24 julio 2015
Mikel Antza y
Txeroki son dos de los ocho cabecillas que pretende investigar el juez Juan
Pablo González
El juez de la Audiencia Nacional
Juan Pablo González ha reclamado a las autoridades francesas que le dejen
interrogar en el país galo a ocho dirigentes de ETA desde
2004, entre ellos "Mikel Antza" y "Txeroki", dentro de su
investigación a la cúpula de la banda por crímenes contra humanidad.
Este es el primer paso que da el
magistrado tras admitir a trámite el pasado día 10 una querella contra los
dirigentes de ETA por lesa humanidad en concurso con delitos de asesinato o
secuestro cometidos desde el 1 de octubre de 2004, cuando entró en vigor en
España esta figura delictiva, hasta la actualidad.
Así, el juez ha expedido una
comisión rogatoria a Francia para poder desplazarse allí y tomar declaración a
Mikel Albisu, alias "Mikel Antza"; Garikoitz Aspiazu,
"Txeroki"; Aitzol Iriondo Yarza, "Gurbitz"; Jurdan
Martitegi Lizaso; Aitor Elizaran Sarasola; Soledad Iparaguirre,
"Anboto"; Mikel Kabikoitz Karrera Sarobe, "Ata", y Gorka
Palacios Alday, "Andoni", todos ellos en prisión en el país galo
condenados o en espera de juicio.
Según el juez, estos dirigentes
serían responsables de las acciones de ETA desde 2004, ya que "no puede
excluirse prima facie la responsabilidad de quienes, como integrantes de los
órganos directivos de la banda terrorista, constitutiva de una estructura de poder
perfectamente organizada, hubieran asumido la dirección global y las
responsabilidades decisorias".
En el auto notificado hoy, el
magistrado recuerda que esta causa, auspiciada por Dignidad y Justica, la Fundación Luis
Portero y Antonio Salvá, investiga delitos de lesa humanidad porque en el caso
de las víctimas de ETA hubo un "ataque sistemático contra una parte de la
población civil".
Así, este ataque sería contra
"colectivos que son perseguidos por razones políticas e ideológicas, cuya
eliminación o expulsión del territorio mediante la coacción o el terror, y son
considerados por la organización estratégicamente necesarios para la
consecución de sus objetivos políticos".
El 1 de octubre de 2004, cuando
entró en vigor en España el delito de lesa humanidad, Mikel Antza era el máximo
dirigente de ETA, cargo que había ocupado desde 1992, año en el que fue
desmantelado el colectivo Artapalo que encabezaba el histórico Francisco Múgica
Garmendia, Pakito.
Antza, responsable del aparato
político, fue detenido en octubre de 2004 en compañía de la dirigente de los
comandos de la banda, Soledad Iparragirre. En cuanto a Txeroki, fue arrestado
ese mismo año en las proximidades de Cauterets (Francia).
La apertura de esta investigación
puede suponer juzgar de nuevo a dirigentes de ETA por delitos de lesa humanidad
penados con entre 20 y 30 años de cárcel, aunque los querellantes pedían
también que se les aplicara el de genocidio, que rechazó el juez y que ahora
las acusaciones han recurrido en apelación.
El magistrado circunscribió la
investigación a lesa humanidad tras descartar la existencia de genocidio, al
entender que ese delito exige que el elemento identificador del grupo que se
trata de exterminar "sea precisamente la nacionalidad, la etnia, la raza o
la religión".
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