18 marzo 2018
La Nueva España
Absuelven a una
tuitera langreana: Burlarse de Ortega Lara y Miguel Ángel Blanco es "humor
mordaz", dice un juez
La mujer quemó una bufanda rojigualda y dijo que se iba a
inmolar en un periódico
Burlarse de las víctimas de ETA Ortega Lara o Miguel Ángel
Blanco, lanzar vivas a la banda terrorista o quemar una bufanda con los
colores de la bandera nacional no incitan a la violencia o al
odio, ni humillan a las víctimas, según el magistrado Julio de Diego López, de
la sección segunda de la
Sala Pena de la Audiencia Nacional.
Más bien "traslucen
un humor mordaz o un ánimo crítico ajeno a cualquier incitación violenta".
Por este motivo ha sido absuelta la tuitera langreana de 21
años Mari Flor M. G. -aunque
ahora se hace llamar Luis, al estar cambiándose de sexo-, que se sentó en el
banquillo de la
Audiencia Nacional el mes pasado acusada de un delito de enaltecimiento
del terrorismo por el que la Fiscalía pedía
dos años de prisión. Alternativamente, el ministerio público
solicitaba un año y cuatro meses por incitación al odio, pero el magistrado
ponente también rechaza que se haya dado esa circunstancia porque los
comentarios no revisten "la
gravedad necesaria" y
además la acusada aseguró que "no
era su intención ofender a nadie". En el juicio admitió que no estaba en sus cabales y que había reaccionado así presionada
por ataques de la ultraderecha. El fallo choca con el dictado
recientemente por el Supremo que condena a tres años y medio de cárcel al
rapero Valtonyc por su frecuentes alusiones a ETA y GRAPO.
A la langreana le abrieron proceso en
febrero de 2017, tras una denuncia de la Fiscalía en relación a unos mensajes en Twitter
colgados a lo largo de 2016. En ellos había de todo. La cadena de tuits
enjuiciados se iniciaba 26 de agosto de ese año con toda una declaración de
principios: "Rey
muerto, abono para el huerto". Al día siguiente se despachaba con un "Gora ETA" o "Cuando
vaya a votar preguntaré por la papeleta de los GRAPO".
Días después abundaba: "Soy del GRAPO, puta
España". Y
luego la emprendía con las víctimas: "Mi
coño es más pequeño que el maletero de Miguel Ángel Blanco. Eso sí, igual tengo
más agujeros que él, mucho piercing, digo”. Luego publicó una foto de Blanco a la que añadió: "Con la
muerte en los talones". Ese mismo día, la tomó con otra víctima: "Mi coño es más pequeño que
el zulo de Cayo Lara", y corrigió: "... que es Ortega". Luego publicó una foto de la
liberación del funcionario de prisiones con un subtítulo: "Los
Goonies".
En otra ocasión, publicó: "Voy a ir y me voy a inmolar
en la puerta, soy la proetarra de aquel artículo de vuestra mierda de
periódico", y "por
cada cabeza que se corte, una victoria y una comida de regalo”.
La guinda era la siguiente reflexión: "La ETA no hizo cosas bien, tenía
que haber actuado de otros modos y haber atacado a otras personas y no a la
gente de la calle. ETA en sus comienzos era necesaria, hizo cosas que estaban
muy bien". Como colofón, colgó un
vídeo el 18 de septiembre de 2016, en el que acaba quemando una bufanda con
los colores de la bandera nacional.
Para el magistrado ponente descarta que
con estos comentarios "se haya generado ni sean
potencialmente actos que incrementen el peligro de comisión de actos
terroristas, ni
tampoco denotan menosprecio o humillación de las víctimas, con abstracción hecha del
calificativo o juicio ético que tal conducta merezca".
Opinión:
Cuando leo estas noticias solo me
viene a la mente una cuestión: ¿cómo es posible que todavía no exista una
definición concreta y exacta sobre lo que es terrorismo y, en consecuencia, lo
que sería delito de apología del terrorismo”?
Quizás ese sea el principal
problema a resolver, por ello ¿a qué esperan las supuestas “voces de las
víctimas” para exigir una solución?
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