16 julio 2015
EL CGPJ envía
a la Fiscalía
un tuit de una cuenta afín a Jiménez Losantos
La cuenta @JimenenzLosantosPost, que se dedica a
hacerse eco de las declaraciones del polémico locutor de esRadio, escribió:
"El auto de @sjpedraz es para echarlo de la carrera judicial y para volar la Audiencia Nacional.
Los tuits satánicos son un delito de odio".
El Consejo del Poder Judicial ha enviado a la Fiscalía del Estado un
tuit publicado en la cuenta de Twitter @JimenenzLosantosPost por si se hubiera
cometido un delito al decir que deberían "echar de la carrera" al
juez de la
Audiencia Nacional Santiago Pedraz y "volar la Audiencia ".
"El auto de @sjpedraz es para echarlo de la
carrera judicial y para volar la Audiencia Nacional. Los tuits satánicos son un
delito de odio", se decía desde la citada cuenta de twitter.
Este texto se hizo en referencia a la decisión del magistrado de archivar la querella contra el concejal de Ahora Madrid Guillermo Zapata por un delito de humillación a las víctimas del terrorismo.
Este texto se hizo en referencia a la decisión del magistrado de archivar la querella contra el concejal de Ahora Madrid Guillermo Zapata por un delito de humillación a las víctimas del terrorismo.
Al conocer la decisión del CGPJ el
titular de la cuenta de Twitter ha decidido cambiar el nombre de la misma y ahora se llama "@LibertadPost", argumentando que "he tenido que cambiar el
nombre de la cuenta porque me van a encarcelar. Seguiremos tuiteando desde
chirona. Un abrazo".
Pero es que el propio Federico
Jiménez Losantos en su programa de esRadio ya ha cargado duramente en varias
ocasiones contra el trabajo de los magistrados de la Audiencia Nacional.
En este ejemplo, vuelve a llamar a quemar y a volar el tribunal.
Tras su nombramiento, trascendió
que Zapata publicó entre otros un tuit en enero de 2011 en el que decía.
"Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcàsser para que no
vaya Irene Villa a por repuestos".
La fiscalía se querelló contra él,
pero Pedraz le retiró la imputación, después de citarle a declarar, porque la
propia Irene Villa le exculpó en un escrito presentado en el juzgado.
Opinión:
Justo ayer se cumplieron tres años
de la información que presento a continuación. Creo que es obligado recordarla,
porque las burradas de este impresentable Jiménez Losantos (y algunos otros)
merecen ser recordadas, para que se conozca la verdadera dimensión y la enorme
y estúpida ignorancia de estos personajes.
15 julio 2012
Blog “elcaferomantic” de Goyo Martínez.
La ignorancia es atrevida (a Jiménez Losantos, ese gran difamador
profesional)
Uno de los mayores males que ha sufrido y sufre el ámbito de las
víctimas del terrorismo en este país es la politización de las
asociaciones que dicen velar por los intereses de esas víctimas y la
manipulación del asunto que llevan a cabo partidistas e interesadas voces
que pregonan sus ofertas de cantamañanas frente a un micrófono, caso de
Federico Jiménez Losantos, quien se ha erigido en una especie de héroe que
haya de salvar España de quienes no piensan como él.
Con ocasión del reciente encuentro de Roberto Manrique, una
de las víctimas del atentado de Hipercor de Barcelona, con uno de los etarras
que el 19 de junio de 1987 puso la bomba en los almacenes, Rafael Caride Simón,
Jiménez Losantos, difamador profesional de oficio, dijo que Manrique sufría de
síndrome de estocolmo.
Una vez más, Jiménez Losantos – y otros como él de la caverna
mediática derechona, fascista incluso- han pretendido presentar un gesto de
enorme trascendencia como un “espectáculo grotesco”.
Al concertar la cita con el etarra, no buscaba Roberto Manrique –
y lo sé de buena tinta-, la popularidad, una maldita popularidad que le
arrastra desde que un día “muriera” el sencillo carnicero de Hipercor que era y
naciera el “Manrique víctima” que decidió ayudar a otros como él, aún sacrificando
horas de familia y descanso – y su esposa y sus hijos pueden dar fe de ello-.
A personas como Losantos les pasa, sin embargo, que la envidia es
mala, muy mala y que, como dice Sara Bosch, posiblemente la psicológa de
urgencias y de víctimas del terrorismo que más sabe en España, la “ignorancia
es atrevida”. Malévola, diría yo.
No le hacía falta a Roberto Manrique más páginas y fotografías en
los diarios, no. Cuando fue al encuentro del etarra Caride Simón, a quien no
dio la mano, símbolo inequívoco de su actitud, buscaba respuestas y, sobre
todo, abrir una profunda vía para que nunca más esos canallas de ETA vuelvan a
matar. Por él, y por otras víctimas.
