07 julio 2019
Rafael Soteras: "El
incendio del Corona fue el gran atentado de la Transición "
Esta semana se
cumplen 40 años del suceso. El fiscal e hijo del juez instructor del caso
defiende que su padre concluyó que el fuego se propagó con napalm y amonio.
¿Dónde le cogió el incendio del hotel Corona hace 40 años?
Yo estaba estudiando cuarto de Derecho y acababa de
terminar el curso. Mi padre, Rafael Soteras Casamayor, estaba de guardia el día
que ocurrió el incendio del hotel Corona de Aragón (12 de julio de 1979) como
magistrado juez titular del Juzgado de Instrucción 1 de Zaragoza.
¿Vivió con su padre toda la instrucción del caso en Zaragoza?
Fue una vivencia personal y a la vez académica. Lo vivimos
intensamente en mi casa y yo, al ser estudiante de Derecho, estuve muy cerca
del día a día que tuvo mi padre en la instrucción compleja de este sumario.
El suceso parece que superó a los bomberos aunque estaban a 200 metros . ¿El fuego de
la churrera era insólito?
Mi padre se encontró con un caso excepcionalmente complejo,
donde había que analizar todas las causas de aquel incendio que fue rápido,
sorpresivo y no proporcionado al motivo originario que se apuntaba, la
churrería. Era difícil también porque había muchas víctimas, las compañías de
seguros, los propietarios del Corona, etcétera.
¿Qué les transmitió su padre sobre el motivo del suceso?
Mi padre me transmitió que en este sumario tuvo la
convicción de que había que realizar un trabajo muy riguroso y fruto del
resultado de la investigación, entre los técnicos y los testigos directos.
Concluyeron que la causa del incendio fue exógena. Debido a la trascendencia
que tuvo por la cantidad de muertos y heridos que se registró, había que llegar
a la conclusión final certera. No se podía hacer afirmaciones a la ligera,
excusas que resultaran verosímiles o que se tapara el cielo con la mano, sino
todo lo contrario. Había que averiguar la verdad desde el punto de vista
jurídico.
Se inhibió de la causa para que la Audiencia Nacional
lo investigara como un atentado.
Mi padre encargó una gran variedad de informes periciales,
además de los aportados por las partes. Todos salvo uno, que era de menor
entidad, se decantaron por un factor exógeno, ajeno al incendio de lo que fue
la churrera de la cafetería. Los expertos que más lo precisaron fueron los de
la compañía del gas, el Gabinete de Seguridad e Higiene en el Trabajo, el
Laboratorio Químico Militar del Ejército y hasta un informe técnico de una
compañía de seguros holandesa. Apuntaron que en los codos o los extremos de las
salidas de aire acondicionado del edificio y en la parte central de las
escaleras se habían colocado unos recipientes de uno a dos kilos que contenían
napalm y nitrato de amonio, junto con otros elementos de menor entidad, como
aluminio y magnesio. Estas sustancias se caracterizaban porque propagaban el
fuego a una gran velocidad y potencia. Además, tenían la peculiaridad de que no
dejaban rastro y desaparecieron. Hacía falta unos mínimos conocimientos para
llevar a cabo esta mecánica destructiva.
¿Estos informes condujeron a su padre a concluir que fue un
incendio provocado?
Claro, con esos informes de base, mi padre dijo que había
unos elementos exógenos que provocaron el incendio. No se conocía la autoría,
pero agregó que debía obedecer a una organización terrorista. Sobre todo porque
en esos días ETA se atribuyó el atentado en varias llamadas a medios de
comunicación extranjeros, donde encontraba más eco que en los nacionales. Mi
padre dictó dos autos: uno en el que apuntaba que se produjo un delito de
homicidio, lesiones e incendio, que fue a la Audiencia Provincial
y solo contemplaron que se produjo un incendio. En el segundo se atribuyó a una
banda terrorista, por lo que se remitió a la Audiencia Nacional ,
pero lo devolvieron porque no habían encontrado pruebas suficientes.
