17 diciembre 2020
El Rey: “Siempre, siempre estaré a vuestro lado”
Felipe VI premia a las víctimas por su lucha por el «verdadero relato» de ETA
Felipe VI volvió a escenificar ayer la especial predilección que desde el primer momento de su reinado ha mostrado hacia las víctimas del terrorismo. Cuando queda apenas una semana para uno de sus discursos de Navidad más complejo, el Rey presidió ayer en la Casa de América de Madrid la entrega anual de los premios de la Fundación Víctimas del terrorismo. El Jefe de Estado, tras elogiar a los premiados, mostró su cercanía con la víctimas con estas palabras: «Queridas víctimas del terrorismo, podéis tener la certeza de que la Reina y yo estaremos siempre, siempre a vuestro lado. Contad siempre con el cariño y el apoyo de la Corona».
En esta XVII edición, los premiados en las tres categorías convocadas han sido Iñaki Arteta, Premio en Defensa de los Derechos Humanos Adolfo Suarez 2020, director de cine, guionista y fotógrafo español, en reconocimiento del colectivo de víctimas a la labor que viene desarrollando en defensa de los derechos de las víctimas del terrorismo a través de sus documentales; Javier Marrodán, Premio Fernando Delgado de Periodismo, por su labor informativa durante muchos años cubriendo las acciones de la banda terrorista ETA para el Diario de Navarra; y las víctimas del terrorismo que participan en la actualidad en el proyecto «Educar para la Convivencia», enmarcado dentro de las actuaciones de sensibilización llevadas a cabo por la Fundación Víctimas del Terrorismo. Precisamente en referencia a este ultimo premio, el Rey ha elogiado el testimonio que las víctimas del terrorismo están llevando a las aulas de los centros educativos para evitar que los más jóvenes desconozcan y olviden el «verdadero relato» el dolor injusto causado y la «sustancial ilegitimidad» del terrorismo. «No hay mejor defensa de la libertad y la convivencia que vuestro ejemplo en los centros educativos para preservar nuestra democracia y el Estado de Derecho, que con tanto esfuerzo hemos construido entre todos», afirmó.
Junto al Rey estuvieron presentes el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, entre otros. En los oídos del primero -miembro del Gobierno responsable del acercamiento de presos vascos, la misma demanda que le costó la vida a Miguel Ángel Blanco- seguramente aun resonaban las palabras del manifiesto que, con motivo del día de los Derechos Humanos, veintitrés asociaciones de víctimas del terrorismo suscribieron, un texto en el que exigían con contundencia que se preserve la verdad de lo ocurrido en los 50 años de terrorismo y no se permita el blanqueamiento de los terroristas.
Entre los premiados destacó el cineasta Iñaki Arteta, director del documental «Bajo el silencio». «Es en las épocas de depravación masiva donde hay que preguntarse por quién hay que sacrificarse», dijo Iñaki Arteta citando a Solzhenitsyn. El galardonado director de cine compartió con Don Felipe y el resto de los asistentes al acto su personal respuesta a la pregunta retórica que se hacía el gran relator del terror comunista: «A mi no me ha cabido duda: por la libertad, la justicia y la vida». Arteta recordó que siempre ha visto su trabajo cinematográfico como una manera de defender los derechos humanos «incluso en una época en el que se consideraba que eran siempre una causa lejana».
Opinión:
Bueno, pues nada.... cuando el Rey Felipe VI o cualquiera de sus múltiples trabajadores, asesores y demás tengan un rato ¿podrà llamar para conocer la realidad en la que se encuentran las víctimas anónimas del terrorismo? Por ejemplo, las de los atentados yihadistas de agosto de 2017 en Catalunya. Podremos explicarle cómo están cualquiera de las 217 a las que asistimos...
Ah, y ya puestos, le podríamos explicar (y enseñar) algunas respuestas de la Casa Real a algunas víctimas que le solicitaron ayuda y asesoramiento.
Pero eso no interesa a nadie. Ya sabemos que hay cuestiones que son inviolables e intocables.
Sinceramente, a mí (como parte ínfima, anónima y cero a la izquierda del colectivo “reconocido”) no me hace ninguna falta que el Rey de España me dirija ningún tipo de reconocimiento ni que me premie. Después de más de treinta años ayudando a otras víctimas, nadie me da lecciones de nada ni permito que nadie hable en mi nombre o aplauda a alguien que no cumple con el cometido que se espera que cumpla.
Me basta con las cervezas, los cafés y las sonrisas compartidas con cientos de víctimas. ¿Con cuántas lo habrá hecho el propio Rey?
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