“La ignorancia es atrevida”, por Sara Bosch,
compañera inseparable de fatigas de Roberto Manrique durante más de 20 años en
la difícil tarea de atender a las víctimas del terrorismo (artículo de Sara
Bosch publicado en El Periódico de Catalunya)
“La ignoracia es atrevida”
La primera vez que vi cara a
cara a una víctima del terrorismo fue hace 20 años. Reconozco y recuerdo el
impacto que me produjo cuando me enseñó el injerto que le vestía la piel. La
que le quemaron un 19 de junio de 1987 en los almacenes Hipercor. A lo largo de
este tiempo, le he visto muchos gestos. Ante mí y ante otros. Ante políticos,
periodistas, médicos forenses, policías, niños, actores, estudiantes y jueces.
Ante su mujer y sus hijos. Ante tantas y tantas otras víctimas del terrorismo.
Gestos alabados y criticados. Gestos de alguien que convirtieron la palabra
terrorismo marcada a fuego, en la decisión diaria de hacer algo, lo que fuera,
por unirla a la palabra Dignidad.
Cuando conocí a Roberto
Manrique, me habló de dignidad. Y de justicia. Y mientras una psicóloga como
yo, recién licenciada, le ofrecía mi solidaridad para ayudarles, el tiempo me
reservaba descubrir otras caras, demasiadas, marcadas como sólo el terrorismo
puede hacer.
Y de tantos y tantos gestos, en
aeropuertos y trenes compartidos, en hospitales y en púlpitos, en tanatorios y
homenajes; de tantas palabras dichas y tantos silencios por cada
atentado…reconozco y recuerdo el impacto de una frase en plena calle, de un
gesto nuevo que sólo le vi una vez: ”Sara, he rebut una carta de caride”. Y
como, al igual que el valor en la mili, la experiencia se me debe suponer,
puedo asegurarle al sr. Jiménez Losantos y a otros que parecen opinar
igual, que no vi ningún signo, como asegura, de Síndrome de Estocolmo o de
ganas de venganza en él. Porque nunca existieron. Como nunca existieron en otra
de las víctimas que también quiso participar en este “espectáculo grotesco” del
que habla Don Federico. Serían otros. Pero no esos. Y con todo el respeto que
se merecen todos los que han pedido lo mismo… ellos sabrán.
Llevo 20 años oyendo a otros
que no son Víctimas del terrorismo hablar sobre lo que ellos sienten. Sobre lo
que necesitan. Sobre lo que piensan. A opinar por ellos y en nombre de ellos. A
tantos que no tienen ni idea de lo que cuesta conseguir tal distinción o que
alardean y abusan de tenerla por representarles. Pero mi estrado está en un
despacho con tres sillas y una mesa. Y nunca fue mi trabajo otro distinto del que
mi profesión me propone. Pero hoy, como psicóloga, me permito contestar a
quienes se atreven a hacer patología de un derecho inalienable: al uso de su
libertad. Al derecho a su intimidad para no relatar los detalles de lo que
hablaron con el asesino, aunque eso desgraciadamente no satisfaga el morbo
público. Que de eso, saben bien.
Roberto Manrique se ha ganado
la maldita fama de ser una víctima conocida. Pero no hay medalla que no
devolviera, ni artículo escrito ni programa al que acuda que no borrara de un
golpe si con ello pudiera volver a Hipercor ese día y coger el micrófono que
cambió la voz de Serrat por los rugidos del infierno. Y sé que no se limitaría,
simplemente, a no cambiarle el turno a un compañero por librarse de su mala
suerte.
Sé porqué Roberto fue a verle.
Y sé por qué ese hecho ha trascendido tánto. Como también sé que ese día, el
etarra miraba al suelo cuando quien no fue más que un objetivo para él le habló
con el gesto del ave fénix que emergió de las cenizas. No buscaba respuestas.
Probablemente, lo que pretendía tuvo mucho que ver con la palabra Dignidad. Con
la palabra Justicia. Con qué si no.
Ser Víctima del terrorismo es
una circunstancia. Una sangrante circunstancia. No les convierte en seres con
pensamientos unánimes, con igual opinión. Cómo pueden creerse eso. Y si
realmente quieren apoyarles, empiecen por entender, respetar y defender su
individualidad en sus actos personales. Que todos los que fueron, como él, en
un acto de propia voluntad, lo que menos merecen es que se dude de su salud
mental. Perdida sin más entre objetivos terroristas y simples objetivos de un
interés político. Objetivos al fin. Como si de eso, no hubieran tenido también
ya suficiente. Por una vez, hablen con prudencia los tentados de titulares.
Vengan de donde vengan. No habrá mejor homenaje.
Es fácil. No hace falta
recurrir a manuales diagnósticos de trastornos mentales. Basta con consultar en
Wikipedia para diagnosticar el verdadero Síndrome de Estocolmo de Roberto
Manrique.
Cuando los delincuentes se presentan
como benefactores, en la víctima puede nacer una relación de complicidad como
agradecimiento y acabar ayudando a sus captores en alcanzar sus fines.
La diferencia es que, Roberto
sigue llamándole terrorista, que su complicidad y agradecimiento fue impedir
que se le acercara un metro y que si, como los de otros, su gesto y síndrome
lejos de perjudicar, acaba ayudándonos a todos, a las víctimas que hablaron con
el asesino y a las que no irían jamás..gràcies, company.
Sara Bosch.
Psicóloga especialista en
Víctimas del terrorismo
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