22 julio 2015
‘Pagando para
ir a la guerra’, el documental de Antonio Pampliega, uno de los periodistas
secuestrados en Siria
El periodista
critica el desinterés de los medios españoles por el trabajo de los reporteros
de guerra
Asegura que
lo más degradante para un periodista es trabajar gratis para "tener un
nombre" el día de mañana
Pagando para ir a
la guerra es el título de un documental que Antonio Pampliega, uno de los
tres periodistas españoles secuestrados en Siria, protagonizó en 2012 para
denunciar la crisis del periodismo español, especialmente en el ámbito del periodismo de
guerra, y cómo esta afecta a los profesionales.
Pampliega, desaparecido desde hace
varios días en Alepo junto a Ángel Sastre y José Manuel López, según confirmaron este martes a Europa Press fuentes
diplomáticas, tiene en la fecha de la grabación 30 años y cuenta cómo en sus 4
años de experiencia ha trabajado
en zonas de conflicto como Afganistán, Irak, Líbano y, más recientemente, en
Siria.
Pampliega explica que Pagar por ir a la guerra es un artículo que publicó en El País, donde
expresa su "frustración después de tres años
cubriendo zonas de conflicto",
porque "nadie se ha dignado a darme una oportunidad para demostrar si
valgo o no valgo".
A continuación narra las dificultades
económicas a las que se ha tenido que enfrentar para
ejercer el periodismo de guerra: en 2008, cuando se planteó cubrir zonas de
conflicto, pidió un préstamo de 10.000 euros (que aún seguía pagando a la fecha
del documental).
Perder dinero
en cada viaje
Decidió cubrir Irak, con una
inversión inicial de 1.500 euros de los cuales acabó recuperando 700. Ese mismo
año viajó a Líbano, con una inversión de entre 1.500 y 2.000 euros, de los que
recuperó 800 o 900. "A pesar de todo" continuó y viajó a Pakistán,
"el viaje más caro, aproximadamente 4.500 euros", de los cuales
recuperó 1.500. En noviembre y diciembre de 2010 viajó a Haití: "Me volví
a dar otro batacazo, vuelvo a perder unos 1.500 euros".
El periodista freelance critica la baja aceptación que tienen trabajos como el suyo en
los medios españoles: "Cuando ofrecemos este material a los medios
españoles y su respuesta es que no da audiencia, te planteas qué tipo de
valores se están difundiendo en los informativos de este país". A su
juicio: "No podemos elegir una noticia porque dé audiencia o deje de dar
audiencia".
"Si
queremos periodismo, hay que pagarlo"
Reconoce que esta situación le
llevó a plantearse dejar la profesión, pero continuó y viajó a Afganistán. Allí
ofreció un reportaje a un periódico deportivo de tirada nacional, que lo aceptó
pero sin fotos (recurrían a agencia) y sin pagarle (solo por "promoción
personal"): "Eso es lo más obsceno que a mí me ha dicho nadie: que trabaje gratis para que yo el día de mañana
tenga un nombre; no, eso no puede ser, si queremos periodismo hay
que pagarlo; hay que invertir por el periodismo", argumenta.
Su último destino hasta la fecha ha
sido Siria, un país "blindado a la prensa" como él mismo lo describe.
El documental, dirigido por Daniel Suberviola, muestra imágenes de la guerra en Alepo en octubre de 2012,
precisamente la misma ciudad donde han desaparecido los tres periodistas
españoles.
Pampliega es colaborador de varios
medios, como Cuatro y, entre otros, es autor del blog Un Mundo en Guerra. Precisamente, a través de su blog, muestra "ese otro
mundo que también existe y donde la línea que separa la vida y la muerte se rige a golpe de kalashnikov, y donde millones de personas
no tienen voz".
Para visionar el video….
Opinión:
Recuerdo cuando un buen amigo
periodista me recomendó visionar el trabajo de Antonio Pampliega. Fue en una
cena con representantes de varios medios de comunicación a finales de 2012 y cuando
tuve la oportunidad de verlo, me impactó.
Me impactó tanto como a otros
periodistas allí presentes que lo habían visto por su cuenta. Con algun@s pude aprender
la realidad del periodismo arriesgado, el de “guerra”, al encontrarnos cada miércoles
durante 20 semanas a las puertas de la redacción de El Periódico de Catalunya.
Ahora, una vez más, tres
periodistas españoles están retenidos. Ojalá puedan estar pronto, muy pronto,
de vuelta en casa.
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