrimiento para las otras.
¿El problema de
Catalunya está retrasando el proceso de normalización en Euskadi?
Es evidente que la cuestión catalana ha influido pero,
aunque cada partido tiene un postulado en esa materia, han sabido seguir
trabajando juntos por lo que respecta al proceso de normalización en Euskadi.
Hay dos lecturas. Una dice que, si el foco está en Catalunya, podemos trabajar
en Euskadi con más tranquilidad; y otra afirma que, mientras no se resuelva lo
de Catalunya, no se va avanzar nada. Eso es lo que dicen los partidos aunque,
la verdad, no hay datos que avalen una u otra postura.
Opinión:
De toda la entrevista hay varios datos que me gustaría
comentar. Para empezar, cuando se habla de que “está claro que las asociaciones
de víctimas no pueden determinar las políticas públicas”, me gustaría matizar
que somos muchas las víctimas del terrorismo que pública o privadamente hemos
dicho que estemos o no de acuerdo, las leyes que están escritas para luchar
contra el terrorismo están para ser cumplidas. Ello significa que jamás hemos
querido hacer presión ninguna a favor ni en contra de ninguna política
penitenciaria o pública. Nuevamente se pone en el mismo saco a “las” víctimas
en lugar de a sectores de víctimas. Pero lo que, al menos personalmente exijo,
es que sin importar en qué cárcel lo hagan, los terroristas deben cumplir hasta
el último día de la condena impuesta según el Código Penal vigente.
Por otro lado, me gustaría que dejara se hablarse del “problema
en Catalunya” para tapar las carencias que gobernantes y adláteres están
mostrando constantemente. Ya es el colmo leer que la cuestión catalana ha
influido en el proceso de normalización de Euskadi mientras en Catalunya hemos
estado cuarenta años sufriendo el terrorismo que algunos llamaban “vasco” y a
ninguno de sus responsables les ha importado lo más mínimo si ese terrorismo
normalizaba o destrozaba la vida en Catalunya.
En cuanto a las razones para los encuentros entre
terroristas y víctimas, si el señor Agus Hernán lo desea le puedo dar muchísima
información que seguro no conoce…
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