¿El juez Rafael Soteras tuvo que cerrar la instrucción en contra
de su voluntad, entonces?
Pues sí, porque el instructor se tiene que ajustar a las
autoridades superiores.
El juez civil Santiago Pérez Legasa y la Sala de lo Contencioso del
Supremo siguieron la tesis de su padre. ¿Por qué se bloqueó la vía penal
durante 40 años?
El Derecho no es una ciencia exacta. Las distintas
jurisdicciones contemplan diferentes aspectos, pero en términos llanos vinieron
a reconocer la misma conclusión que mi padre. En primera instancia de la vía
civil, el magistrado Santiago Pérez Legasa reconoció que la empresa del hotel
no tenía responsabilidad y las compañías de seguros no debían asumir las
indemnizaciones. Luego la
Administración del Estado reconoció la situación de víctimas
de terrorismo (desde el año 2000) y les indemnizó en calidad de tal. Por una
vía indirecta se les reconoce la justicia, aunque de manera parcial porque se
resarce a los afectados pero no se castiga a los culpables.
¿El incendio del Corona fue el gran atentado de la Transición ?
Por las fechas en las que se produjo, el incendio del
Corona fue el gran atentado de la Transición. También
por el perfil y la cantidad de víctimas.
¿El objetivo pudo ser provocar un golpe de Estado como el que
ocurrió un año y medio después?
Es una hipótesis, pero se entregaban los despachos de
teniente en la
Academia General Militar y además era un edificio donde se
hospedaban sus familias. Entre ellos estaba el nieto de Franco y su familia se
encontraba en el hotel Corona.
La colaboración de los bomberos norteamericanos fue importante a
pesar del viento que se generó en la parte superior del hotel.
Los militares norteamericanos se jugaban la vida
descolgándose del helicóptero para salvar a las personas y las corrientes de
aire caliente que se forman no eran aconsejables para manejar la aeronave, y
más encima de un edificio en llamas.
¿Qué conclusión ha sacado del ejemplo de su padre en un caso que
marcó a esta ciudad?
La satisfacción del deber cumplido, la tranquilidad de la
conciencia personal y profesional, el ejemplo de un juez vocacional, y una
cierta frustración porque el resultado de una investigación muy detallada y
evidente no llegara a buen puerto.
¿Un día el Estado levantará el velo del incendio del Corona?
No lo sé. Es un tema de terrorismo que afortunadamente ha
concluido, pero tiene secuelas y trazos todavía vigentes. No sé si habrá
interés en resucitar un asunto del que han pasado 40 años. Tengo mis dudas.
"Mi padre fue reconocido por las víctimas y el embajador"
El juez Rafael Soteras Casamayor murió en 1985 tras recibir
muchos agradecimientos de los familiares de las víctimas. El alcalde de
Zaragoza, Ramón Sainz de Varanda, que era amigo suyo, y del embajador de
Estados Unidos también reconocieron su labor. Recibió la medalla de Raimundo de
Peñafort, el mayor reconocimiento en la Administración de
Justicia. Su hijo cuenta que le quedó la satisfacción del deber cumplido a
plena conciencia. "Él vivió un sentimiento recíproco ante el Cuerpo de
Bomberos y el Ayuntamiento porque se portaron de manera ejemplar, como los
bomberos de la Base ",
agrega. "Recibió correspondencia de extranjeros que se encontraban en el
hotel", añade. El embajador norteamericano le mandó un agradecimiento por
las facilidades prestadas desde el juzgado para que pudiera volar el
helicóptero para rescatar a los que pudieron subir a la azotea. "Hubo
trabas porque tenían que aterrizar en el patio trasero de la Delegación de Hacienda
y el delegado fue objeto de críticas, algo que yo mismo pude escuchar en una
conversación entre él y mi padre ese año (1979) o el siguiente", subraya.
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