23 marzo 2018
Wissam, fue niño de la guerra con el Daesh; hoy
milita contra la radicalización islámica en España
Tengo
17 años: a los 12 el Daesh me entrenó para ser soldado. Nací en Deraa, Siria.
¿Qué hacía usted al empezar la guerra en Siria?
Tenía 10 años y vivía como
cualquier niño con mi familia. Iba al cole con mis tres hermanas y mis primos,
que vivían al lado de nuestra casa en Deraa. Mi padre trabajaba en un
restaurante en los Emiratos y nos enviaba dinero.
¿Cuándo empezó el conflicto?
Al principio veíamos
manifestaciones en la tele, pero a nadie le preocupaban demasiado hasta que un
día recuerdo que bombardearon algunas casas. Intentamos seguir con nuestras
vidas, pero, poco después, nos quedamos sin agua, sin luz y sin comida.
¿Cómo sobrevivían?
Lo pasábamos muy mal. Por eso,
algunos se alegraron cuando llegó la gente del Daesh y, de repente, podíamos
comer y beber. Pero antes habían derribado muchas casas.
¿Y usted?
Yo tenía 12 años. Quería ir al
colegio y jugar con mis amigos al fútbol. Pero los del Daesh cogieron la casa
de unos vecinos, enfrente de la mía, y pusieron allí un almacén de armas. Antes
revisaron todas las casas de alrededor y también me encontraron a mí. Me
dijeron que iba a ser un soldado como ellos.
¿Cómo eran los del Daesh?
Hablaban árabe clásico, como el de
Pakistán y Afganistán, aunque también había algunos sirios. Al principio, eran
amables con la gente. Después empezaron a coger niños por las casas para
llevarlos a las mezquitas. Y a mí también me llevaron. Yo ya tenía 12 años y
medio y enseguida quisieron entrenarme.
¿En qué consistía el entrenamiento?
Nos enseñaban a montar y desmontar
un kaláshnikov y después, todo tipo de armas. Querían que aprendiéramos a no
dejar de disparar y a saber apuntar en ráfagas.
¿Cavaban trincheras?
Trabajé con tanques y con minas y
también aprendí a cavar trincheras y a detener un ataque de carros. También
hicimos ejercicios de despliegue y de reptar bajo las balas.
¿Y si usted se hubiera ido a casa?
Uno de los niños se volvió a su
casa cuando no se daban cuenta y fueron a buscar a su padre. Lo colocaron en
el centro de la mezquita y lo degollaron delante de su hijo y de todos
nosotros.
¿Usted vivía allí con los del Daesh?
Me dejaban ir a mi casa por la
noche, porque yo vivía muy cerca, pero a los demás sólo les dejaban ir a ver a
sus padres una vez al mes.
¿Entró usted en combate?
Los chicos de mi edad eran los
encargados de ir a vigilar los carros de combate de El Assad y a espiar detrás
de sus líneas.
¿Y a usted le enviaron?
No, porque cuando ya me iban a
enviar al frente tuve el accidente.
¿Cómo fue?
Al llegar a casa de la mezquita por
la noche, mi madre me envió al colmado a comprar cosas. El colmado estaba al lado
del hospital del Daesh y del almacén de armas y ese día los aviones sirios lo
bombardearon todo.
¿Le alcanzó el bombardeo?
A mi lado una niña de cuatro años,
vecina mía, voló destrozada por una bomba, que a mí me dejó sin la pierna
derecha y con la izquierda muy dañada.
¿Perdió el conocimiento?
Sólo recuerdo que tuve mucha
suerte, porque no me encontraron los del Daesh,
¿Por qué?
Porque el Daesh cuando no podían
curar a sus heridos ni trasladarlos, los remataba.
¿Quién le salvó a usted?
Un grupo de voluntarios
humanitarios sirios me trasladó a un hospital de Jordania, que está cerca de mi
ciudad. Llegué casi sin sangre y me salvaron la vida.
¿Qué pasó en el hospital?
Me amputaron la pierna, pero mal, y
tenía la otra muy dañada y, cuando iban a cortármela, unos españoles de Global
Humanitaria me dijeron que me llevarían a operarme a España y a ponerme una
prótesis.
Veo que le salvaron la otra pierna.
Aquí en España me hicieron otra vez
la amputación de la derecha, pero bien hecha. Y me salvaron la izquierda y
ahora puedo andar. Tuvieron que hacerme dos operaciones, pero ahora ando y ya
no me duele.
¿Qué quiere ser de mayor?
En el hospital aprendí a pintar y
mis cuadros se vendieron aquí para ayudar a pagar mi tratamiento. Quiero ser
artista. Y actor. Me gustaría hacer teatro y películas.
¿Y ahora?
Quiero seguir estudiando lo que no
pude acabar por la guerra en la escuela. Tengo 17 años, pero quiero volver a
estudiar.
¿Y ahora qué hace usted en España?
Participo en una campaña en los
colegios para explicar a los niños, musulmanes y a todos, lo que es la guerra y
evitar que se radicalicen. Por eso, estoy aprendiendo español y luego aprenderé
inglés. Ya no puedo jugar a fútbol, pero me gusta mucho mirarlo.
¿Cristiano o Messi?
Messi es el más grande.
¿Qué cree que pasará ahora en su país?
Aún hay poderosos que quieren
seguir matando. Quizá un día se cansen y, por fin, haya más gente que quiera
vivir tranquila y así se acabe la guerra.
Opinión:
¿Qué pensarán ahora los que nos llevaron a aquellas guerras
en 2003 y las sucesivas? Ah no, que sus asesores de prensa no les pasan según
qué noticias. Y pensar que ellos mismos piensan me parece muy atrevido.
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