03 diciembre 2020
'Hoax', los cinturones del terror
Los terroristas abatidos en Cambrils portaban explosivos simulados para sembrar el pánico
“Hoax”, farsa, engaño. Con este término las Naciones Unidas califica a los cinturones simulados que en ocasiones utilizan los terroristas, sobre todo de corte yihadista, cuando no tienen explosivos y quieren sembrar el pánico, el terror. La apariencia es idéntica. El mismo cinturón, con cilindros de plástico, cableado exterior perfectamente visible y un pulsador. Es exactamente igual que un cinturón explosivo utilizado para las inmolaciones con la única diferencia que dentro de los tubos no hay explosivos, está vacío.
Estos “hoax” fueron empleados por los terroristas de la Rambla y Cambrils el 17 de agosto de 2017 tras las masacres con vehículos en ambos paseos. Horas antes, la célula de Ripoll se había quedado si explosivos al estallar todos en la casa de Alcanar. Tuvieron que actuar de manera improvisada y con rapidez, pero querían sembrar el máximo pánico posible. Ya sabían cómo se fabricaban estos cinturones porque en Alcanar habían hecho varios, pero de los de verdad, de los que explotan al activar el pulsador.
Por eso, durante las horas siguientes a la explosión fabricaron unos cinturones simulados, El plan era atropellar al máximo número posible de personas y después salir cada uno de ellos con un cinturón simulado y crear el pánico mientras acuchillaban a a todo aquel que se le pusiera delante, tal y como hicieron.
Durante la vista en el juicio por los atentados del 17-A, declararon varios miembros de los técnicos especialistas de desactivación de artefactos explosivos (Tedax) y químicos de los Mossos d’Esquadra que analizaron todo este material. Éstos dijeron que “sin lugar a dudas” la apreciencia de los cinturones era idéntica a uno real y que los terroristas que lo fabricaron tenían “conocimientos mostrados” de cómo hacerlos.
Abatidos por los cinturones
Los cinturones no podían tener efectos porque no disponían de carga ni modo para accionarlos pero su fabricación estaba diseñada para que dentro de los tubos se pudiera meter el explosivo. Esta aclaración es esencial para comprender la actuación de los Mossos cuando decidieron abatir a los terroristas aquel día.
Tras el atropello masivo en Cambrils, varios agentes abatieron a tiros a cinco terroristas que habían salido del vehículo tras volcar. Todos llevaban estos cinturones. Uno de los agentes relató cómo se disparó en varias ocasiones a uno de ellos cuando gritaba “Allahu akbar” (Alá es grande) y simulaba accionar el cinturón explosivo. Ante el riesgo de que fueran a saltar por los aires abrieron fuego.
Pasó lo mismo cuando el 21 de agosto encontraron en la localidad de Subirats (Barcelona) a Younes Abouyaaqoub, el autor de la masacre de la Rambla. Cuando fue localizado por dos mossos, llevaba un cinturón que parecía explosivo y ante la actitud amenazante también fue disparado y abatido.
Aquel día, los terroristas de Ripoll actuaron sin explosivos, pero esa no era su intención. Su plan era cometer un atentado de grandes dimensiones, con entre 200 y 500 kilos de explosivo tipo TATP o más conocido como “madre de satán”, frecuentemente utilizado en ataques terroristas de índole yihadista.
Bombas preparadas
Según los peritos que analizaron el material hallado en Alcanar, había ya fabricado TATP, granadas caseras y cinturones explosivos. “Esa casa era un laboratorio de explosivos. Estuvieron bastante tiempo fabricándolo y en gran cantidad. Además tenían material electrónico y mecánico para preparar hasta cuatro cinturones bomba”, explicó uno de ellos.
También guardaban una gran cantidad de tornillería, utilizada en bombas como metralla para generar más daño. Todo ello saltó por los aires en la madrugada del 16 de agosto provocando la muerte instantánea del líder de la célula, el imán de Ripoll Abdelbaki es Satty y de Youssef Aalla. “La explosión de TATP, es una explosión muy seca, corta de duración y con un impacto muy fuerte”, explicó una perito.
Los expertos que analizaron Alcanar aseguraron que los explosivos estaban preparados para ser utilizados. “La confección del artefacto es muy sencilla, muy simple, y viene en muchos manuales de índole yihadista”, aclararon.
Su fabricación es muy sencilla: ácido nítrico, ácido sulfúrico, acetona y peróxido de hidrógeno (agua oxigenada pura). Según detallaron los expertos, todos estos materiales mezclados y filtrados forman unos “cristalitos” que generan el explosivo. En una hora, la bomba está hecha.
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