10 diciembre 2020
Marruecos se desentiende del 17-A
Sus autoridades rechazan la comisión rogatoria para interrogar a los policías que analizaron el ADN del imán de Ripoll Abdelbaki Es Satty aunque ofrecen un cuestionario por escrito.
El tribunal que juzga a varios miembros de la célula que perpetró los atentados de la Rambla y Cambrils el 17 de agosto de 2017 se va a quedar sin escuchar a los policías del departamento de científica marroquí que cotejaron el ADN de varios familiares del imán del Ripoll Abdelbaki Es Satty con otras encontradas en la casa de Alcanar y otros lugares habituales de la célula.
En una resolución comunicada por el tribunal a las partes, se hizo constar que las autoridades marroquíes rechazaban la comisión rogatoria remitida por la Audiencia Nacional para que los peritos pudieran comparecer en la vista que se acusa a dos presuntos miembros de la célula y un colaborador.
En caso de no poder trasladarse a España, también se ofrecía la posibilidad de que declararan por videoconferencia, opción también rechazada por la falta de medios técnicos a su disposición. En la misiva, a la que ha tenido acceso La Vanguardia, el director general de la Seguridad Nacional ofrece que se envíen las "preguntas y aclaraciones que sus autoridades judiciales querrán plantear a las dos peritas en calidad de testigos, en el horizonte de ejecutarla por parte de las autoridades marroquíes".
La razón de ofrecer que fuera por escrito es "por no haber sido posible llevar a cabo la técnica de videoconferencia, por carecer de base legal reguladora en la legislación nacional y debido al estado epidemiológico actual".
Al inicio de la sesión, el presidente del tribunal Alfonso Guevara advirtió que no aceptaba la opción de las preguntas por escrito por lo que la vista se queda sin la testifical de los miembros del laboratorio de la Policía Científica de Casablanca.
Tras la explosión del chalé donde la célula guardaba los explosivos en Alcanar la noche del 16 de agosto de 2017, la policía halló ADN de dos personas distintas. Uno de los miembros de la célula que sobrevivió a esa explosión, el acusado Mohamed Houli, dijo que una de las personas que había allí dentro era el imán de Ripoll Abdelbaki es Satty.
Sin embargo, para certificar que los restos eran de él, varios policías españoles tuvieron que viajar hasta Marruecos y con la colaboración de la policía marroquí localizar a su madre, a su hermano y a una de sus hijas, a quienes se les hizo una prueba de ADN.
Según explicaron los agentes españoles ante el tribunal, ellos estuvieron presentes en la recogida del ADN pero el análisis lo debía hacer la científica marroquí, como así sucedió. Cuando remitieron los resultados, efectivamente avalaron que el ADN de sus familiares era coincidente con el de Es Satty. Estos agentes también explicaron que mientras se les tomó la prueba, estos familiares reconocieron que llevaban siete años si ver al imán, en la medida que se iba radicalizando.
Alguna de las defensas quiso sembrar la sospecha sobre la posibilidad de que la protección y cotejo de ese ADNI no fuera 100% fiable. "¿Tiene Marruecos los mismos valores constitucionales que garantice la prueba genética?", espetó uno de los letrados. "Impertinente", zanjó el presidente del tribunal.
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